Banderas negras en la costa gallega y no de piratas
Ecologistas en Acción ha presentado su informe de “Banderas Negras” con casos flagrantes de incumplimiento medioambiental y con riesgos para la población. Galicia, con dos casos por cada una de sus provincias litorales, igual que en el resto de España. Algunas conclusiones alertan sobre la ausencia de controles efectivos en la calidad de las aguas en lo que afecta a pesca, ecosistema marino y calidad de vida de las personas que viven en el litoral
El litoral parece llevarse casi la mayor parte de todas las acciones más dañinas para el medio ambiente. Así lo refleja el informe Banderas Negras 2025 realizado por Ecologistas en Acción. De esta forma, se han elegido dos casos por cada provincia costera quedando en el siguiente resultado: A Coruña con los casos de Altri por su afecctación a la ría de Arousa y playa de Suevos, Lugo: illa Pancha (Ribadeo) y balsa de lodos rojos de Alcoa (Xove) y Pontevedra con Illa Toralla y el acceso privado al mar desde el chalé de Feijóo en Moaña. “Todo esto implica un trabajo previo para tomar datos, reunirlos y analizarlos” dice Cristóbal López de Ecoloxistas en Acción Galiza. Este trabajo ha supuesto la señalización de lugares que se ven afectados por vertidos, ilegalidades contra Red Natura y contaminación de aguas además de invasión de espacios públicos.
CASOS
Lugo
En el caso de la comarca de A Mariña, las dos banderas negras apuntan primeramente a la Illa Pancha. Se trata de un islote donde se sitúa un faro y que está en el término municipal de Ribadeo. El islote se une a tierra por un puente que daría acceso directo a él pero han sido varios los años en que se ha tomado este pedazo de tierra rodeado de agua como un lugar privado. Según el informe 'Banderas Negras 2025' este hecho atenta contra el uso público del litoral, pues hasta hace solo unos años se colocaron verjas para que nadie pudiese entrar libremente al islote. “Ese lugar está dentro de Red Natura para la protección de aves”. Sin embargo, una iniciativa privada hostelera ha convertido parte del faro en una cafetería, algo que ha ido a parar a los tribunales por uso indebido de espacio marítimo-terrestre.
Balsa de lodos rojos en Xove. Este depósito contiene miles de metros cúbicos procedentes de la limpieza de bauxita, materia prima para fabricar aluminio en la factoría de Alcoa. En ese sentido, la empresa ha solicitado subir la cota del muro de contención para poder verter más residuos. Además de la ocupación de terreno con materiales contaminados, existe el problema de los emisarios marinos que han estado vertiendo desde la balsa metales pesados al mar. Las mediciones de la calidad del agua se hacen pensando en la presencia de fecales, no pensando en metales pesados. “Las aguas están limpias de fecales pero no de residuos inorgánicos pesados”. Estos restos no son reabsorbidos por el medio natural dicen desde EEAA.
A Coruña
El caso de Altri está en boca de todos. La instalación de la pastera en tierras de Palas de Rei río arriba del Ulla acabaría afectando a la ría de Arousa, al marisqueo (la ría es una de las zonas de mayor producción del mundo), a la calidad del agua también puede afectar al turismo, con lo que la pérdida de puestos de trabajo en diversos sectores traería un declive económico muy importante.
El otro caso es la playa de Suevos adónde van a parar los residuos de una depuradora que, en época de lluvias o de incremento de la población por la llegada de turistas, desborda su contenido que va a parar al mar. “Es como abrir un grifo y ver que todo se desparrama hacia el mar”. La cuestión es que en este lugar son muy abundantes las caletas y playas pequeñas con lo que un aumento desmesurado en los vertidos puede afectar a todo el litoral de la zona. “Aún así alguna playa del lugar se ha llevado una bandera azul” aunque se pueda ver afectada por un vertido de la depuradora.
Pontevedra
Isla de Toralla, Vigo, al igual que en el caso de Illa Pancha, un territorio insular ha sido privatizado incluso yendo contra la ley de costas vigente. Existe una urbanización privada dentro de este espacio y un edificio de setenta metros de altura con más de cien apartamentos. Todo esto cerrado a cal y canto al resto de la ciudadanía. Sin embargo, una sentencia del Tribunal Supremo permite la entrada a los y las visitantes e incluso existe el proyecto de crear una senda para el público. Aún así, las anomalías que presenta la edificación en Toralla no se han corregido y va a ser difícil de resolver.
El otro caso ha sido uno de los más mediáticos de Galicia. El chalé de la pareja de Núñez Feijóo en Moaña con un acceso privado (una puerta) a la playa atravesando terreno público.
EL ESTADO DE LAS COSAS
Las esperanzas de corrección sobre estos puntos negros en el litoral son muy pocas. Aún así, EEAA no generaliza en relación a los trabajos que realizan las diferentes administraciones. Así, algunos ayuntamientos se han movilizado para llevar a cabo algunas acciones que puedan, dentro de sus competencias, corregir efectos negativos en el paisaje o en los límites legales del espacio marítimo-terrestre público.
“A veces parece que las acciones van por colores políticos” lamentan desde EEAA. Y es que en ocasiones el color del partido en el gobierno local choca con los intereses del partido en el gobierno autonómico o central o hay choques entre todos ellos. Estos choques pueden frenar soluciones eficaces e inmediatas a problemas que deberían haberse resuelto aplicando la legislación actual.
El traspaso de competencias del litoral al gobierno autonómico gallego ha encendido algunas alarmas ante la posibilidad de “desmanes” por parte del ejecutivo presidido por Rueda. “El Gobierno central es el que da permiso a las actuaciones que desee realizar la Xunta”. Aún así, existen lugares como la Comunidad Valenciana donde hay una ley del litoral autonómica que permite crear salvedades para, por ejemplo, permitir la permanencia de edificios que claramente vulneran la legislación sobre el litoral.
Las banderas negras de EEAA han seleccionado una serie de puntos con una especial relevancia medioambiental y que pueden acabar siendo un problema a medio plazo. Vulneración de espacios protegidos, vertidos incontrolados, presencia de metales pesados en el mar con perjuicios económicos para pescadores y mariscadores. Y, lo que resulta verdaderamente contradictorio, la falta de control en el litoral echará para atrás el atractivo turístico que la Xunta tanto se empeña actualmente en propagar.
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