Escalada de agresiones a sanitarios: ¿se puede frenar?

El pasado domingo 29 de junio una médica de urgencias del Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO) sufrió lesiones y hematomas tras ser agredida por una paciente que se negaba a esperar su turno. El incidente se suma a una lista creciente de ataques, como los ocurridos en junio en el Hospital Virxe da Xunqueira de Cee y en el centro de salud de San Xosé en A Coruña. Especialmente grave fue el apuñalamiento a un enfermero en las urgencias del Complexo Hospitalario Universitario da Coruña (Chuac) en el mes de febrero. En el Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, una auxiliar de enfermería fue agredida en el mes de abril, un caso que se suma a otro similar ocurrido apenas diez días antes.

Las agresiones pueden afectar a cualquier profesional, sin embargo, el personal que trabaja en urgencias y atención primaria parece estar especialmente expuesto. Las causas apuntan a la saturación de las consultas, a las largas listas de espera, a la prolongada permanencia de pacientes en urgencias y a la falta de camas de hospitalización. Los sindicatos sanitarios están de acuerdo en que estos son factores capaces de incrementar la conflictividad y el riesgo de agresión. La atención a pacientes de salud mental en espacios no adecuados, como en servicios de urgencias, también contribuye a un entorno de mayor riesgo para los profesionales.
 

RECLAMACIONES DE LOS SINDICATOS
Desde el sindicato O'Mega se apunta que las agresiones "han dejado de ser puntuales" y son "casi habituales". Critican que la Consellería de Sanidade "no hace lo suficiente para garantizar" la seguridad de los profesionales y, aunque reconocen la tramitación de una modificación legal, O'Mega cree que esta "obvia las aportaciones" del colectivo sanitario. Exigen un refuerzo "inmediato" de la protección y ofrecen asesoramiento legal a los facultativos. Además, denuncian la precariedad laboral: "con recursos justos, en consultas saturadas y en muchos casos solos ante situaciones violentas".

La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) ha condenado "enérgicamente" las agresiones y ha reclamado a la Administración que "actúe con firmeza" para erradicar la violencia. Advierten del "alarmante incremento" y la "tendencia preocupante" de estos ataques, que ponen en riesgo la "integridad física y emocional" de los profesionales sanitarios. Exigen la "aplicación rigurosa" de los protocolos existentes y la adopción de "todas las medidas necesarias para prevenir y erradicar la violencia".

Comisiones Obreras (CC.OO), Confederación Intersindical Galega (CIG) y CISF, a través de la junta de personal del Área Sanitaria de A Coruña-Cee, han presentado un escrito ante el Valedor do Pobo. Solicitan el amparo de esta institución ante la "pasividad" de la gerencia del área y de la Consellería de Sanidade para establecer medidas preventivas. Consideran que la única medida implantada, el 'botón del pánico', no es efectiva, ya que requiere ser activado desde el ordenador cuando el 90% de la atención es a pie de cama.

El Sindicato de Enfermería (SATSE) ha denunciado que el aumento de las agresiones al personal sanitario se debe a la insuficiencia de recursos humanos y materiales. Acusan a las diferentes administraciones de aplicar solamente paliativos. El sindicato ha recordado que en 2024 se registró un número récord de 16.558 agresiones a sanitarios, según el Ministerio de Sanidad. De estas, el 78% fueron contra mujeres y cerca del 27% tuvieron como víctimas a enfermeras, colectivo especialmente afectado por su contacto directo con pacientes y familias.
 

Por último, desde la Junta de Personal del Área Sanitaria de Vigo se ha insistido en que los protocolos no solo recojan cómo actuar después de la agresión, sino que hagan referencia a "medidas preventivas concretas". Además, el área sanitaria de A Coruña y Cee anuncia que “está tomando las medidas judiciales oportunas”. 
 

LA CONSELLERÍA RESPONDE PERO NO CONCRETA
Aunque la Consellería de Sanidade ha manifestado que hay una modificación legal en trámite con medidas para la seguridad de los profesionales. Aún así, los sindicatos critican la lentitud en la tramitación de la medida y el que la Consellería no haya atendido a sus aportaciones. 

El departamento que dirige Gómez Caamaño baraja algunas respuestas dentro de lo que sería un plan más amplio. Las medidas propuestas por Sanidade pasan por un aumento del personal de seguridad, sobre todo en áreas críticas como Urgencias. A esto sumarle campañas de concienciación a los y las usuarias sobre el respeto al personal sanitario y recursos públicos.

No obstante, se ve muy necesaria la creación de espacios adecuados para pacientes con patologías de salud mental, o ampliar el número de camas que permita reducir la saturación de urgencias. Además, a esto último se le suma la petición constante desde el sector profesional de la incorporación de más recursos humanos que permitan reducir la carga asistencial y ayudaría a reducir tiempos de espera, elementos que aumentan la frustración entre los y las usuarias, caldo de cultivo perfecto para las agresiones.

Se considera necesario formar al personal sanitario en el manejo de situaciones de tensión para desescalar los momentos de tensión y posible violencia. Esto último requiere además de la revisión y actualización de los protocolos en materia de seguridad adaptándolos a las necesidades actuales que han surgido con el paso del tiempo.

Desde las autoridades sanitarias y administraciones se habla de un abordaje integral que frene el actual aumento de agresiones. Lo cierto es que las agresiones van en aumento mientras los cuadros de personal sanitario están en alerta y preocupados ante la falta de reacción desde los estamentos superiores. No es de extrañar, por tanto, que se lleven adelante iniciativas como apelar a la Valedora do Pobo para que haga posible que, por lo menos, Sanidade y el SERGAS escuchen con atención al personal que sufre ataques por estar en la primera línea de la sanidad pública gallega.