Expolios, lisergia y graffitis para el fin de los tiempos en Madanela

Manuel Vilas López

Ourensano nacido en Vilagarcía (1978). Coordinador de Galiciapress desde 2018. Licenciado en Periodismo por la USC (2000) , Diploma de Estudios Avanzados en Comercio Electrónico por la UDC (2002) y Máster en Publicación Electrónica por la City University London (2004). Ex-miembro de las directivas del Colexio Profesional de Xornalistas de Galicia y del Sindicato de Xornalistas de Galicia.

Ayer me perdí en Internet. Caí en una madriguera, eso que los anglosajones llaman rabbit hole, una conejera.

 

Aconpáñenme si pueden vagar en esta canícula por las vías de esta tobera. Nos esperan cuatro estaciones-inscripciones, que van de la epigrafía romana hasta uno angustioso grafiti contemporáneo.  

 

La primera inscripción es conocida hace tiempo por los vecinos y también por los arqueólogos. Es una estela romana que, acostada, forma parte del muro exterior de una casa. 

 

Inscripciu00f3n 1   Estela romana no muro dunha casa dunha ru00faa da Madanela
Inscripción 1.- Ara o estela romana en el muro de una casa de la Madanela


 

Antes de reusar metálicos como portales, los gallegos construimos cobertizos con aras romanas. Expolios, le dicen en Arqueología. 

 

Expolios los hay por todo el país. Al fin y al cabo, los gallegos nunca fuimos capaces de consensuar un relato propio, esa fábula que otros llaman historia nacional. Vivimos así indiferentes entre aras y millarios romanos  reacondicionados como bancos o lumbres. Fíjese, a lo mejor a usted lo acristianaron en una pila concebida cómo ofrenda a Trajano.

 

La estela que nos ocupa es un expolio modesto, pero lo suficiente significativo para que Antonio Rodríguez Colmenero,  quizás la mayor eminencia sobre a epigrafía de la Gallaecia, le hiciese este esquema:

Estela romana da Madanela nun esquema de Rodru00edguez Colemenero publicado por Xabier Moure   O Noso Patrimonio
Este romana de la Madanela en un esquema de Rodríguez Colemenero publicado por Xabier Moure - O Noso Patrimonio


 

Los arqueólogos dudan sobre qué dice. Parecer parece un epitafio, porque ese “BMF” es abreviatura de “B(ene) M(erenti) F(ecit)”. En latín : “[Este monumento] lo hizo para [fulano] que bien lo merecía”. 

 

El tal fulano que bien lo merecía suele ser un difunto, porque hablar bien de los muertos siempre se nos dio mejor que hablar bien de los vivos. Semeja ser el caso de nuestra estela, pues en la última línea, donde suele ir la firma, hay una F del revés, a menudo identificador de hija o hembra.

 

Igual fue el cacique local Fulvius quien encargó la estela para honrar a su padrino Iulius Lucius Baltus, recién difunto y padre del nuevo jefe del consejo provincial de aediles, Iosias Lucius Baltus.  


Vete tú saber. Siempre me fascinó lo mucho que logra inferir la Arqueología a partir de tan pocos datos. Esa F del revés puede estar abreviando cualquiera otro nombre. Igual fue el cacique local Fulvius quien encargó la estela para honrar a su padrino Iulius Lucius Baltus, recién difunto y padre del nuevo jefe del consejo provincial de aediles, Iosias Lucius Baltus.  
 

Lo único claro es que en el tiempo de los romanos, en la aldea había alguien con dinero suficiente para pagar un cantero y poder suficiente para exhibir esta peña. 

 

¿Quién fue ese cacique? En un alarde de ignorancia, creí que una Inteligencia Artificial podría superar al profesor Colmenero y le consulté a Aeneas.

 

Google entrenó a Aeneas con miles de epigrafías del mundo romano. En teoría, basta introducir lo que se pueda leer del texto para que explique origen y qué falta. Esto es el más importante, pues los romanos tendían a escribir en abreviaturas. ¿Vagos? ¿Qué haría usted se en vez de teclear tuviera que labrar granito?

 

Para mi pesar, Aeneas no reconstruye epígrafes menores de 25 caracteres. Nuestra estela anda en los 20. Aeneas sólo pudo inferir que ven de la Hispania Citerior sobre el año 200. 


Parecía que había llegado al final de la conejera con un escaso botín. Sin embargo, en medio del insomnio recordé que en la aldea hay otro sillar grabado en las inmediaciones de la estela y con más caracteres. 


Esta inscripción, llamémosle ‘piedra B’, no está en la calle. Está en la pared interior de un pajar, en ruinas hay relativamente poco. Por eso algunos vecinos no sabían de ella y dudo que esté catalogada. En todo caso, dada la cercanía con la estela, lo más probable, pensé, es que sea otra epigrafía latina. 

 

 Grok, Gemini y Chat GTP coincidieron en que les agarrara el cubata. Fue lo único en que coincidieron. Las tres respuestas fueron tres alucinaciones

 

Inscripciu00f3n 2   Inscripciu00f3n probablemente medieval na parede dunha adega no canto da Tu00eda Justa na Madanela
Inscripción 2 - Inscripción probablemente medieval en la pared de una bodega en la Madanela

 

Como de la ‘Piedra B’ no hay croquis alguno, probé a subir su foto a tres IAs y preguntarles si podían leer los caracteres. Grok, Gemini y Chat GTP coincidieron en que les agarrara el cubata. Fue lo único en que coincidieron.

 

Las tres respuestas fueron tres alucinaciones. Para Chat GTP, la ‘Piedra B’ es un monumento funerario para honrar al portaestandarte de la Legio VII Gemina. Para Gemini, quien murió fue un niño. Para Grok, no recuerdo que historia de un dios prerromano con varias letras A. Ante tal grado de fiabilidad, esta vez parecía que sí, había llegado al hondo de la madriguera.  

 

Con todo, en las largas noches de la Internet estival siempre podemos probar un ramal más, ¿a qué sí? ¿Qué pasa si subimos la foto de la ‘Piedra B’ a Google Images? 

 

Bingo! La primera coincidencia visual es una ficha arqueológica de la Inscripción de Quintá,  parte de un catálogo patrimonial de la vecina comarca del alta Limia con el aval del Museo Arqueológico Provincial de Ourense. Dice que el grabado es medieval, no romano. Por lo tanto, la culpa de las tres alucinaciones no fue de las IAs, sino del escaso rigor de quien esto firma.

 

En mi desvelo me pareció escuchar la voz de Iker Jiménez preguntando: “Serendipia, o algo más?”. 

 

La ficha de la Inscripción de Quintá reveló una gran sorpresa. Fue tal que en mi desvelo me pareció escuchar la voz de Iker Jiménez preguntando: “Serendipia, o algo más?”.  Y es que en el pajar de Baltar hay un segundo expolio y en el pajar de la aldea arraiana también hay un segundo expolio. En los dos casos, la segunda inscripción es medieval y en los dos casos el grabado es una cruz la latina de brazos potenzados, probablemente prerománica. Puede que en el alta Edad Media estuviera de moda reciclar ermitas.

 

Cruz latina de brazos potenzados gravada nun sillar da edificaciu00f3n na que estu00e1 a Inscripciu00f3n de Quinta, Baltar nunha imaxe do catu00e1logo patrimonial de Altalimia
Cruz latina de brazos potenzados grabada en un sillar de la edificación en la que está a Inscripción de Quinta, Baltar en una imagen del catálogo patrimonial de Altalimia.org

 

Cruz latina de brazos potenzados gravada nun sillar da palleira na que estu00e1 o sillar coa inscripciu00f3n probablemente medieval da Madanela
Cruz la latí de brazos potenzados grabada en un sillar del pajar en la que está lo sillar con la inscripción probablemente medieval de la Madanela

Dado que la aldea carece de yacimientos, la ‘Piedra B’ y la estela pueden ser expolios del Outeiro do Forte, a menos de un kilómetro. Arqueólogos acaban de encontrar un muro en la cima. Confirmaron así las leyendas locales sobre un castro, que habían ganado credibilidad cuando hace décadas rasgaron la colina para hacer una carretera y hallaron tégulas romanas. Una tégula también apareció en las catas de 2024, como explica el arqueólogo Martiño Xosé Vázquez Mato en este vídeo.

 

Martiu00f1o Xosu00e9 Vu00e1zquez Mato explicando como o Lidar confirmou a presencia dun recinto amurallado no Outeiro do Forte
Martiño Xosé Vázquez Mato explicando cómo lo Lidiar confirmó la presencia de un recinto amurallado en el Outeiro do Fote durante la ponencia "Caracterización patrimonial del yacimiento arqueológico de A Madanela. Prospección geofísica y sondeos valorativos" de las II Jornadas de Prehistoria, Arqueología e Historia en las Tierras de Monterrei en una imagen de Uvigo.tv


 

Hay más. Desde las inscripcions en la aldea podemos ir al Outeiro do Forte por la Canella de la Cidá. Cidá es abreviatura de ‘ciudad’, término popular para lugares con restos arqueológicos. Por ejemplo, en Bande a Aquis Querquennis le llamaban “A Cidá”.
 

En la tradición, castros y cidás son lugares de mouros. Entre a Madanela y el Outeiro hay una fuente, que se llama Fonte dos Mouros, otro foco de las leyendas locales. Aquí una vecina relata una, lisérgica mezcla de celtas intraterrestes, invasores romanos y jóvenes árabes:

 


 

Si a tal mezcolanza sumamos la inscripción de “1786” que hay en la fachada de una casa grande, tenemos que en este humilde lugar hay epigrafías que prueban la continuidad poblacional desde época romana hasta casi Revolución Francesa. No está mal para el callejero de una aldea perdida en el monte fronterizo. 
 

Casa grande cun grabado da probable data de construcciu00f3n en 1876 nunha foto de Rexiomontanos Tamaganos
Casa grande con un grabado de la probable fecha de construcción en 1876 en una foto de Rexiomontanos Tamaganos

Con todo, temo que esos 2.000 años de continuidad pueden acabarse, en términos históricos, pronto. A la cuarta y última inscripción me remito, señoría. 
 

Frente a casa grande de 1786, hay otra morada, más humilde, desfigurada por una enorme pintada: “Se vende 973352851”.
 

Juguemos ser arqueólogos del futuro, dentro de dos milenios - el mismo tiempo que nos separa de la estela-  y empleemos esa capacidad de inferir tanto a partir de tan poco de la Arqueología. ¿Qué podríamos deducir de ese “Se vende 973352851”? 


Salta a la vista que no es una pintada modesta. El autor buscaba la máxima publicidad. Además, dado su nula intención estética con el spray, parece que mucho amor a casa no le tenía. Parece una pintada apresurada, febril, incluso desesperada.

 

Por lo demás, está inscripción no está en el lenguaje local. Cuando la pintaron, el idioma indígena seguía sin ser la lengua franca.

 

Respeto al código numérico, es una especie de identificador único (cómo las IPs de hoy) de un aparato llamado teléfono, por entonces la principal herramienta de comunicación a distancia, a pesar de que sólo permitía transmitir voz en directo. Fueron muy populares a finales del siglo XX y entraron en decadencia a principios del XXI. 

 

Los primeros dígitos, llamados prefijos, permitían identificar la región del aparato. Los archivos del monopolio de telecomunicaciones de ese tiempo cuentan que “los números de él sub bloque 9733528 corresponden al distrito 2568, La Seu D'urgell en la provincia de Lleida y fueron asignados el 26/03/1998”.  

 

El censo de la Seu de entonces está colonizado de apellidos gallegos. Esto concuerda con los registros históricos de una masiva emigración a Cataluña la finales del Siglo XX.  Hipótesis que refuerzan los datos del INE. El padrón de 2000 habla de 213 habitantes. En 2025, quedaban 140. En la primera mitad de la década de los 20, sólo hubo un nacimiento. 

 

No sorprende, pues, que esta cuarta inscripción sea la última. 


La que había sido la escuela, pasó a ser el tanatorio en A Madanela, en montaña de Monterrei, comarca de A Raia Seca, a los pies del Larouco.

Pintada a aerosol nunha casa da Madanela en 2025
Pintada a aerosol en una casa de la Madanela realizada circa 2000

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