El pequeño dictador

Sin conciencia de límites, dan órdenes, intentan chantajear a todo aquel que intenta frenarlos. En definitiva, desafiantes que terminan imponiendo su propia ley.

En el año 1914 expulsaron a Benito Mussolini del Partido Socialista Italiano, por mantener posturas nacionalistas irredentistas contrarias al internacionalismo de los principales líderes socialistas. ¿A qué me suena? Pedro Sánchez, un personaje que sigue ganando tiempo para que amainen sus crises de credibilidad. Sus barones y el Supremo "pisándole los talones". Unos barones que lo ven como una "espada de Damocles" del socialismo. Un Tribunal Supremo que se ve forzado a pronunciarse caso por caso en función de los recursos sobre delitos sexuales que reciba, ante la pésima ley del famoso principio del "solo sí es sí". Una ley polémica por su elaboración.

¡Gracias, Irene Montero, Ministra de igualdad de España! Tal vez se le debería recordar que esta ley no supone ninguna novedad, ya que los actos sexuales forzados se consideran delito en España desde la aprobación del primer Código Penal, allá por 1822. Esta ley no modifica el ya existente en el Código Penal, que dice que el consentimiento consiste en "actos que expresan de manera clara la voluntad de la persona".

Lo más preocupante de la aplicación de la Ley del "solo sí es sí" es la reducción en la pena de algunos delincuentes ya condenados.

¿Por qué Pedro Sánchez se rinde ante tal despropósito? Por un pacto para su propia supervivencia y la del independentismo, al que hay que sumar el hundimiento generalizado de la economía. En frase de Gabriel Rufián, "le hemos quitado el juguete a los jueces fascistas" nos demuestra hasta dónde está dispuesto "el pequeño dictador" a llegar.

Sumándose al voto a favor de la tramitación de la reforma del delito de sedición en el Congreso de los Diputados y reemplazándolo por uno nuevo de desórdenes públicos en el que permitirá suavizar algunos de los procesos abiertos contra dirigentes independentistas, ha creado un debate en el que se ha denominado a Sánchez como el "pequeño dictador" en la nueva política europea.

Un Pedro Sánchez que nos lleva a unas cifras macroeconómicas nunca vistas en nuestro país, en donde unas medidas ineficaces y el tremendo gasto público nos van a abocar a una ralentización del crecimiento económico, que lamentablemente acabará pagando nuestra clase media y dirigiendo a los españoles a un "agujero negro".