El mundo es de los inconscientes

Rodrigo Brión Insua

Rodrigo Brión Insua (A Pobra do Caramiñal, 1995). Grado de Periodismo en la Universidad de Valladolid (2013-17). Redactor en Galiciapress desde 2018. Autor de 'Nada Ocurrió Salvo Algunas Cosas' (Bohodón Ediciones, 2020). 

En Twitter: @Roisinho21

Selina Kyle está de pie en la mansión Wayne. Un ajado Batman, disfrazado de Bruce Wayne, la mira, sorprendido porque el collar de perlas de su madre, ese que había guardado en una caja fuerte que el fabricante le aseguró que era imposible de abrir, lucía ahora en el cuello de la extraña. "No sabía que era imposible abrirla", le replicó la intrusa al millonario, antes de desaparecer de la escena del crimen de un salto. Tal vez por eso, porque no sabía que se podía hacer, lo hizo. Al no ser consciente de la imposibilidad, no le dio importancia. Ocurre a veces, sobre todo en la adolescencia, cuando más inconscientes fuimos, cuando corrimos más riesgos, cuando menos pensamos en el mañana y mejor pasábamos las resacas. Quizá por eso el mejor futbolista del mundo en estos momentos lleva brackets. 

 

Lamine Yamal no sabía que podía ser el mejor del planeta, como no sabía que en un slalom desde el carril del 8, con un zurdazo museístico, podía dar la liga al Barça, ese equipo hecho jirones, en embrollos judiciales y en números rojos, pero con letras doradas, pues de un tiempo a esta parte juega a esto del balompié como el mejor de los Barças. Un equipo lleno de inconscientes como el de Rocafonda, tales como Cubarsí, Balde, Gavi, Pedri, Fermín o Casadó. Ninguno tiene más de 22 años, edad para licenciarte en la univerdad y, aparentemente, para ser idolatrado por miles de personas. Para Lamine son los mayores; para mí unos mocosos de los que depende mi felicidad cada tres días, el tiempo que hay entre partido y partido. 

 

A Lamine no le dijo nadie que no podía tener una Eurocopa en su casa con 16 años. A Lamine no le comentaron que nunca nadie había asumido el peso de un equipo centenario sin tener edad para votar. A Lamine no le advirtieron que destrozar al Real Madrid no era cosa de niños. A Lamine nunca se le susurró que lo de ir a la velocidad del rayo sin tener carnet de conducir no era lo habitual. A Lamine no se le indicó que lo natural cuando los futbolistas celebran una liga es descorchar champagne, pero la legislación no permite beber a los nacidos en julio de 2007. A Lamine no le mostró nadie que a la gala del Balón de Oro se va con pareja, no con papá y mamá. ¿Qué estabas haciendo tú con 17 años? ¿Qué querias ser de mayor? Yo, ya mayor, quiero ser Lamine. 

 

Hay tantas cosas que Lamine Yamal no sabe, quizá porque solo le contemplan 17 primaveras, que seguramente ha podido hacer tanto en tan poco tiempo porque, como Catwoman, no sabía que era imposible. Con el tiempo aprenderá a no desafiar a la grada con sus celebraciones o a no ponerse gafas de sol de noche. Cosas de críos, supongo. Solo pido que siga siendo ignorante por mucho tiempo y que nadie le hable nunca de Leo Messi. Porque el que no conoce su historia está condenado a repetirla. Juventud, divino tesoro, bendita inconsciencia la de Lamine y su tropa. El mundo es suyo y ni lo saben. 

Sin comentarios

Escribe tu comentario




He leído y acepto la política de privacidad

No está permitido verter comentarios contrarios a la ley o injuriantes. Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios que consideremos fuera de tema.

Últimas
Opinadores

Galiciapress
Plaza de Quintana, 3 15704 Santiago de Compostela
Tlf (34)678803735

redaccion@galiciapress.es o direccion@galiciapress.es
RESERVADOS TODOS LOS DERECHOS. EDITADO POR POMBA PRESS,S.L.
Aviso legal - Política de Cookies - Política de Privacidad - Configuración de cookies - Consejo editorial - Publicidad
Powered by Bigpress
CLABE