Belén Rubio, candidata a rectora de la UVigo: "La facultad de Medicina llegará a la UVigo de manera natural"
Vicerrectora, catedrática, investigadora, exdecana de la Facultad de Ciencias del Mar, profesora de la UVigo desde 1991... Belén Rubio Armesto cuenta con una trayectoria que la avala para ser la próxima rectora de la universidad viguesa. Al frente de la candidatura H2040, Rubio atiende a Galiciapress para conocer sus proyectos y aspiraciones, con el grado de Medicina, la competencia con la privada o la ruptura de las relaciones con centros de investigación de Israel entre los muchos temas de la conversación.
Cuenta con una larguísima trayectoria docente, con más de tres décadas dando clase en la Universidade de Vigo, más de dos décadas en cargos de gestión y varios años como vicerrectora. ¿Qué la motivan a dar este paso al frente en la candidatura de H2040?
Fundamentalmente la idea de continuar con el proyecto que iniciamos con H2040. Me animaron desde el equipo de gobierno actual y celebraron un día una votación en la que yo no estaba y decidieron que fuera yo la candidata.
¿Candidata por sorpresa entonces?
No, no, ni mucho menos. Tuve un apoyo firme y unánime por parte de todo el colectivo H2040. También a nivel familiar me animaron a dar el paso. Era algo que se hablaba, la gente me animaba, era vox populi. Lo medité durante un tiempo, no fue una decisión tomada en cinco minutos. Estoy muy ilusionada, con responsabilidad y entusiasmo para poder conseguirlo.
De salir elegida, sería la primera mujer rectora. Ya fue la primera decana en Ciencias del Mar. ¿Llegaría tarde un nombramiento así? ¿Es precisa una perspectiva femenina en la enseñanza universitaria actual?
Los tiempos están cambiando y ya hay muchas más rectoras en otras universidades españolas. Forma parte de un proceso natural, pues muchas más mujeres también conseguimos las cátedras en las universidades y llevamos varios años emprendiendo acciones para promover la igualdad, con ejemplos pioneros como la reducción de docencia a las mujeres tras dar a luz para que puedan continuar en investigación y puedan acabar los sexenios, y de ese modo puedan llegar a catedráticas a la vez que llegan los varones. Pero ya no es tanto por ser hombre o mujer, sino porque tengo una trayectoria que me avala de algún modo para presentarme a la candidatura. Tengo mucha experiencia y un recorrido en la universidad que me hace conocerla bien.
¿Qué valoración hace de los últimos años de la UVigo con Reigosa al frente del rectorado? Ya dijo en la presentación de la candidatura que “puso el listón muy alto”.
Efectivamente, tenemos un muy buen rector, de eso no hay duda. Pero también quedaron cosas en el tintero y también tengo ideas propias. Hicimos muchas cosas y estoy bastante satisfecha de la parte que hicimos en el ámbito de investigación. Por ejemplo, triplicamos el número de proyectos internacionales, donde, a lo largo de estos años, captamos muchísimo talento, mejoramos muchísimo en internacionalización. Pues un 60-65% de las publicaciones que se hacen ahora en la universidad se hacen en colaboración con investigadores internacionales. Entramos en una alianza europea concasi 600 universidades y más de 35 países. Sí que hubo un avance significativo, mejoramos en muchos procedimientos, salieron muchísimas plazas… Pero como decía tengo ideas propias para hacer esa continuidad con el proyecto H20240 que iniciamos hace ocho años.
Los tiempos van cambiando como cambiaron varias leyes. Las universidades están continuamente sujetas a cambios. Durante la crisis del 2008 se dio lugar a que se paralizase la tasa de reposición y no salieron plazas. Después tuvimos el COVID. Son circunstancias que nos hacen crecer en la universidad y, en ese periodo, montamos toda una plataforma de docencia online y empezamos rápidamente a dar esa docencia online. Es algo favorable para contar con esa docencia también interuniversitaria y transnacional. Hay que aprovechar esos momentos, pero que todavía nos queda muchísimo. Me baso en la calidad, y en cualquier proyecto de calidad la mejora continua es la base de ese proyecto. Hay mucho que hacer.
Habla de los momentos de crisis y fue a partir de entonces que, al menos en lo tocante a las administraciones públicas, parece que comenzó a hacerse una mayor apuesta por las FP que por los grados universitarios, con la imagen de que una carrera no garantiza la entrada en el mundo laboral. ¿Vive un mal momento la titulación universitaria?
Es algo en lo que tenemos que intentar mejorar, que nuestros grados sean atractivos y fomentar la empleabilidad. Es más lenta, digamos, porque vemos que se emplean antes a las personas que tienen doctorado, luego las de máster y, después, las de grado. Es decir: el grado de especialización contribuye a que la empleabilidad sea mejor. Y siempre depende de las titulaciones. Aquí, en el caso de las ingenierías, no los quitan de las manos, empiezan a trabajar antes de que terminen la carrera, es una realidad. En el ámbito tecnológico se colocan muy rápidamente.
De todos modos, creo que es bueno que también que progrese la FP, porque en algunos de esos trabajos es muy difícil encontrar gente a día de hoy. Soldadores, fontaneros… también es bueno fomentar esa Formación Profesional, porque nos estábamos quedando sin gente en esos ámbitos y también hace falta. Hay cabida para todos en un momento en que la tasa de paro es muchísimo menor, y nuestros graduados, nuestros doctores, están encontrando trabajo. En ese sentido estoy tranquila, pero hay que continuar, hay que modernizar, hay que intentar tener una universidad más vanguardista, más digital, más abierta al mundo, pero que siga siendo profundamente gallega y comprometida con el territorio. Pero pensar en una universidad que cambie vidas, que ayude al estudiantado a cumplir sus sueños, y que sea también un motor de progreso y de avance para Galicia. Que las empresas vean que el personal que nosotros formamos en nuestras aulas sale muy bien formado, que eso es casi una generalidad que nos dicen cuando nuestros estudiantes salen al extranjero. Podemos decir con orgullo que van bien preparados.
MEDICINA, UNIVERSIDAD DE ABANCA, INVESTIGACIÓN...
Hoy la actualidad de las universidades gira en torno a la descentralización del grado de Medicina. Después del acuerdo alcanzado entre las tres universidades, la Junta de la Facultad de Medicina de la USC decidió no avalar el plan de descentralización. ¿En qué situación queda el acuerdo? ¿Qué medidas se deberían tomar al respeto?
De momento es la opinión de la Facultad de Medicina de Santiago. Este viernes la USC tiene un Consejo de Gobierno que va a tratar este tema. Aún no sabemos cuál va a ser la respuesta, estamos esperando acontecimientos. Nosotros fijaremos un Consejo de Gobierno nuestro para decidir qué hacemos con el acuerdo la semana que viene. En el caso de que no salga favorable, porque hay esa posibilidad, la UVigo está preparada para reactivar el proceso si ese acuerdo finalmente no se firma. En caso de que no se firme creo que es una pérdida de oportunidad estupenda para convertir esa Facultad de Medicina de Santiago en una Facultad para toda Galicia, aprovechando un poco todas las capacidades del sistema sanitario gallego, de todos los hospitales, y también del sistema universitario. Sería una oportunidad para que, desde cada una de las universidades, pudiéramos mejorar en lo que se refiere al profesorado, y fomentar que en un futuro pudiéramos tener facultades mucho más fuertes que las que se podrán montar ahora si no se firma ese acuerdo, y tanto la UDC como la UVigo van a pedir la Facultad de Medicina.
¿Es partidaria entonces que la UVigo vaya más allá?
Esa Facultad de Medicina llegará de forma natural una vez que esa descentralización haya avanzado. Esta descentralización durante estos tres años sería como un proceso de transición para dar ese paso de una forma mucho más adecuada, mucho más natural. Esa es un poco mi idea, al cabo de esos tres años, tendríamos ya profesorado acreditado, tendríamos profesorado propio que está contemplado dentro del convenio, con un porcentaje de ese profesorado que sería de la UVigo, de forma que los doctores tendrían tiempo para acreditarse para poder entrar a formar parte de una Facultad.
Hay que pensar que cuando presentas un título, esos títulos tienen que ser evaluados por la Agencia de Calidad del Sistema Universitario Gallego. Luego presentas una plantilla de profesorado, de titulares, de catedráticos que pueden impartir esa docencia. Hoy, aunque sí que hay doctores, que es una de las condiciones para poder ser docente en la universidad, falta tener las acreditaciones correspondientes. En esos tres años daría tiempo a que mucha gente se posicione mejor y haríamos algo mucho más sólido, con una y con esos tres cursos avanzados. Los primeros cursos, también para nosotros, sería más fácil con el profesorado que tenemos en la Universidad, en la Facultad de Biología, en la Facultad de Química, que tenemos, donde tenemos las asignaturas más básicas, más genéricas. Creo que es positivo, pero que sería bueno hacer esa transición.
Mientras sucede a este debate, la Universidad Internacional de la Empresa anuncia que incorporará más grados a su facultad de Ciencia, Tecnología y Gestión de la Salud. Enfermería para el curso que viene y Biomedicina más adelante. ¿Qué le sugiere la entrada de la privada en el sistema universitario gallego cuando vemos que hay duplicidad de grados?
Recientemente se publicó un decreto del Ministerio por el cual hay que cumplir una serie de requisitos en las universidades para ser consideradas universidades. Hay algunos aspectos como, por ejemplo, la investigación, el número de residencias, que van a ser analizadas en los próximos años, en el marco de ese decreto, porque permiten a las universidades hasta cinco años para adaptarse. Puede que algunas universidades privadas no sean capaces de cumplir todos esos requisitos.
Siempre creí en la universidad pública, creo que debería hacerse desde el Gobierno una mayor apuesta por la pública, sin ninguna duda. De alguna forma competiremos con ellos y podemos pensar en poner algunos de esos grados, porque tenemos gente preparada, tenemos investigación fuerte en el ámbito de Biomedicina, tenemos un centro de investigación en nanomateriales para biomedicina, que es el CINBIO, que es uno de nuestros centros CIGUS… Tenemos mucha gente preparada.
¿Debe la UVigo ver a la Universidad de Abanca como una competidora o cómo debe ser el trato? ¿Cómo captar a los alumnos para que no se vayan a la privada o la otras ciudades o comunidades?
Estamos haciendo continuamente una política de captación con jornadas de bienvenida, jornadas de puertas abiertas en nuestros centros de investigación... Lo que queremos, sobre todo, es que los estudiantes que puedan venir a la universidad, que sepan lo que hay aquí. Muchas veces es difícil trasladar ese mensaje, porque la diferencia fundamental que tenemos en la pública es la parte investigadora, la investigación, transferencia, innovación… es la parte que más queremos mostrar.
La semana pasada celebramos la jornada de puertas abiertas de AtlanTTic. En ella intentamos mostrar a los estudiantes lo que se está haciendo aquí, lo que se está haciendo en el ámbito de la investigación, y que verdaderamente sientan estas carreras como atractivas. Es lo que perseguimos, que ellos puedan comparar, qué ofrece una titulación o qué ofrece una universidad frente a otra. Queremos mostrar las fortalezas que tenemos.
Usted es vicerrectora de Investigación. En estos años se vivió la polémica por los acuerdos de las universidades gallegas con Israel. A septiembre de este año, la UVigo era la única de las tres que realmente había roto los lazos con Israel. ¿Mantendrá esa decisión si sale elegida rectora?
Por supuesto. No tenemos ningún proyecto con ninguna universidad israelí. Hubo alguna petición por parte de algún investigador, pero en ningún momento firmamos un acuerdo. Creo que se debe mantener; el genocidio que sigue existiendo. Llevamos más de dos años en esa situación. Esta es una manera de reivindicar que eso cambie.
La situación geopolítica, las guerras, afectan a la investigación. Sobre todo, ahora hay muchas más convocatorias centradas en temas de defensa, y muchas investigaciones tienen esa esa dualidad. Un dron, por ejemplo, se puede usar pues para hacer una foto del terreno, pero también para mandar misiles. Ocurrió con la carrera espacial, que inventaron los pañales que usan ahora los niños, con la pandemia, con el ejemplo de antes con el campus remoto… Ahí hay un largo camino que recorrer y es preciso que los investigadores sean conscientes de ese tipo de investigaciones, del carácter que pueden tener y cómo pueden modularse.
"MI ASPIRACIÓN ES QUE NUESTROS CENTROS DE INVESTIGACIÓN SEAN MARÍA DE MAEZTU"
Usted es una de las figuras del Centro de Investigación Mariña da Universidade de Vigo, tal vez una de las instituciones más relevantes dentro de la UVigo por la cantidad de investigaciones que allí se llevan a cabo. ¿Cuál será la hoja de ruta con la CIM? ¿Debe tal vez la UVigo volcarse en la especialización en el Mar, considerando la situación de Vigo y el potencial como polo económico?
En la UVigo tenemos en estos momentos cinco centros de investigación y tres de ellos son centros CIGUS, reconocidos por la Xunta por su excelencia: el CIM, el AtlanTTic y CINBIO. Tenemos también cinco institutos de investigación que creamos durante nuestro periodo en la rectoría: un Instituto de Agroecología y Alimentación, un Instituto de Física, Computación y Ciencia Aeroespacial, un Instituto de Justicia y Género, un Instituto de Deporte y un Instituto de Lengua. Esas son nuestras áreas más fuertes y hay que fomentar todas ellas, no potenciar unas frente a otras. No porque yo sea de Ciencias del Mar voy a apoyar más Ciencias del Mar. Aquí se apoyarán todos los ámbitos.
Ellos compiten entre sí, están siendo evaluados periódicamente por la Xunta de Galicia, y tienen además unos comités científicos asesores que les ayudan y que también evalúan a los grupos y los centros de investigación. Creo que deben seguir en ese sentido. Mi máxima aspiración es que todos nuestros centros lleguen a ser María de Maeztu, algunos ya se presentaron, estamos esperando la resolución y ojalá lo consigan. Para mí, sería ideal que todos lo consiguieran en el futuro.
Dicho esto, está claro que Vigo es una ciudad que vive para el mar y que somos fuertes en investigación marina. De hecho, ahí está el Plan Complementario de Ciencias Marinas, en el que estamos, además de la Universidad de Vigo, las otras dos universidades, el Intecmar, Cetmar y hasta once instituciones involucradas en ese en ese Plan. Es un reflejo de toda la fortaleza que tiene Galicia en ese ámbito, con lo cual, pues no es extraño que también en la universidad, tengamos esa fortaleza.
Cuando hablamos de la UVigo solemos a quedarnos en su campus de la ciudad olívica o en la provincia, pero tenemos que pensar también en Ourense. ¿Cuál debe ser la hoja de ruta del campus ourensano? ¿Cuáles son sus mayores urgencias? ¿La futura escuela de Ingeniería Aeronáutica y del Espacio, quizás?
Hay que tener un crecimiento equilibrado en los tres campus. En el caso de Ourense, en particular, estamos con el edificio de Aeroespacial, donde los estudiantes que entran en la titulación de Aeroespacial son muchísimo mejores, con unas notas de corte mucho más altas. Ocurre lo mismo en el ámbito de Agroecología y Alimentación, donde el ranking de Shanghai nos destaca en el número 17 del mundo. Estos dos institutos son el reflejo de la fortaleza que tiene Ourense y también espero que avancen en la especialización y sean catalogados María de Maeztu.
El campus de Pontevedra tiene que ser un motor de progreso, de creatividad. Sobre todo, queremos fortalecer en vínculo con la ciudad y la provincia, apoyando la innovación cultural, social y empresarial con las titulaciones del campus Crea, donde queremos seguir medrando.
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