María Esclapez, psicóloga: "Todos deberíamos recibir educación emocional relacionada con las redes sociales"

Las redes sociales pueden ser un entorno verdaderamente hostil. Hay cuentas que rezuman odio y otras que proyectan imágenes insanas que no se corresponden con la realidad pero que la gente asume como el canon. Sin embargo, también hay perfiles que arrojan mucha luz como el de la psicóloga María Esclapez, especializada en psicología clínica y de la salud que, a través de sus cuentas, ha conseguido conectar con cientos de miles de personas que siguen sus consejos para disponer de las herramientas necesarias para afrontar un problema o detectar esos episodios que pueden llegar a poner contra las cuerdas nuestra salud mental. 

Bajo la premisa de que pedir ayuda es bueno y recibirla un derecho, Esclapez aborda temas como el amor propio, las relaciones tóxicas o la forma con la que nos relacionamos con los demás, aspectos que ahora trata en su último libro, 'Tú eres tu lugar seguro', que presentó la semana pasada en en el Club Faro de Vigo, en la ciudad olívica. Antes, conversó con Galiciapress sobre su papel como divulgadora, el proceso para "sanar nuestro pasado y mejorar nuestro presente" o sobre el consumo de medicamentos para la ansiedad y el insomnio, donde España es líder mundial.

Lo primero de todo, aunque el libro ‘Tú eres tu lugar seguro’ ya lleva en el mercado desde febrero y ya acumula varias reimpresiones, sigues con la gira de presentaciones. ¿Qué te estás encontrando cuando se acercan los lectores en estos actos?

Muchas palabras bonitas de agradecimiento. Historias de reconexión con uno mismo, de reconexión con los demás…pero en ocasiones las historias no son tan bonitas. Evidentemente el trabajo emocional siempre tiene una parte complicada y hay que pasar por ella. Pero en general son comentarios que me encantan y motivan a seguir escribiendo. 

¿Qué se va a encontrar un lector que se asome a ‘Tú eres tu lugar seguro’ y que no conozca otros textos como ‘Me quiero, te quiero’? ¿Hace falta una preparación previa para enfrentarse a una lectura así?

No, pero es verdad que me gusta que se lean juntos, sin importar mucho el orden, para que se comprendan de una forma más general y más global. Es cierto que si te lees solo ‘Tú eres tu lugar seguro’ lo vas a entender perfectamente sin necesidad de leer el anterior, y viceversa.  

Me refiero sobre todo a nivel emocional, de saber que puedes encontrarte cosas para las que tal vez hace falta estar preparado.

La única preparación para leer un libro de estas características es que te apetezca. Que estés en un momento en el que te apetezca trabajar en ti y adentrarte en tus sombras. No hace falta ser psicólogo ni tener una especialidad en nada que se le parezca, porque mi manera de divulgar es para todos los públicos. Explico de una manera sencilla y muchas veces metafórica para que todo el mundo pueda entenderlo. Pero es verdad que como son trabajos difíciles, importantes, a veces laboriosos, hay que respetar el tiempo de cada uno. Si alguien lee dos o tres páginas que le parecen intensas y necesita parar, su preparación para pasar a las siguientes páginas es asimilar y asentar todo lo leído. Pero sobre todo tener ganas de mejorar. 

"LAS HERIDAS SIEMPRE VAN A VOLVER A APARECER"

En el libro tratas de trasladar al lector las herramientas para “sanar tu pasado y mejorar tu presente”. Es importante el término “sanar”, porque supongo que la cicatriz siempre queda, ¿no? Como experta en las relaciones de pareja pienso, por ejemplo, en una infidelidad o un desengaño amoroso. 

Cualquier episodio que ha podido generar demasiado estrés emocional que no hemos sabido manejar puede tener sus consecuencias y luego generar esas heridas. Esas heridas, ya se hayan dado en pareja, a solas, en la infancia, en la adolescencia, en la forma que hayan sido, siempre van a volver a aparecer, y van a condicionar aquellas cosas que tengan que ver, indirecta o directamente, con ese episodio. 

Si hablamos de relaciones son heridas que van a aparecer en nuestras relaciones. Si he tenido una relación tóxica con 17 años donde aprendí que tengo que comportarme de manera sumisa, por ejemplo, cuando tenga 34, si no he sanado las heridas que se generaron en esa relación van a volver a aparecer y me van a condicionar. Entonces, cuando trabajamos esas cicatrices vemos de dónde vienen, de qué manera se generaron, y cómo nos están influyendo en el presente para poder sanarlas. Una vez se sanan las relaciones empiezan a mejorar. 

"Cualquier episodio que ha podido generar demasiado estrés emocional que no hemos sabido manejar puede tener sus consecuencias y luego generar esas heridas"

De eso podemos inferir que somos los errores que cometemos, pero también somos consecuencia de los errores de los demás. ¿Pesan más unas que otras? 

No creo que seamos los errores que cometemos. La esencia no tiene nada que ver con eso. Los errores son comportamientos o pensamientos incluso que nosotros mismos juzgamos en base a nuestra forma de ver el mundo, nuestro marco contextual, nuestros valores y creencias. No somos aquello que hacemos. Pero aquello que hacemos tiene unas consecuencias. 

¿El peso? Cualquiera. Es verdad que se trabajan los traumas con la base de lo que puede ser un trauma o no, más intenso o menos intenso para la persona, lo cierto es que cada uno experimenta de una forma diferente cada circunstancia. Una persona sensible puede tener más predisposición a generar una herida emocional en una situación en la que otra persona no tan sensible no tendría ese impacto. No podemos cuestionar qué es lo que pesa más o menos, porque estaríamos invalidando a cualquier persona que pueda sentir algo en una situación determinada. 
 

“LA PSICOLOGÍA TIENE QUE SER FIABLE Y VÁLIDA”

Hay una corriente que hace de menos a los llamados libros de autoayuda o los libros que buscan hacerte reflexionar sobre ti mismo, en parte también por el intrusismo que existe. Al final, si un libro puede hacerte pensar o incluso ayudarte a ver cosas, puede ser positivo, ¿no?

Sí, es verdad que hay ese intrusismo. Soy muy consciente de que existe. Para mí es importante pasar un filtro. Todos aquellos libros que no lleven bibliografía, para mí, son libros dudosos. Porque tú puedes escribir a través de lo que piensas, de lo que has vivido, y no va a dejar de ser válido. Pero a nivel científico y divulgativo necesitamos que existan unas bases, que haya algo que corrobore que lo que dices, que esa teoría que estás desarrollando, tiene sentido, está demostrada y que no solamente te pasa a ti y a tres personas más, sino que se puede extrapolar a otros. 

Para evitar confusiones entre estas personas que se entrometen en los trabajos de los psicólogos y los psicólogos que de verdad se dedican a la divulgación, es importante atender a esta bibliografía, que sea algo fiable, que sea un contenido que no te hayas inventado. Luego cada uno consume lo que quiere consumir, pero tiene que tener en cuenta si quiere algo fiable debe pasar ese filtro. Luego hay personas que dicen: “No, yo es que no quiero divulgación. Yo quiero leer relatos y fábulas, eso me ayuda mucho”. Pues estupendo. Pero tienes que tener claro que eso no es psicología. Perfecto, consume lo que quieras, pero si buscas psicología tiene que ser una psicología fiable y válida. 

En el libro cuentas casos reales de tus consultas. Habrás escuchado casi de todo. ¿Se consigue desconectar o es inevitable llevarse el trabajo a casa?

Siempre te quedas con algo, al menos en mi caso. Es bueno desconectar, porque son muchos problemas, pero hay historias que te impactan y con las que conectas en consulta y fuera de consulta, sobre las que piensas y das vueltas, y sacas conclusiones. Y cuando has resuelto el caso, pasado un tiempo, piensas en esa persona y lo que le pasó y cómo trabajamos aquellas estrategia o herramienta. Y resulta que es un caso que me sirve para plasmar, por ejemplo, la relación entre un padre y un hijo, de modo que lo plasmo en el libro -siempre con el permiso de la persona, claro, y siempre preservando su derecho a la intimidad-. 

También estamos en un momento en el que se están desmontando muchos tabúes en torno a la salud mental. Un ejemplo lo encontramos en la cantidad de deportistas que con cada vez más frecuencia reconocen necesitar la ayuda de profesionales para hacer frente a su día a día y resolver sus problemas, pero también el lado contrario, el morbo que nos genera ver relaciones tóxicas o desestructuradas. ¿Somos, por lo general, una sociedad enferma o una sociedad mal tratada o mal diagnosticada? 

Me parece maravilloso que se exponga públicamente la realidad de muchas personas, en este caso a través de deportistas de alto nivel, acostumbrados a vivir en la máxima exigencia. Que muestren su vulnerabilidad y sean capaces de decir: “Hasta aquí, porque me estoy haciendo daño a mí mismo si sigo”. Me parece maravilloso porque acaban siendo un ejemplo de luchar por aquello que queremos, pero no vamos a morir en el intento, vamos a cuidarnos. Obviamente no me alegro de que haya deportistas que lo pasen mal, pero que lo muestren y la sociedad lo pueda ver es muy positivo. 

Por otra banda, que se expongan o nos atraigan las relaciones tóxicas, creo que no deja de ser un reflejo de las relaciones que vivimos hoy en día y que algunas personas se pueden sentir identificadas, y si no lo hacen pueden lanzar sus juicios de valor para sentirse superiores o que hacen las cosas mejor. Esto depende de la audiencia de la que hablemos. En mi caso, cuando hablábamos de relaciones que aparecían en películas o series y programas de televisión, lo comentaba desde un sentido psicopedagógico que me gusta ofrecer. Y me enfrentaba a esos programas desde ese prisma. Otras personas sé que también lo hacen, pero otros lo harán por morbo, por aprender, por sentirse válido o por cualquier otro motivo.  

REDES SOCIALES, ACCESO A LA ASISTENCIA Y MEDICACIÓN

Esto entronca con ese otro papel que juegas como divulgadora a través de las redes sociales. Son una herramienta importante para tu trabajo pero, ¿son también muy peligrosas? ¿Percibes un aumento de casos de personas con una salud mental delicada a causa de las propias redes y el juicio constante?

Las redes sociales, depende de cómo las usemos, pueden ser buenas o malas. Si es para estar en contacto con tus seres queridos, para exponer tu trabajo, para encontrar amigos…te van a servir y van a ser algo bueno. Pero si las usas para compararte, para controlar a tu pareja o amigos, para otras cosas que no sean conectar con las personas, tienes un problema. Y hay que atender a este problema. 

En la actualidad observamos que hay muchísima gente que se está comparando a través de las redes, que tienen niveles bajos de autoestima porque les gusta verse con el filtro y no sin el filtro, porque a través de una pantalla se protegen mucho mejor y son ellos mismos pero sin esa pantalla se cohíben más. Eso son redes sociales mal empleadas. Debería ser muy importante que todos recibamos de alguna manera de educación emocional relacionada con esto, porque nos ahorraríamos muchos problemas. 

Otro debate es el acceso a los profesionales de la salud mental, que no es precisamente barato, y que muchas personas que la necesitan no pueden costearlo…

Soy perfectamente consciente. La seguridad social está saturadísima y cada vez es mayor el número de pacientes que reclaman una consulta. No todo el mundo se puede permitir pagar los 60, 70 u 80 euros que vale una sesión y menos todas las semanas. Por eso parte de mi trabajo es que la gente tenga acceso a ese conocimiento sin necesidad de esa gran inversión. Es un derecho tener acceso al conocimiento de cómo funciona tu mente, de herramientas para saber cómo manejar algunas cosas. 

Por eso el 100% de las publicaciones que hago son gratuitas para todo el mundo. También hago charlas para todos los públicos, libros para todos los públicos donde intento que sea un proceso no solo para leer y enterarte, sino para eso y además empezar a trabajar con estos ejercicios. Intento que sea así porque es una manera de democratizar ese conocimiento. No se gana más vendiendo libros o haciendo contenido gratis que pasando consulta, pero a mí me llena más. Es una parte de mi vocación. Siempre lo he hecho y lo voy a seguir haciendo. 

"No todo el mundo se puede permitir pagar los 60, 70 u 80 euros que vale una sesión y menos todas las semanas. Por eso parte de mi trabajo es que la gente tenga acceso a ese conocimiento sin necesidad de esa gran inversión"

España es líder mundial en consumo de medicamentos para la ansiedad y el insomnio. ¿Estamos sobremedicados? Claro que puede combinarse pero, ¿no es más efectiva una hora de terapia que una receta?

Depende del caso. Hay casos donde la persona, por sus características, puede necesitar la terapia y resultar más efectiva, pero hay personas que necesitan las dos cosas, o no necesitan la terapia y sí la mediación. ¿Sobremedicados? Probablemente sí. Hablo desde mi opinión, pero conozco casos de gente que va al médico y sale de allí con una receta de ansiolíticos o antidepresivos, y una vez que evalúas al paciente y ves que podrían tomar la medicación…o no. Podemos ver qué tal funciona la terapia y ver si es necesaria o no la medicación. Pero no podemos demonizar la medicación. Ayuda y muchísimo. Yo misma el año pasado tuve que medicarme y fue la solución, me vino muy bien. A día de hoy continúo con mi terapia pero medicarme fue importantísimo. No hay que condenarla pero tampoco sobremedicar que es lo que hacen algunos.