La salida de Ryanair de los aeropuertos de Santiago de Compostela y Vigo supone un golpe histórico para la conectividad aérea gallega. La compañía irlandesa reducirá más de un millón de plazas en la comunidad, en una decisión que atribuye al incremento de las tasas de Aena, aunque desde el gestor aeroportuario se cuestiona esa versión. Galicia, que había visto como Ryanair se convertía en uno de sus dos principales operadores, se enfrenta ahora a un futuro incierto en materia de transporte aéreo.

Galicia, el epicentro del recorte

El ajuste anunciado por Ryanair afecta a toda España, pero Galicia se lleva la parte más severa. Más de la mitad de las plazas eliminadas en el país corresponden a aeropuertos gallegos. El movimiento deja sin vuelos a Vigo y desmantela la base de Santiago.  

Se estima una pérdida de 453.000 plazas directas solo en Santiago Lavacolla. En total, Galicia dejará de contar con alrededor de 1,25 millones de asientos, lo que supone un 20 % del tráfico aéreo de la comunidad.

• En Santiago: 
  • Se cancelan vuelos a Alicante, Palma de Mallorca, Málaga, Barcelona, Gran Canaria y Zaragoza desde el 26 de octubre. 
  • Desde el 26 de octubre se reducen frecuencias a Tenerife Sur (de 10 a 3 vuelos semanales), Lanzarote (de 5 a ), Londres (de 5 a 2),  y Valencia (de 8 a 4)-
  • Al terminar este verano se eliminan todas las dos frecuencias semanales de los vuelos estivales que partían de Lavacolla a Bruselas, Dublín, Fuerteventura, Menorca, Ibiza y Memmingen. Son conexiones que era previsible dejasen de funcionar al terminar la temporada turística.
  • Se mantiene cuatro conexiones semanales a Sevilla
• En Vigo: 
  • Desaparecen todas las conexiones a Londres (tres a la semana).,
  • Antes, en pleno conflicto con el Ayuntamiento, la compañía ya había suprimido Barcelona, Dublín, Bolonia y Milán.

Esto implica que destinos de gran demanda, no solo para turistas pero también para los numerosos emigrantes gallegos, como Londres, Tenerife o Barcelona, quedarán fuera de la oferta de Ryanair. La magnitud del recorte supone que la aerolínea pierda su posición de liderazgo en Galicia, donde hasta ahora transportaba a casi un tercio de los pasajeros aéreos. Solo Iberia transportaba más personas en el país. A nivel estatal, la empresa irlandesa era la líder. 

Impacto económico y social

El repliegue representa también un duro golpe económico. La compañía había convertido su presencia en Galicia en un polo de atracción de turistas y en un factor clave para el tejido empresarial, que dependía de la conectividad aérea para mantener relaciones con mercados nacionales e internacionales. Las estimaciones de impacto apuntan a una pérdida de cientos de miles de visitantes al año, lo que afecta a sectores como la hostelería, el comercio y los servicios.

En Vigo, la desaparición total de la aerolínea significa un retroceso en su capacidad de atraer viajeros internacionales. En Santiago, la reducción drástica de rutas complica la movilidad de los gallegos hacia otras polos turísticos españoles y europeos.

Un pulso con Aena

Ryanair atribuye esta decisión a la subida de las tasas aeroportuarias prevista a partir de 2026, que considera excesiva para mantener la rentabilidad de las rutas regionales. Aena, en cambio, rechaza ese argumento y defiende que sus tarifas están por debajo de la media europea. 

El organismo público apunta a una estrategia propia de la aerolínea, que en los últimos años ya había reducido su presencia en otros aeropuertos españoles como Vigo, Santander, Asturias o Canarias. Ryanair tiende a crear conexiones si logra subvenciones de las administraciones locales para después cancelarlas si esas ayudas públicas no se mantienen. 

La retirada de Ryanair abre un nuevo frente en el debate sobre la coordinación de los tres aeropuertos gallegos. La Xunta vuelve a situarse bajo presión para definir una estrategia clara que permita reforzar la competitividad de las terminales de Santiago, A Coruña y Vigo. Así se lo ha demandado, por ejemplo, el gobierno local de Santiago de Compostela. 

El repliegue de Ryanair también se deja sentir en Asturias y en Cantabria, aunque con una intensidad menor. En el Principado se eliminarán varias conexiones internacionales, lo que limita la capacidad de crecimiento del aeropuerto de Oviedo.