La planta de biogás de O Saviñao "no tendrá oposición del Concello si pasa los filtros de la Xunta", critican vecinos

Dicen que las palabras se las lleva el viento. En O Saviñao, de momento, solo tienen eso, palabras, aunque poco halagüeñas, que señalan que un proyecto está próximo a cambiar de manera radical la vida de este municipio del rural lucense con poco más de 3.000 habitantes. Se trata de una planta de biogás que, según indicó el Concello a los vecinos, está sobrevolando la localidad. A falta de un proyecto concreto, de momento solo se trataría de un “flirteo” entre los potenciales promotores con algunas granjas vecinas para conocer su predisposición de tratar sus purines, al igual que lodos de depuradora. 

La noticia trascendió la semana pasada después de que la Asociación vecinal de la parroquia de Vilaesteva emitiese un comunicado alertando de un hipotético “accidente medioambiental” si esta planta llegase a instalarse, como prevén, en el lugar de Sanxumil, a escasos 200 metros de algunas viviendas y a menos de un kilómetro del núcleo urbano de Currelos, que cuenta con escuela y centro de salud.

Patricia Varela, presidenta de la asociación de vecinos, fue la primera en elevar las quejas de los habitantes de las aldeas afectadas en previsión de que los olores de esta actividad puedan condicionar la vida en el municipio, así como el constante ir y venir de camiones de gran tonelaje o, incluso, la teórica contaminación de los manantiales que abastecen a las viviendas de Sanxumil, así como eventuales daños sobre el patrimonio al ser una de las probables localizaciones una zona donde podemos encontrar un conjunto de mamoas. 

“EL CONCELLO NO SE OPONDRÁ”

Con todos estos ingredientes, la inquietud en O Saviñao y en el conjunto de la Ribeira Sacra es grande, pero pese a que ha pasado ya más de una semana desde que trascendieron las primeras informaciones, desde la Asociación vecinal de la parroquia de Vilaesteva siguen igual que estaban. “No sabemos nada nuevo. No hay un proyecto presentado en el Concello, o al menos así se lo hizo saber el alcalde a algunos medios”, reconoce Varela. 

De hecho, el hermetismo en este sentido es total. Galiciapress intentó la semana pasada comunicarse con el gobierno municipal por mail y teléfono, sin que haya tenido respuesta a sus requerimientos. Lo que no ocultaron fue el “interés por parte de dos personas” de llevar esta iniciativa hasta O Saviñao. “Nos dijeron que si ese proyecto se presenta y supera los filtros de la Xunta el Concello no se opondrán a su instalación”, apuntan desde la asociación, que tienen constancia de que los movimientos por el momento están dirigidos a buscar acuerdos con los ganaderos del entorno. 

“Sabemos que barajan cuatro posibles emplazamientos, aunque dos ya han sido descartados”, detalla el colectivo vecinal, siendo el de Sanxumil el favorito en esta quiniela, que podría tener consecuencias sobre otros núcleos como las parroquias de Segán, San Vitorio, Chave y los lugares de Castro y Córneas. 

Por ahora no hay encima de la mesa la opción de un nuevo encuentro entre las partes para conocer los pormenores de esta iniciativa. No obstante, los vecinos han solicitado al Concello tomar la palabra en el próximo pleno municipal para tomar parte en el debate. 

FIRMAS Y MESA REDONDA

Sin más avances, los esfuerzos de la comunidad de vecinos están enfocados en lograr más apoyos en la campaña de recogida de firmas online que comenzó de manera meteórica y que logró recabar más de medio millar de apoyos virtuales en solo 24 horas. 

Ahora el planteamiento es llevar las rubricas al papel, pues quieren “llevarlas físicamente al Concello” para mostrar la oposición vecinal, pues muchos de los habitantes de O Saviñao “son personas mayores, sin correo electrónico o que no sabe moverse con soltura en la red”. A falta de concretar dónde se instalarán las mesas para recoger esas firmas, si bien Varela puntualiza que barajan colocar formularios en establecimientos como supermercados y bares para que la gente pueda adherirse, además del habitual “casa por casa”. 

Por otra banda, a falta de fecha, la Asociación de vecinos trata de organizar una mesa redonda informativa en la que explicar “qué es y qué implicaciones tiene una planta de biogás para las personas que viven cerca de ellas”. Organizaciones como ADEGA y los ganaderos de Coesese que en su día se opusieron a la planta de biometano ya han contactado con los vecinos de O Saviñao para trasladarles su apoyo, así como grupos de Antas de Ulla.

“NO DEJARÁN OLORES SOLO A LOS VECINOS  

El principal temor de los vecinos es que la actividad de una planta de biogás pueda ser un hándicap para vivir en la localidad por los malos olores asociados a esta industria. En municipios donde sufren la despoblación, estos proyectos invitan a muchos ya no solo a salir, sino a descartarlos como opción para residir. 

“Los olores y la posible contaminación son cosas que nos preocupan mucho. También posibles accidentes ambientales, que en principio no deberían ocurrir pero que están a la orden del día”, lamenta Varela, mientras agrega que el tráfico de transportes deteriorará las vías de O Saviñao, donde algunas carreteras ya restringen la circulación a vehículos de muchas toneladas. “No nos dejarán olores solo a los vecinos de Vilaesteva, sino a todas las viviendas por donde vayan esos camiones”, consideran. 

Resulta obvio que una planta de biogás puede ser beneficiosa para muchas explotaciones ganaderas en un entorno rural como este, donde el peso del sector primario es más que evidente. La cuestión es si existe un verdadero problema en el tratamiento de los residuos como para necesitar de una instalación así. 

Varela cree que no existe tal problema y que “las granjas aquí no son tan grandes ni les faltan lugares para poder echar los purines en sus campos”. “Los ganaderos en su mayor parte están en contra o tienen dudas. Por eso queremos celebrar cuanto antes la mesa redonda. Lo que les están vendiendo es que el residuo sólido va a poder usarse para la obtención de forraje, pero lo que nos dicen los expertos es que le faltan elementos importantes que hacen que no serán tan productivo o, incluso, tóxico para el suelo”, advierte Varela, que espera que el viento que sopla en O Saviñao se lleve las palabras lejos antes de que lleguen los malos olores.