Arranca con tropiezos la campaña de Bonos Corazón en Santiago: hoy comenzó el plazo para bajarlos y gastarlos

A primera hora, cuando debía estar operativa la página para registrar usuarios, muchos encontraron que la web estaba bloqueada. Usuarios que intentaban acceder recibían mensajes de error o simplemente no podían cargar la pantalla. La confusión creció cuando la plataforma comenzó a indicar que “el registro de usuarios está pechado”, como si el plazo ya hubiese cerrado, aunque en realidad aún no había comenzado.

Fallos en el arranque

Casi 15 minutos después del horario previsto, algunos navegadores mostraban que “el plazo todavía no había empezado” hasta que, finalmente, el sistema se puso en marcha y se abrió el acceso al registro y descarga de bonos. Desde entonces los interesados ya pueden completar su alta –con nuevos datos, puesto que los registros de ediciones anteriores no son válidos– y generar sus bonos para su uso en establecimientos adheridos.

Este tipo de contratiempos no son infrecuentes en lanzamientos digitales de descuentos. Se explican, casi siempre, por la altísima demanda al inicio de la promoción, pues los consumidores temen quedarse fuera dado que el importe subvencionado no es infinito.

El programa Bonos Corazón Compostela es una iniciativa destinada a incentivar el consumo local en comercio y hostelería dentro de Santiago. Cada bono tiene un valor máximo de 50 euros, de los cuales el 40 % (20 €) lo subvenciona el Concello y el resto (30 €) lo aporta la persona usuaria.

Cada persona puede solicitar hasta tres bonos, lo que suma un máximo de 150 euros en descuentos si se adquieren los tres. Estos bonos se descargan en formato digital mediante un código QR que debe presentarse en los comercios adheridos al programa, y funcionan a través de una aplicación tipo Wallet o mediante la plataforma habilitada para ello.

¿Quién puede participar?

Pueden beneficiarse personas físicas mayores de edad, aunque no estén empadronadas en Santiago, lo que amplía la cobertura del programa a estudiantes, visitantes o residentes en municipios limítrofes. Los datos de ediciones anteriores no sirven para esta convocatoria: es obligatorio nuevo registro con DNI / NIE, correo electrónico y número de móvil donde recibir una contraseña.

Los establecimientos adheridos deben tener su sede en el municipio de Santiago y, salvo los locales de hostelería, contar con una superficie inferior a los 500 metros cuadrados para poder participar.

Los bonos podrán canjearse en las compras realizadas en los establecimientos adheridos hasta que finalice el plazo o se agote el saldo disponible.  El importe restante de un bono que no haya sido consumido caduca: no hay retorno del dinero no usado.

En cuanto al límite por comercio, el Ayuntamiento financia hasta 15.000 euros (del 40 % subvencionado) para cada local adherido. Eso significa que si el volumen de bonos canjeados supera esa cifra, el exceso quedará fuera de la subvencio´n. 

Doble convocatoria y más fondos

Para 2025, el Ayuntamiento elevó el presupuesto de la campaña a 600.000 euros, frente a los 450.000 del año anterior, y por primera vez divide la iniciativa en dos convocatorias: una en mayo (la actual) y otra en otoño. Esto permite cubrir periodos de menor actividad comercial y responder a las peticiones del sector.

En la convocatoria de este otoño, los bonos se podrán solicitar desde hoy y tendrán validez por un mes, hasta el 15 de noviembre.  

El Ayuntamiento espera que, con esta fórmula ampliada, la medida tenga un impacto de mayor alcance en el comercio local y contribuya a dinamizar ventas en épocas con menor movimiento.

En la edición de 2024, la campaña movilizó casi 1,5 millones de euros en ventas locales, con la participación de más de 500 establecimientos y miles de usuarios que canjearon bonos. Los resultados de aquel año son vistos como un respaldo al modelo del programa frente a grandes superficies y comercio online.

El Ayuntamiento de Santiago, a través de la concejala de Comercio María Rozas (Compostela Aberta), ya había adelantado que el incremento presupuestario y la división en dos convocatorias respondían precisamente a demandas del tejido comercial local. Rozas sostiene que los bonos no solo ayudan a sostener la actividad económica cercana, sino también a que nuevos clientes descubran el comercio de proximidad.