La Xunta abre la mano con el eucalipto y los ecologistas alertan: "La moratoria es un colador"

Durante la presente moratoria, el polémico árbol ha seguido ganando terreno y ya ocupa un tercio de todos los bosques del país. Sin embargo, la Xunta ha decidido flexibilizar la prohibición. Algo que para Ecoloxistas en Acción supone un "colador" con el que se pueden legalizar las numerosísimas plantaciones ilegales que siguen apareciendo en el monte sin que la Xunta llegue a sancionarlas en la inmensa mayoría de los casos. 


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Archivo - Eucaliptos
Archivo - Eucaliptos

La gestión forestal de Galicia vuelve a situarse en el centro del debate político y ambiental. El Gobierno gallego anunció ayer la prórroga de la moratoria a las nuevas plantaciones de eucalipto hasta el 31 de diciembre de 2030, una medida que a primera vista continúa la senda de contención iniciada años atrás. Sin embargo, la decisión viene acompañada de una "flexibilización" de la norma que ha encendido de inmediato las alarmas de las organizaciones ecologistas. La Xunta defiende la medida como una herramienta para ordenar el monte, luchar contra el abandono y mejorar la productividad, mientras que colectivos como Ecoloxistas en Acción la califican como un conjunto de "agujeros" que perpetúan un modelo que consideran fallido y al servicio de la industria de la celulosa.

 

La principal novedad anunciada por la Consellería do Medio Rural consiste en la introducción de dos supuestos que permitirán plantar eucaliptos donde antes no era posible. La primera excepción afecta a los propietarios de pinares que estén gravemente afectados por la plaga de la banda marrón, una enfermedad fúngica que seca y mata los árboles. En estas parcelas, se autorizará la sustitución por eucalipto, aunque con condiciones estrictas: la plantación no podrá superar el 50% de la superficie a repoblar, debiendo destinarse el resto a coníferas o frondosas autóctonas. Además, será una autorización para una única corta, tras la cual el titular estará obligado a regresar al pino o a otras especies. Desde el gobierno autonómico se subraya que esta vía estará vetada en terrenos de la Red Natura y que requerirá un informe técnico que acredite la afectación.

 

 

 

 

 

La segunda vía de flexibilización se centra en la reestructuración de explotaciones ya existentes. Se permitirá el "relevo" de masas de eucalipto, especialmente aquellas más degradadas o con menor rendimiento. Esto significa que un propietario podrá trasladar su plantación a una nueva ubicación, siempre y cuando la parcela original sea transformada obligatoriamente en una masa de coníferas o frondosas. La superficie de la nueva plantación de eucalipto no podrá exceder, con carácter general, el 75% de la que se abandona. La Xunta argumenta que esta medida busca concentrar la producción en terrenos más aptos y con mayor productividad, liberando al mismo tiempo otras áreas para la diversificación de especies, en línea con los objetivos del Plan Forestal de Galicia.

 

Desde la administración gallega se insiste en que estas modificaciones no contradicen el espíritu de la moratoria, cuyo objetivo final es reducir la superficie ocupada por el eucalipto en unas 20.000 hectáreas para el año 2040. Defienden que se trata de un enfoque pragmático para atajar problemas reales como el abandono de fincas forestales que dejan de ser rentables por plagas, lo que a su vez incrementa el riesgo de incendios. El propósito, según fuentes de Medio Rural, es mantener un sector forestal potente y rentable, pero ordenado, diverso y más resiliente. Sin embargo, esta visión no es compartida por los colectivos que llevan años luchando contra lo que denominan la "eucaliptización" de Galicia.

 

Ecoloxistas alerta de los riesgos de los "agujeros" en la norma

La reacción de las organizaciones ambientalistas no se ha hecho esperar. Para Ecoloxistas en Acción, la decisión de la Xunta es una noticia agridulce. El portavoz de la organización en Galicia, Cristóbal López, consultado sobre este anuncio, ha sido tajante en su valoración. "La moratoria es un colador, una normativa llena de agujeros por los que colar más plantaciones y un aumento de la masa de eucalipto", denuncia. Sostienen que, lejos de ser una herramienta de contención, estas excepciones abren la puerta a una mayor expansión de la especie, que según el último inventario forestal ya es la mayoritaria en todo el territorio gallego, muy por encima de las previsiones que marcaban los planes forestales históricos.

 

La crítica más dura de la organización apunta a que la flexibilización podría servir como un mecanismo para blanquear situaciones irregulares, que todo el mundo sabe son muy frecuentes en el monte gallego. "Incluso es una especie de regulación encubierta de las plantaciones ilegales", afirma el portavoz. El temor es que, bajo el paraguas de la lucha contra una plaga o la mejora de la productividad, se consoliden plantaciones en zonas donde no deberían estar o se facilite su expansión a costa de otras masas forestales, perpetuando el dominio del monocultivo. Hay que recordar que hace décadas que está prohibido plantar eucalipto en tierras de labradío. Una prohibición que está a vista de todos algunos propietarios se saltan con total impunidad. 

 

A pesar de la contundencia de sus críticas, desde Ecoloxistas en Acción admiten un matiz positivo en el anuncio del gobierno. "Pero aún así, que se prorrogue esta moratoria, que se hable del grave problema ambiental y social de la eucaliptización en Galicia, es un paso adelante", reconocen. Consideran que mantener la moratoria en la agenda política, aunque sea en una versión que consideran debilitada, permite que el debate social siga vivo y que la presión sobre las administraciones no decaiga. Lo ven como un punto de partida, no como un logro final.

 

"Un paso pequeño sobre el que tenemos que seguir empujando para que de verdad se dé una reducción de esta especie en favor de autóctonas

 

Para la organización ecologista, el camino a seguir es radicalmente distinto al que plantea la Xunta. "Un paso pequeño sobre el que tenemos que seguir empujando para que de verdad se dé una reducción de esta especie en favor de autóctonas", explican. Su propuesta pasa por un cambio de modelo forestal que prime la diversidad, el monte multifuncional y las especies de crecimiento lento pero de mayor valor añadido. Apuestan sobre todo "por frondosas y arbolado de madera de alto valor que además afiance la disminución de la huella de carbono en su procesado".

 

Este argumento conecta directamente con la crítica al modelo económico que, según ellos, subyace a la política forestal gallega. El portavoz de Ecoloxistas en Acción aporta un dato que considera revelador: "No debemos olvidar que si bien la tala en Galicia ronda el 80% del total del estado en metros cúbicos, sin embargo en valor económico no alcanza el 20%". Para la organización, esta desproporción es una prueba "bien significativa de que el país está al servicio de las celulosas", en una clara alusión a la potente industria papelera que opera en la comunidad, liderada por ENCE, y cuya demanda de madera de eucalipto impulsa las plantaciones que han degradado gran parte del monte de Galicia.

 

El eucalipto ha seguido ganando terreno durante la presente moratoria

El eucalipto ha protagonizado una de las transformaciones paisajísticas y ecológicas más profundas de Galicia en el último medio siglo. Su expansión ha sido constante y exponencial, pasando de ser una especie testimonial a convertirse en la formación arbórea dominante en grandes extensiones del territorio, un fenómeno impulsado por factores económicos, industriales y sociales.

 

Los inicios y la primera gran expansión (Siglo XX)

 

Aunque las primeras plantaciones de eucalipto en Galicia datan del siglo XIX con fines ornamentales y para desecar zonas pantanosas, su expansión a gran escala no comenzó hasta mediados del siglo XX. El verdadero catalizador fue la instalación de la fábrica de celulosa de ENCE en Pontevedra en los años 60. La demanda industrial de madera de crecimiento rápido para la producción de pasta de papel creó un mercado estable y rentable para los propietarios forestales.

 

Los datos de los primeros inventarios forestales nacionales reflejan este crecimiento:

  • Años 70: Según el Primer Inventario Forestal Nacional (IFN1), realizado en Galicia alrededor de 1972-1973, la superficie de eucalipto rondaba las 125.000 hectáreas. Ya era una presencia significativa, pero todavía competía en extensión con los pinares y las frondosas autóctonas.
  • Años 80 y 90: La expansión se aceleró drásticamente. El Segundo Inventario Forestal Nacional (IFN2, 1986-1987) ya mostraba un aumento muy notable, y el IFN3 (1997-1998) confirmó una explosión en su cultivo. Durante este periodo, la superficie ocupada por el eucalipto llegó a triplicarse. Se consolidó como la opción más rentable para muchos propietarios de montes, especialmente en las provincias costeras de A Coruña y Pontevedra, debido a sus cortos turnos de corta (entre 12 y 15 años) en comparación con el pino o las especies autóctonas.

 

El siglo XXI: Consolidación como especie dominante

 

La tendencia ascendente ha continuado sin freno durante las últimas décadas, a pesar de la creciente preocupación social y ecologista por su impacto en la biodiversidad, el consumo de agua y su papel en la propagación de incendios forestales. La introducción del Eucalyptus nitens, una especie más resistente a las heladas, permitió además su expansión hacia zonas del interior de Lugo y Ourense, donde el tradicional Eucalyptus globulus no prosperaba.

 

Las cifras de los inventarios más recientes evidencian su dominio absoluto:

 

  • Cuarto Inventario Forestal (2009-2010): La superficie ya superaba las 300.000 hectáreas de masas puras, sin contar las masas mixtas donde también estaba presente.
  • Datos posteriores: Estimaciones realizadas en 2018 ya situaban la cifra cerca de las 390.000 hectáreas.
  • Inventario Forestal de Galicia (2023): Los datos más actualizados, presentados por la Xunta de Galicia, cifran la superficie de eucalipto en 409.026 hectáreas.

 

 

Chart

Este último dato confirma que, pese a la existencia de una moratoria para nuevas plantaciones desde 2021, la superficie no solo no se ha reducido, sino que ha seguido aumentando ligeramente. Hoy en día, el eucalipto ocupa casi un tercio de la superficie forestal arbolada de Galicia, superando tanto a los pinares como a las masas de frondosas autóctonas en extensión. En poco más de 50 años, su presencia se ha multiplicado por más de tres, alterando de forma radical el paisaje y el ecosistema gallego.

 

 

 

 

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