¿Está Navantia Ferrol lista para construir un portaviones nuclear?
Francia, Italia y España acaban de anunciar la construcción de sus respectivos portaviones de despegue horizontal. Existe la posibilidad de una alianza, algo que podría jugar en contra de Galicia dado que solo los franceses tienen experiencia en portaeronaves de propulsión nuclear.
El gobierno de España encargó a Navantia este verano el estudio de la construcción del primer portaviones de despegue horizontal de la historia de la Armada. Un proyecto de tal envergadura crearía miles de puestos de trabajo.
En principio, de los tres astilleros de Navantia, las gradas de Ferrol y Fene son las favoritas. En Galicia ya se ha diseñado un portaviones de este tipo para Indonesia. Además, en la Ría de Ferrol se botaron los dos portaaeronaves de despegue vertical que se han construído para la Armada, el retirado Príncipe de Asturias y el actual Juan Carlos I.
De ahí, el interés que tiene para Galicia los sucesivos anuncios de diferentes estados europeos referidos a la ampliación de su flota de portaviones. Navantia, uno de los líderes mundiales de construcción naval militar, podría tener que participar no solo en la creación de un portaviones para España, podría participar también en proyectos para los aliados europeos.
La actual pieza clave de la Armada Española, el LHD (Landing Helicopter Dock) Juan Carlos I, si bien es una plataforma versátil y de gran valor estratégico pero , no es un portaaviones puro al estilo de los grandes buques estadounidenses o franceses. Su diseño está optimizado para operaciones anfibias y de apoyo, aunque puede operar con aviones de despegue corto y aterrizaje vertical (STOVL). Parece, eso sí, que no estaría capacitado para soportar F-35B Lightning II, cuya adquisición lleva años atrasándose, dado su gran peso, lo que implicaría reformar la cubierta y, por lo tanto, aumentar el balanceo del buque.
La última novedad es que Francia e Italia están considerando la construcción conjunta de portaaviones nucleares. El proyecto, aún en fase de discusión, podría marcar un antes y un después en la lucha europea por aumentar su soberanía estratégica frente a Estados Unidos y Rusia.
El responsable de la armada de Italia, Enrico Credentino, ha indicado que buscar botar un portaviones en 2040. Este es el mismo año en el que España estima estrenará el suyo.
Por otra parte, Francia ya tiene en marcha un plan para sustituir el veterano Charles de Gaulle. Esta nave es el único portaviones nuclear de los socios europeos de la OTAN. Los galos planean que el nuevo buque sea un 41% mayor que el actual y también con propulsión nuclear. Se prevé que la futura embarcación PA-NG se fabricada en la ciudad portuaria de Saint-Nazaire por MO Porte-Avions, un consorcio que une a Naval Group con Chantiers de l’Atlantique. Posteriormente, el barco será trasladado con propulsión provisional diésel hacia Toulon en 2035, donde se efectuará el abastecimiento del reactor, producido por la gala TechnicAtome.
Los portaviones nucleares tienen la ventaja de que no necesitan repostar. Esto es clave, dado que son buques pensados para proyectar fuerza por todo el globo, donde a veces no hay posibilidad de acceder a suministros.
Con estas cartas sobre la mesa, medios especializados en la industria militar europea han empezado a apuntar que existe la posibilidad de que Francia, España e Italia se alíen para construir portaviones nucleares. Es decir, que diseñen y construyan en conjunto sus tres nuevos portaviones, lo que podría implicar que España dispusiese de su primer navío de propulsión nuclear.
“Más allá de compartir costes, competencias o infraestructuras industriales, ofrece a Francia una salida concreta para relanzar la dinámica del segundo portaaviones, en un marco europeo, pragmático, estructurante y sobre todo asequible”, explicó al respecto el portal galo Meta Defense.
Los anuncios de Italia y España en corto plazo de tiempo apuntan a que algo se está moviendo en las altas esferas europeas.
A nadie se le escapa que Europa mira con mucho recelo a Estados Unidos desde que Donald Trump volvió a la Casa Blanca. La política de América First del magnate y su imprevisibilidad siembra las dudas sobre si Washington es un socio fiable.
Dudas que ya empiezan a tener consecuencias concretas. Por ejemplo, la probable decisión de España de construir su propio portaviones de despegue horizontal apunta a que la Armada busca dejar de depender tanto de los americanos, tradicionales proveedores de las aeronaves de despegue vertical.
Por ejemplo, ahora mismo el avión de despegue vertical más moderno es el caro y no siempre fiable F-35B americano. La alternativa es inferior Rafale M, francés. Un portaviones de despegue horizontal permitiría a España ampliar muchísimo las posibilidades de despliegue aéreo marítimo.
Existe premura, pues hay que tener en cuenta que París estima que firmará el contrato para la construcción de la nueva plataforma marina a finales de este año.
¿Como puede ser el nuevo portaaviones de la armada?
Si España finalmente decidiera embarcarse en un proyecto de tal envergadura, el nuevo portaaviones sería, sin duda, la construcción naval más ambiciosa en la historia reciente del país. Los expertos sugieren varias características clave que lo diferenciarían:
- Mayor Desplazamiento y Capacidad Aérea: A diferencia del "Juan Carlos I", que desplaza unas 26.000 toneladas, un portaaviones de nueva generación probablemente superaría las 40.000 o incluso 50.000 toneladas. Esto permitiría una cubierta de vuelo mucho más amplia y hangares de mayor capacidad, albergando un número significativamente mayor de aeronaves.
- Operación con F-35B y Drones: La compatibilidad con los avanzados cazas F-35B sería una prioridad absoluta. Además, el diseño contemplaría la integración de sistemas aéreos no tripulados (drones) de combate y reconocimiento, esenciales para las operaciones navales modernas. La sinergia entre aeronaves tripuladas y drones maximizaría la efectividad de las misiones.
- Sistemas CATOBAR (Posiblemente): Aunque costoso y complejo, la opción de un sistema de catapultas y cables de detención (CATOBAR) permitiría operar una gama mucho más amplia de aviones, incluyendo cazas convencionales y aeronaves de apoyo (AEW&C). Sin embargo, esta es una decisión que implicaría un aumento considerable en el presupuesto y la complejidad tecnológica. Una alternativa sería un diseño STOVL mejorado, optimizado para la operación del F-35B.
- Propulsión Avanzada: Si cuaja el rumor de una alianza con Francia e Italia, lo más probable es que la nueva nave disponga propulsión nuclear, que ofrecería una autonomía prácticamente ilimitada y mayor velocidad, aunque esta opción conlleva desafíos técnicos y políticos notables que pueden afectar a Galicia. Navantia Ferrol tiene experiencia en la construcción de portaviones, pero no de propulsión nuclear, una tecnología que solo han aplicado en Europa por ahora los franceses.
¿Qué ventajas tiene un portaviones nuclear?
- Autonomía Prácticamente Ilimitada: Esta es la ventaja más destacada. Un portaaviones nuclear puede operar durante décadas sin necesidad de repostar combustible nuclear, lo que le permite permanecer desplegado en cualquier parte del mundo por períodos mucho más largos que un portaaviones convencional. Esto reduce la dependencia de una cadena de suministro de combustible y la necesidad de regresar a puerto para reabastecimiento.
- Mayor Velocidad Sostenida: Los reactores nucleares proporcionan una potencia inmensa, lo que permite al portaaviones mantener velocidades más altas durante períodos prolongados. Esta capacidad es crucial para posicionarse rápidamente en áreas de crisis, lanzar y recuperar aeronaves con mayor eficiencia (ya que la velocidad del buque contribuye al viento relativo sobre la cubierta de vuelo) y evadir amenazas.
- Mayor Capacidad de Carga de Combustible de Aviación y Municiones: Al no necesitar almacenar grandes volúmenes de combustible para su propia propulsión, el espacio liberado puede ser utilizado para almacenar más combustible de aviación, municiones y provisiones para la tripulación y el grupo aéreo. Esto extiende la duración de las operaciones aéreas y la capacidad de combate del buque.
- Menor Huella Logística: La independencia de repostar combustible reduce drásticamente la huella logística del portaaviones. No necesita buques de apoyo para el reabastecimiento de combustible en el mar con tanta frecuencia, lo que simplifica la planificación de las operaciones y libera a otros buques de la flota para otras tareas.
- Mayor Estabilidad de Precios de Combustible: Aunque la inversión inicial es mucho mayor, los portaaviones nucleares son inmunes a las fluctuaciones del precio del petróleo, lo que puede ofrecer una mayor estabilidad a largo plazo en los costos operativos, una vez descontada la inversión inicial y los costos de mantenimiento del reactor.
La Armada inicia los trámites para incorporar un portaviones que se sume al 'Juan Carlos I'
Escribe tu comentario