El incierto futuro tras el cierre de la mina de Penouta: "No somos la Galicia profunda, somos la Galicia hundida"

Viana do Bolo es uno de tantos municipios gallegos que ha visto como en cuestión de medio siglo su demografía se precipitaba sin frenos. Este municipio del interior de Ourense, prácticamente fronterizo con Zamora, experimentó la evolución de tantas otras localidades de las sierras sur-orientales, que se están vaciando ante la falta de oportunidades. Sin embargo, en Viana contaban con algo que no tenían los demás. De hecho, no lo tenía nadie en Europa: una mina de coltán, la única del continente. Un material fundamental para el sector de las nuevas tecnologías y una industria por la que está apostando Europa, empeñada en explotar en la comunidad los recursos que tenemos que buscar en otros continentes. 

Strategic Minerals venía explotando este mineral en Penouta pero el impacto ambiental de la actividad minera motivó una denuncia de Ecoloxistas en Acción y varios fallos en la justicia que han provocado el cese de la actividad. El último en pronunciarse ha sido el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), que viene de declarar nula la resolución administrativa del permiso concedido por la Xunta al estudio de afectación ambiental presentado por la compañía. Un varapalo tremendo para toda la comarca de Viana, para Ourense y, en especial, a las 129 familias y empresas subcontratadas que formaban parte de un proyecto que ahora se desmorona.

"LA GALICIA HUNDIDA"

Para Germán García Ávila-Arias, portavoz del PSdeG-PSOE en el Concello de Viana do Bolo, la noticia es "un mazazo", aunque no pueden calificarla de sorprendente después de la decisión del cierre cautelar que data del año pasado. "Ya nos llevaba a pensar que esto iba a ocurrir. No entendemos que ni desde la empresas ni desde la Xunta se hiciese nada para rebatir los argumentos de los ecologistas y que el tribunal revocase la paralización cautelar", critica el socialista.

"Es un golpe muy duro. Es un disparo en la línea de flotación de toda la zona, que eufemísticamente dicen que es la Galicia profunda, pero lo que es la Galicia hundida", lamenta García. Para los socialistas, el cierre del proyecto minero descompone por completo la economía de una zona a la que prácticamente solo sostiene el sector primario "que también está en crisis". 

"La única alternativa que existía para sobrevivir, fijar población y atraer a los jóvenes era esto. El cierre aboca a que Viana do Bolo se marchite lentamente y la gente se tenga que buscar la vida fuera", considera el portavoz del grupo municipal, que entiende que después de la noticia los operarios de la mina buscarán trabajo en otros lugares.

SILENCIO DEL CONCELLO Y CRITICA A LA XUNTA

La situación es urgente y el PSOE de Viana demandó al gobierno que encabeza el popular Andrés Montesinos un pleno extraordinario para abordar esta problemática. Por ahora, García critica la "falta de respuesta" del Concello a sus solicitud, cuando interpretan que es "una facultad del Gobierno municipal". 

"Tratamos de que vayamos todos a presentar ideas y soluciones y trasladarlas a instancias superiores para tratar de hacer algo de cara a revertir la situación. Estamos a la espera de que el alcalde decida convocarlo. Si pronto no dice nada lo llamaremos de nuevo", indica.

El fallo del TSXG es declarar nulo el permiso concedido por la Xunta al proyecto, lo que ha servido para que Ecoloxistas en Acción para apoyar su tesis de que el Gobierno de Galicia concedió la autorización "deprisa y corriendo" cuando se trataba de "un proyecto ambientalmente inviable". García admite que no dispone de "elementos técnicos para afirmarlo de esa forma", aunque sí cree que si prosperó la demanda dirigida contra la concesión "es porque no se hicieron las cosas bien". 

"Si no se hizo un estudio ambiental en regla y no se tuvo en cuenta la Red Natura, que es algo que depende de la propia Unión Europea, y sus efectos sobre el medioambiente, habría que tenerlo en cuenta en su momento", argumenta. Al tiempo, pone sobre la mesa la opción de que la dimensión del proyecto minero podría haber sido menor, fuera de las Zonas Especiales de Conservación (ZEC) y las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) en Pena Trevinca sobre las que tiene un efecto negativo la actividad minera.

La gran pregunta es: ¿podrían coexistir este cuidado del medioambiente y la actividad económica? "Creo que sí", dice García, "porque si fijas unas reglas, y la empresa cumple los parámetros establecido, se puede". "Las explotaciones mineras y cualquier tipo de industria son necesarias, pero deben desarrollarse de una manera racional, respetando el medioambiente y, sobre todo, la salubridad. No importa si la economía va de maravilla si a cambio estamos en riesgo, que no sé si lo estamos o no, pero los análisis indicaban que había unos niveles de metales pesados en aguas naturales y en las de consumo humano muy superiores a los recomendados", censura.

"NO IMPORTA SI LA ECONOMÍA VA DE MARAVILLA SI HAY RIESGOS"

En esa línea, lo que despertó mayor malestar al portavoz socialista fue que, en el momento en el que saltó la noticia de la contaminación del agua, "nadie lo rebatió, ni la Xunta, ni la Diputación, ni el Concello, dieron la callada por respuesta y nadie hizo nada por negarlo o hacer contraanálisis, por lo tanto existe una inquietud entre los vecinos porque no saben si es cierto o no lo que dicen los ecologistas y tienen temor de que las aguas puedan estar contaminadas". 

La contaminación de las aguas, que presenta, y así lo reza la sentencia, niveles que "superan la normativa permitida para arsénico, mercurio, cadmio y plomo", motivó "denuncias de la empresa municipal de aguas de Viana do Bolo, con actuaciones de la Confederación Hidrográfica del Miño-Sil (CHMS), la Guardia Civil y la Comisaría de Aguas", lo que derivó en sanciones contra la empresa.

La propuesta socialista es que, ante este temor, la captación del agua que va a las casas "se haga más arriba", lejos de las zonas a donde llegan los vertidos de la mina, a fin de "disipar ese temor y restar argumentos a los ecologistas y el tribunal para la paralización de la mina". "Lo presentamos hace un mes. Nadie dijo nada. Nadie dijo si la propuesta era buena o no", reprende.

Otro punto digno de mención por parte del TSXG son el polvo en suspensión que llega hasta las casas y las grietas que han aparecido en algunas viviendas, al parecer, por las voladuras en la mina. García reconoce que los daños sobre las viviendas "es algo que no he comprobado in situ", pero comprende el temor de los vecinos. 

"Entiendo que son problemas que tienen solución. Si metes unas cargas que provocan grietas habrá que hacer voladuras con menos intensidad. Y el polvo también se puede solucionar, si instalas un sistema de duchas el polvo no se disipará con tanta facilidad", plantea García, abierto a escuchar "todas las soluciones que puedan existir", consciente de que las mismas tendrán que venir acompañadas "de una inversión suficiente para aplicarlas".

En cualquier caso, el escenario que se plantea ahora mismo es incierto. La empresa dijo estar estudiando el texto para tomar "las medidas legales adecuadas", por lo que podría recurirr al Tribunal Supremo para tratar de darle la vuelta a la situación. No obstante, García recuerda "lo lenta que es la Justicia", por lo que "mientras se disipa en el tiempo" los empleados buscarán alternativas en el mercado laboral y las instalaciones "se deteriorarán sin un uso".

En las próximas semanas García resuelve que los parlamentarios, tanto en el Pazo do Hórreo como en la Deputación ourensana, presentarán iniciativas al respecto "preguntando por la situación de la mina, de los mineros, y por el criterio que se está aplicando al sector minero, que precisa de un estudio en profundidad". Por su parte, a nivel local, el trabajo está centrado en "buscar iniciativas, presentarlas en el Concello y tratar de ayudar". "Tenemos ideas que aportar y hay que consensuarlas", zanja.