Prensa Ibérica (Faro, La Opinión) y Editorial La Capital (El Ideal, Diario de Arousa) son dos de los grupos interesados en El Correo Gallego
La propuesta del creador de Blusens José Ramón García y del productor de Españoles por el Mundo Miguel Ángel Tobías ya no es la única que se baraja para salvar a El Correo Gallego.
La existencia de interés de otros empresarios del sector ya se intuía en el último auto del viernes, cuando la jueza aprobó la liquidación de la matriz del periódico de Santiago, la histórica Editorial Compostela.
La magistrada justificó entonces no dar luz verde de entrada una venta directa a la oferta vinculada a García, remitida al juzgado por la propia Editorial Compostela, junto a su solicitud de concurso voluntario de acreedores. En su lugar, la justicia acaba de abrir un proceso público, dado que otros medios de comunicación, que no especifica, mostraron interés.
"Máxime cuando es evidente, por las comunicaciones recibidas en los autos que hay más de una entidad del mismo sector que cuando menos ha manifestado su interés en la UPA, y respecto
de las que no consta se les hubiera dado la posibilidad de intervenir con anterioridad, y ello pese a ser medios de gran difusión en el mismo ámbito geográfico y dedicadas a la misma actividad", indica el auto.
La jueza argumenta que es más conveniente no aprobar una venta directa de la masa activa, dado que una eventual puja podría resultar en un precio más alto; algo a tener en cuenta dado las deudas que mantiene Editorial Compostela con bancos, trabajadores, extrabajadores y otros.
CASI MEDIA DOCENA DE PROPUESTAS
Según fuentes del sector consultadas por Galiciapress, hay un total de cinco propuestas. Uno de esos "medios de gran difusión en el mismo ámbito geográfico" que menciona la jueza es Prensa Ibérica. Es decir, el grupo Moll, la editora estatal que en Galicia publica Faro de Vigo y La Opinión de A Coruña y a nivel estatal El Periódico de España.
Otro sería Editorial La Capital, el grupo de capital coruñés que edita, El Ideal Gallego, Diario de Bergantiños, Diario de Ferrol, Diario de Arousa y el deportivo DxT.
El interés del editor Francisco Javier Moll de Miguel ya había circulado en el sector como rumor hace un par de años, cuando Editorial Compostela llegó a un preacuerdo de venta con otros empresarios gallegos que al final no cuajó.
SINERGIAS APROVECHABLES POR OTROS GRUPOS
Sumar El Correo Gallego a su red de 23 cabeceras parece, a priori, una opción interesante para Prensa Ibérica. El grupo lograría extender así su red informativa, que está formada sobre todo por otros diarios locales o regionales, con las excepciones de Sport y El Periódico de España.
Ahora bien, estas sinergias que podría explotar Prensa Ibérica también están al alcance de otros grupos editoriales y, por lo que se deduce del auto, hay más de uno, no solo Prensa Ibérica, interesado.
Al menos uno de ellos es gallego, Editorial La Capital, propiedad de Heimarmene SL, una de las compañías en las que es directivo el constructor y empresario José Collazo Mato. Su negocio más conocido es el grupo vinculado al juego Comar, que tiene casinos en A Coruña, Madrid, León, Cádiz, Salamanca y otras localidades.
En todo caso, el ganador de la eventual "subastilla" que estipula el auto, no tendría garantizado quedarse con el periódico. La jueza manda que " se dará traslado de las ofertas a los representantes de los trabajadores por quince días como impone el art. 220 TRLC, y en ese mismo plazo la administración concursal presentará informe razonado sobre las ofertas indicando la que a su juicio debe resultar adjudicataria e interesando en su caso la adjudicación".
Está previsto que esta semana se abran las plicas del concurso. Es de esperar que el administrador nombrado con la jueza hable con los dos grandes acreedores, Abanca y los ex-trabajadores, a los que todavía se le debe dinero.
En función de ese diálogo, elaborará un informe recomendando un adjudicatario, pero decidirá la jueza. En principio, solo la deuda con Abanca y con los ex-trabajadores tiene calibre suficiente para hacer descarrilar la operación. En teoría, a los ex-trabajadores les interesa que haya pronto una solución y cobrar lo máximo posible cuanto antes.
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