Alumnos con necesidades especiales: un especialista para cientos de niños y niñas en Galicia
Los niños y niñas con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (NEAE) deben pasar por una evaluación para confirmar que sufren algún tipo de trastorno o necesidad de apoyo en su formación. Los especialistas a cargo de la Xunta de Galicia (Consellería de Educación) tienen muy mermadas las posibilidades de atención adecuada. Tanto es así que, de cuatro especialistas por provincia que a veces ven limitado su trabajo por la imposibilidad de llevar adelante su trabajo por falta de medios y personal
Los diferentes trastornos que puede sufrir el alumnado, sobre todo en la enseñanza obligatoria, pueden marcar una gran diferencia entre los resultados de dicho alumnado y el resto. Por eso, cuando se verificó la existencia de la dislexia, TDAH o la discalculia, los diferentes organismos educativos hubieron de tomar cartas en el asunto y enmendar errores como considerar a este alumnado como incapaces, rebeldes o vagos. De esta forma, las autoridades educativas han ido identificando con el tiempo a los niños y niñas NEAE, aquellos que necesitan de un apoyo específico para desarrollar su currículo escolar. En el caso gallego, la Consellería de Educación tiene equipos externos de orientación para la evaluación de casos y en total son cuatro, uno por provincia. Este número de equipos es considerado insuficiente para la cobertura de las necesidades, por lo menos, de los 1.000 centros públicos que existen en Galicia además de concertados y privados que soliciten el apoyo de estos equipos.
FALTAN PROFESIONALES
Los centros de enseñanza obligatoria en Galicia suelen tener por lo menos una persona especializada en orientación. Esta tarea se divide en la organización de la atención a la diversidad, el plan de acción tutorial y el programa de orientación académico y profesional. El primer aspecto, la atención a la diversidad, es el que atiende a las necesidades del alumnado vulnerable o con dificultades para aprender. Este trabajo se hace en equipo entre orientación, dirección del centro y el profesorado. Todo debido a que estos menores necesitan eso “apoyo” incluso fuera del horario escolar.
Cabe señalar que en Galicia hay centros concertados que no disponen de orientadores entre su equipo. En ese caso, se recurre a los equipos externos de la Xunta de Galicia que cuentan con varios profesionales, cada uno de ellos con una especialidad. Sin embargo, la existencia de un equipo por provincia es considerada como muy deficiente por los sindicatos educativos. Y aunque el número de alumnos se vaya reduciendo, los equipos externos no consiguen cubrir las necesidades que se presentan a lo largo del curso. En 2024 el número de alumnos y alumnas en toda Galicia superaba ligeramente los 300.000 con 31.600 profesores y profesoras.
Pero centrándonos en los orientadores de nuevo, la escasez de recursos humanos y elementos es el problema más acuciante para estos profesionales. “Cada provincia debería contar con más de un equipo” señala Laura Arroxo, CIG-Ensino. Esto evitaría que especialidades cubiertas por un único profesional quedasen vacantes por baja laboral, jubilación, etc., dejando a toda Galicia solo con tres profesionales para toda la comunidad.
CONSECUENCIAS
Se ha apuntado que algunos centros concertados no cuentan con orientadores, por eso recurren a estos equipos externos de la Xunta. Ha sido el caso de Chus, madre de tres hijos en Ferrol. El caso de su hija mediana, TDAH y dislexia, puede ser un ejemplo de lo que sucede cuando no se cuentan con los recursos humanos y materiales necesarios.
Después de un periplo por diversos especialistas, públicos y privados, a su hija le confirmaron dislexia gracias a la intervención de uno de estos equipos externos. El centro concertado en el que estudiaba la niña no disponía de orientador y la remitían al SERGAS y el servicio de salud lo hacía a su vez al centro educativo. Finalmente, recurrió a un neurólogo privado el cual sí detecto y diagnosticó la dislexia de la menor.
En medio, Chus había solicitado la evaluación del equipo externo, sin embargo, hasta que estos especialistas pudieron atender a su hija ya había pasado un año y medio. “La especialista no puso reparos a los diagnósticos del neurólogo ni del SERGAS”, por lo cuál, se le reconoció dislexia a la menor. ¿Qué había ocurrido para una evaluación tardía y que había obligado a la alumna a repetir segundo de primaria? No había personal suficiente para atender a todos los centros de la provincia de A Coruña (sobre 600). “Somos tres orientadores para seiscientos centros” dijo la orientadora a la madre.
La situación es tal que en muchas ocasiones el número de casos atendidos es tan reducido que pueden ser solo cuatro los menores atendidos en un solo curso. De esta forma, hay un número muy elevado de niños y niñas esperando una evaluación en primaria que, posiblemente, pasen a secundaria sin haberla realizado y se den de lleno con un sistema en el que no encajan. Por tanto, la atención temprana se vuelve imprescindible como también es imprescindible el aumento en el número de profesionales para atender en tiempo y forma a los menores con necesidades especiales de apoyo educativo.
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