Masa Valverde, la gemela de Mina de Touro que Atalaya prevé abrir en 2026

El proyecto Masa Valverde, en los municipios onubenses de Beas y Valverde del Camino, alberga del orden de cien millones de toneladas de mineral, principalmente cobre y zinc, y se considera una de las mayores concentraciones de sulfuros masivos del mundo, ligada al suministro de materias primas “críticas” para la transición energética.​ Recientemente la multinacional indicó que, tras obtener todos los permisos, prevé empezar a extrarer mineral a finales del próximo año.

En paralelo, el proyecto de Cobre San Rafael para reactivar la explotación de Touro-O Pino, participada por Atalaya Mining y Explotaciones Gallegas,  espera recibir luz verde en tramitación ambiental en marcha, una vez que ya ha logrado  declaración de iniciativa estratégica por parte de la Xunta.  La mina, que ya funcionó como explotación cuprífera entre 1973 y 1986, aspira ahora a volver a producir cobre en el noroeste peninsular con un diseño que la empresa califica de “nueva generación” pero que los críticos con la mina estiman que es idéntico al proyecto que la Xunta tumbó hace un par de años por problemas ambientales.

Según la información difundida por la compañía y las administraciones, Masa Valverde contempla una inversión en torno a 175 millones de euros para su desarrollo, incluyendo la construcción de la rampa de acceso y las infraestructuras principales. Atalaya prevé  una vida útil estimada inicialmente en unos 14 años, ampliable en función de los resultados de exploración.​

En el caso de Touro, la documentación presentada ante la Xunta cifra la inversión inicial en cifras muchos mayores,  pues unos195 millones de euros se ejecutarían fundamentalmente en los primeros 15-18 meses para construir la planta de procesado y el resto de instalaciones. A lo largo de toda la vida de la mina, Cobre San Rafael estima un esfuerzo económico total cercano a los 1.200 millones entre gastos operativos e inversiones adicionales, con un horizonte de explotación de unos 13 años y previsión de ingresos superiores a 2.000 millones.​

La empresa subraya que el proyecto Masa Valverde generará más de 150 puestos de trabajo directos y hasta unos 600 indirectos, ligados tanto a la fase de construcción como a la de operación, en una provincia con fuerte tradición minera como Huelva. Además, la compañía considera que el mineral extraído podría procesarse aprovechando la infraestructura ya existente en Riotinto, lo que refuerza su estrategia de convertir esa planta en un centro regional de tratamiento.​ El yacimiento está aproximadamente a 28 kilómetros al sur de Riotinto. 

En Galicia el procesado tendría que hacerse localmente, lo que dispara los costes, riesgos ambientales e inversión necesaria. La documentación del proyecto de Touro habla de hasta 1.600 empleos entre directos e indirectos en los momentos punta.

En cuanto a la producción, en el caso andaluz, las proyecciones de Atalaya apuntan a que Masa Valverde podría alcanzar una producción del orden de 30.000 toneladas de cobre al año. La empresa destaca que los sondeos recientes están confirmando zonas de alta ley de cobre, lo que abre la puerta a prolongar la actividad más allá de las previsiones iniciales.​ Es una cifra similar a la que se prevé en Galicia, un estudio de prefactibilidad de Atalaya / Cobre San Rafael indica que la explotación produciría aproximadamente 30 000 toneladas de cobre al año en concentrado durante la vida útil inicial de la mina (~12-15 años).

Para Touro, los documentos remitidos al Gobierno gallego señalan que el yacimiento alberga reservas que, a precios actuales, permitirían obtener más de 2.000 millones de euros en ventas de cobre durante la vida de la explotación. D 

Debate ambiental y posiciones en Galicia

La multinacional dice que tanto Masa Valverde como Touro se presentan por parte de Atalaya Mining y Cobre San Rafael como proyectos alineados con los estándares europeos más exigentes, con compromisos en materia de restauración progresiva del terreno, control de vertidos y reducción de la huella de carbono. En el caso gallego, la empresa insiste en conceptos como “vertido cero” y minería de transferencia, con el relleno de huecos mediante estériles y un seguimiento continuo de aguas y suelos.​

Sin embargo, en Galicia el proyecto de Touro lleva décadas generando una notable contestación social y política, con plataformas vecinales y colectivos ecologistas que cuestionan el impacto sobre el territorio, la calidad del agua y actividades como la ganadería o el turismo rural.