Caballos salvajes vuelven al monte gallego para ayudar a prevenir los incendios
Varios équidos ya han sido reintroducidos en los montes Froxán gracias al proyecto A Volta das Bestas, que promueven la Fundación Naiterra y Montescola. “Tesmos que deixar de ver os cabalos salvaxes como gando" explica uno de los promotores que propone, recordando la evidencia científica, pasar a considerarlos “bombeiros de catro patas”.
Ya antes de un verano en el que los incendios arrasaron la mayor superficie de la historia, una ONG gallega había propuesto recuperar las manadas de caballos salvajes como herramienta preventiva. La idea —sencilla en apariencia— combina tradición rural, ecología y manejo del paisaje: aprovechar el pastoreo natural para reducir biomasa y frenar la velocidad y la intensidad del fuego.
El debate ha saltado de los foros técnicos a la calle porque la magnitud de la catástrofe lo exige. 120.000 hectáreas calcinadas y docenas de casas quemadas -según indicó el presidente de la Xunta ayer- han vuelto a colocar la gestión del monte en el centro de la agenda pública. Para muchos, un elemento clave ha sido la ausencia de pastoreo tradicional y la expansión de especies muy inflamables.
Naiterra apuesta por una estrategia basada en la restauración de procesos naturales —no en plantillas de “ganadería industrial”— y por ello impulsa el proyecto “A volta das bestas”, que pretende crear en Froxán una grea de caballos salvajes capaz de mantener el monte limpio de forma continua y con mínimo manejo humano.
“sSería un erro enorme asimilar a noción de pastoreo exclusivamente con pasteiros artificiais”
La propuesta responde a una idea que hoy gana apoyos entre técnicos: el pastoreo reduce combustible. Darío Toxeiro, directivo de Naiterra, resume el argumento en un tono pragmático y ecológico: “Nas últimas semanas vense xerando un amplo consenso relativo ao papel fundamental que debe ter no futuro o pastoreo na xestión da biomasa como estratexia de prevención de incendios. Non obstante, sería un erro enorme asimilar a noción de pastoreo exclusivamente con pasteiros artificiais, sen ter en conta a biodiversidade e funcións ecosistémicas do pastoreo natural.” En su diagnóstico aparecen dos ideas inseparables: restaurar hábitats y reducir riesgo. Prevención es la palabra que repite.
¿Cómo se financia un experimento así? Naiterra lo ha diseñado como una mezcla de mecenazgo comunitario y donaciones. El proyecto “A volta das bestas” se gestiona en colaboración con Montescola y la Comunidade de Montes de Froxán: “O proxecto ‘A volta das bestas’ é unha iniciativa de Montescola e a Comunidade de Montes de Froxán. Calquera persoa pode amadriñar unha besta colaborando deste xeito a formar e manter a primeira grea de cabalos salvaxes de Froxán.” La fórmula más sencilla es una aportación simbólica mensual a través de Teaming; también aceptan donaciones directas a las fundaciones implicadas, como Naiterra.
El trabajo sobre el terreno también pasa por voluntariado y jornadas. Naiterra lleva años actuando contra especies invasoras y recuperando turberas y queirogales que la monocultura de pino y la falta de pastoreo dejaron degradados: “Desde Naiterra levamos anos acompañando o traballo feito en Froxán para eliminar especies pirófitas e invasoras e recuperar os hábitats autóctonos… Prácticamente todos os meses se convoca algunha xornada de traballo que ademais son excelentes oportunidades para coñecer todo o xa conseguido e agora tamén para ver os cabalos.”
Respecto a plazos y números concretos, el proyecto ya ha iniciado movimientos reales en el monte. Según Toxeiro, en Froxán ya hay ejemplares introducidos: “Neste momento están xa en Froxán un macho procedente do monte de Esteiro e dúas fémias que chegaron en agosto do monte do Chá. Coas doazóns que se están a recibir espéranse poder adquirir as sete bestas restantes nos próximos meses e será nese punto que se soltarán todas xuntas no monte.” El objetivo es soltar una manada completa que funcione de forma natural.
La reintroducción de las “bestas” remite a un problema más amplio: la drástica reducción de estas poblaciones en las últimas décadas. Estudios señalan una caída notable: desde estimaciones de unos 22.000 ejemplares en los años setenta hasta alrededor de 10.000 en fechas recientes. Esa pérdida de herbívoros ha tenido consecuencias en la estructura del monte y en su inflamabilidad.
Una de las preguntas más repetidas en los debates sobre lso caballos salvajes es ¿son viables dado que el lobo en teoría está ganando terreno y los las crías de caballos son la presa favorita de los cánidos. Toxeiro contextualiza: “O colapso das greas de cabalos salvaxes é o que levou á desarticulación das poboacións de lobo (predador apex) e a un aumento da conflituosidade con esta especie. A recuperación das bestas nos montes é chave para reducir a conflitividade cos lobos e para estabilizar as súas poboacións.” .
En lo referido al impacto en su proyecto, admiten que existirá depredación ocasional de potros, pero la visión es global: más equilibrio en la red trófica reduce conflictos a largo plazo.
Evidencia científica sobre el trabajo preventivo de los caballos
Desde el punto de vista técnico, ¿cómo corta un caballo la cadena del fuego? Los caballos —explican en Naiterra— son capaces de procesar vegetación leñosa que otros herbívoros no consumen con la misma eficiencia: toxo, brezos y matorral bajo que actúan como combustible. La reducción de altura y densidad del sotobosque crea franjas menos continuas para el avance del fuego y mejora la resiliencia del paisaje. Estudios recientes en la península y en Portugal apoyan esta idea: trabajos científicos han documentado una disminución del riesgo de incendios y una mejora de la heterogeneidad del paisaje cuando grandes herbívoros pastan de forma libre o semi-salvaje. Corte del combustible es el efecto buscado.
Además de la prevención del fuego, la recuperación de hábitats prioritarios es otra de los beneficios esperados. En las sierras atlánticas occidentales, los queirogales y las turberas están en retroceso por la expansión de especies invasoras y por la matorralización derivada de la ausencia de animales que abrían y mantienen las claras. Toxeiro lo describe así: “Nas serras atlánticas occidentais, as paisaxes abertas de queirogal están a desaparecer e degradarse debido á expansión do eucalipto e acacia, e á matorralización derivada da desaparición das bestas e doutros usos tradicionais… Os cabalos son esenciais para a recuperación destes hábitats.”
“Non requiren intervención humana desde un punto de vista biolóxico”
El proyecto se concibe también como un modelo replicable: los caballos salvajes gallegos requieren poco manejo humano, con un sex ratio equilibrado y mínima intervención veterinaria para no dañar las comunidades del suelo y su microbiota. “As bestas, pola súa natureza de animal silvestre… non requiren intervención humana desde un punto de vista biolóxico. Por iso son unha solución baseada na natureza para a xestión sostible da paisaxe cun mínimo input humano.”, explica el activista.
Así las cosas, si el banco genético local se refuerza poco a poco, la idea es que núcleos como Froxán actúen como focos de dispersión y recuperación en zonas cercanas.
El mensaje va más allá de los beneficios prácticos. “Tesmos que deixar de ver os cabalos salvaxes como gando, para pasar a consideralos ‘bombeiros de catro patas’ e ‘heroes climáticos’,” dice Darío.
Para colaborar, además de apuntarse a las jornadas de voluntariado, quien lo desee puede “amadriñar” una besta con aportaciones simbólicas en la campaña de Teaming del proyecto o hacer donaciones directas a las fundaciones implicadas. El experimento en Froxán no promete soluciones milagro, pero sí una primera experiencia que puede dar resultados tangibles para encontrar formas para conseguir un monte menos combustible y más vivo. Algo que, visto lo sucedido en agosto, es urgente para la salud del medio ambiente de Galicia.
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