Vox bate su marca en Galicia pese a la recuperación del PPdeG

El PPdeG había experimentado una gran bajada tras el verano, se supone que en parte debido a la ola de incendios. El declive conservador había impulsado que creciese el grupo de votos en blanco e indecisos, confirmando lo que ya se sabe históricamente, en Galicia el voto oculto es conservador.
 

La situación se transforma por completo en esta oleada. Los de Alberto Nuñez Feijóo suben de repente casi 9 puntos -que es el mayor salto de un partido en lo que llevamos de año-, a la par que los votantes indecisos retroceden a su nivel más bajo de todo el año, el 16%. 
 

El ascenso del Partido Popular no ocurre a costa de la otra fuerza de derechas. La ultraderecha sigue creciendo y alcanza el 14% en intención de voto, algo nunca visto. La línea de Vox presenta una tendencia al alza desde principios de año, tanto en Galicia como en España. El incremento en la autonomía de dos puntos en este sondeo los coloca 5 puntos por encima de sus niveles de principio de año y no muy lejos del Bloque.. 

Un factor que explica su escalada es que Se Acabó la Fiesta ha desaparecido prácticamente del mapa. Su porcentaje es tan pequeño en este sondeo que 40db no le pone número. Los de Alvise Pérez irrumpieron con fuerza al final del pasado invierno, que fue cuando Vox cosechó sus peores cifras, pero desde entonces han ido desinflándose hasta casi la irrelevancia.

Ni Podemos ni Sumar tienen opciones de escaño en Galicia

Cifras tan irrisorias que la encuestadora no se atreve a concretarlas también las tiene Podemos. Los morados empezaron el año disputando a Sumar la hegemonía del espacio a la izquierda del PSOE. A estas alturas, parece que están fuera de esa competición pese a que los números de los de Yolanda Díaz no son, precisamente, halagüeños. En esta oleada Sumar cae un punto y se ponen por debajo del 3%. 
 

Así las cosas, ni Podemos, ni Sumar, ni SALF parecen que tengan opciones de sacar representación por Galicia. Para entrar en el cómputo del reparto, se necesita el 3% en una provincia, aunque en la práctica el porcentaje es mucho mayor, sobre todo en Lugo y Ourense, donde se reparten menos escaños. 
 

Aunque la ley fija un umbral formal del 3 % por provincia para participar en el reparto de escaños, en la práctica en Galicia ese umbral real es mucho mayor: en A Coruña y Pontevedra suele situarse alrededor del 9–12 %, mientras que en las provincias pequeñas —Lugo y Ourense (4 escaños)— la barrera efectiva para lograr representación ronda habitualmente de 10 % a más del 15–20 % dependiendo del año y de cómo se distribuya el voto  De ahí los rumores cada vez más insistentes en la izquierda de que Sumar puede renunciar a presentarse en algunas circunscripciones a cambio de huecos en las listas del PSOE.
 

Un partido socialsita que tiende a la baja, perdiendo dos puntos, y que no ha logrado recuperarse del evidente desgaste que han tenido los casos de corrupción que han estallado este año. Empezó el 2025 con un PSdeG en cabeza con casi un 29% en intención de voto y lo termina casi 8 puntos por debajo, en segunda posición y mirando de reojo al BNG.
 

¿Está logrando el Bloque captar el electorado que huye del PSdeG-PSOE? Parece que solo una parte, otra se les resite. Los de Ana Pontón terminan el año con una subida discreta respecto a los números de enero, de unos dos puntos y con dos meses a la baja tras tocar techo en septiembre, que fue cuando la izquierda pudo entrever un paisaje menos preocupante. 
 

Todo apunta a un gobierno de derechas en España 

El panorama gallego guarda bastante relación con la escena estatal. El PSOE aguanta pero que se desangra poco a poco por la sucesión de casos de corrupción (con más de un 13% de personas que le votaron que ahora se irían a la abstención o son indecisos).
 

El PP conserva el primer lugar aunque no está para tirar cohetes dado que un 13% de sus votantes se declaran ahora votantes de Vox, que es sin duda el partido que más mantiene la fidelidad (a pesar de que un 9% se le van a SALF) y que más ha crecido en las encuestas en lo que va de año. 

La extrema derecha sube mientras que la extrema izquierda continúa atomizada -el 30% que votó Sumar en los pasados comicios dice que ahora votaría Podemos- y cerca de la irrelevancia. 
 

Vox es el preferido por los menores de 44

Uno de los motivos es el vuelco cada vez más evidente en el voto joven. Históricamente siempre ha sido el público que menos acude a las urnas. Esta tendencia parece mantenerse con la novedad de que es la extrema derecha, y no la izquierda, el preferido entre aquellos jóvenes activos políticamente, aquellos que sí dicen irán a votar. De hecho, a nivel de España, Vox es el preferido entre los grupos de edad de 18 a 24 años, de 25 a 34 años y de 24 a 44 años. 

¿Existe una masa de jóvenes de izquierda que, desencantados, ocultan su voto y, ante la posibilidad de un gobierno con participación de la ultraderecha, acudirán a las urnas finalmente? Este es uno de los clavos ardiendo a los que se puede agarrar la izquierda en España ante un panorama que, hoy por hoy, apunta a que el gallego Alberto Nuñez Feijóo será el próximo presidente del Estado con el apoyo ultra, a pesar de que el ex-líder de la Xunta de Galicia tiene una peor valoración que el desgastado Pedro Sánchez y, de hecho, peor valoración que Abascal y Ayuso.