Ourensano nacido en Vilagarcía (1978). Coordinador de Galiciapress desde 2018. Licenciado en Periodismo por la USC (2000) , Diploma de Estudios Avanzados en Comercio Electrónico por la UDC (2002) y Máster en Publicación Electrónica por la City University London (2004). Ex-miembro de las directivas del Colexio Profesional de Xornalistas de Galicia y del Sindicato de Xornalistas de Galicia.
Todos los seres humanos tenemos algo en común. Nuestro bien más preciado es el tiempo. En vez de aprovecharlo para algo que nos haga felices, lo malvendemos
Es probable que hoy, 1 de septiembre, a usted le haya pasado algo semejante a esto.
Suena el despertador y por un instante no sabe quien es, ni dónde está, ni qué delito ha cometido para merecer tal castigo. Esta alarma pertenece a otro mundo. A un mundo peor, sin duda, del que casi había logrado olvidarse durante sus vacaciones.
El recuerdo del verano, con su luz perezosa y sus siestas sin culpa, todavía flota en su mente, aferrándose a las cortinas. Se levanta y su cuerpo protesta. Le duelen músculos que pensaba no tenía. No se preocupe, probablemente no los tenga. Los músculos que le duelen son los del alma.
El café sabe a obligación. Mientras se viste, se da cuenta de que este regreso no es solo al trabajo, es una forma de servidumbre que ha aceptado con una docilidad asombrosa. ¿Cuándo firmó otorgarle a otros el poder de determinar qué hace durante la mayor parte del tiempo que pasa despierto?
Todos los seres humanos tenemos algo en común. Nuestro bien más preciado es el tiempo. En vez de aprovecharlo para algo que nos haga felices, lo malvendemos a cambio de un salario.
Como a usted, hay partes de mi trabajo que me gustan. Escribir esto, por ejemplo. Ver cómo las palabras se ordenan en la pantalla, olfateando una verdad pequeña pero escurridiza.
Otras las odio. Por ejemplo, transcribir las necedades del político que acude a las zonas devastadas por los incendios para culpar a otros, como si él no hubiese sido el máximo responsable de la política forestal de Galicia durante una década. Se me ocurren mil novecientos noventa y siete trillones de cosas mejores a las que dedicar mi tiempo.
Apago la grabadora. Escapo de la pantalla. Me viene a la cabeza Paul Lafargue y su panfleto El Derecho a la Pereza.
Qué tipo tan lúcido el cubano. Quizá que se te hayan muerto cuatro hijos al poco de nacer ayuda a ser lúcido, a entender lo que verdaderamente importa. Eso y tener que aguantar a Karl Marx dándote la tabarra durante horas porque lo que quieres realmente es ligarte a su hija.
Lafargue demostró, que una sociedad no es más productiva por trabajar más. Se puede producir más trabajando seis en vez de ocho horas. Basta desarrollar nueva tecnología y utilizarla para el beneficio común, no para la acumulación de capital.
Lafargue se reiría de nosotros. De nuestra absurda glorificación del esfuerzo, de esa ética que nos hace sentir culpables por no hacer nada.
No hacer nada es el principio de hacerlo todo. Todo lo que verdaderamente importa, que nos da placer: cuidar a los nuestros, conversar, escuchar música, leer novelitas o crear
¿No hacer nada? No hacer nada es el principio de hacerlo todo. Todo lo que verdaderamente importa, que nos da placer: cuidar a los nuestros, conversar, escuchar música, leer novelitas, crear arte o imaginar que Pópovich vuelve de la jubilación y convence a Doncic de bajar el culo.
La verdadera revolución no es tomar el poder, sino abolir la necesidad de vender nuestro tiempo. Usar las máquinas, para que ellas, por ejemplo, transcriban las idioteces de los políticos y nos dejen a nosotros escribir, pintar, cocinar, hacer Sudokus o, simplemente, vivir. Algo así ya defendía Aristóteles, claro que a el trabajo en vez a las máquinas le endosaba el trabajo a los esclavos.
Escribo esto y pienso en la paradoja: critico el trabajo mientras trabajo. Pero quizás este es el único camino, usar las grietas del sistema para soñar con un cambio.
Un sueño que, por cierto, me ha susurrado en parte una de esas máquinas. Incluso lo ha titulado.
Vaya, igual sí es posible trabajar menos.
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