En Galicia se tarda 9 meses para una consulta con el especialista tras el primer diagnóstico de Alzheimer
Los pacientes gallegos con sospecha de enfermedad de Alzheimer son derivados desde la Atención Primaria en menos de tres meses, pero deben esperar más de nueve meses para acceder a la primera consulta hospitalaria especializada, según revela el Mapa de Recursos Políticos, Sociales y Sanitarios para la enfermedad de Alzheimer (MapEA) y el proyecto Alma-Care, impulsados por la farmacéutica Lilly. Ambos trabajos, en los que participaron más de 140 expertos sanitarios y sociales, entre ellos diez gallegos, ponen de manifiesto la falta de coordinación asistencial y la ausencia de protocolos claros de derivación como las principales barreras para un diagnóstico temprano y certero en Galicia.
El informe destaca que, pese a la pronta derivación desde la Atención Primaria, los pacientes se enfrentan a dilaciones prolongadas en el acceso a la consulta con especialistas de Neurología o Geriatría, lo que retrasa la confirmación diagnóstica y el inicio del tratamiento adecuado. El 75% de los expertos consultados identifica como obstáculos la falta de tiempo en las consultas, la escasez de formación específica en esta patología y la ausencia de infraestructuras apropiadas.
Aunque un 62% de los sanitarios afirma que existen protocolos de derivación hacia especialistas, reconocen que el conocimiento real de estos documentos por parte del personal médico es solo moderado. También califican como insuficiente la información que se traslada a los pacientes y sus familias en fases iniciales y apuntan que no se ofrece un soporte adecuado en cuestiones clave como la planificación anticipada de decisiones.
Reclaman diagnóstico temprano y recursos
Desde la Confederación Española de
(CEAFA), su director Jesús Rodrigo subraya la importancia de avanzar hacia un diagnóstico temprano y de precisión para ofrecer a los afectados la posibilidad de disfrutar de más años de vida autónoma e independiente. Por su parte, el neurólogo Pablo Martínez Lage, director científico del Centro de Investigación y Clínica Memoria de la Fundación CITA-Alzheimer, advierte sobre la desigualdad territorial en el acceso a un diagnóstico, con comunidades en las que la coordinación es más fluida frente a otras donde persisten obstáculos que dificultan la atención.
En esta misma línea, el doctor Pablo Baz, del Grupo de Trabajo de Neurología de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), considera imprescindible reforzar las capacidades de la Atención Primaria. Según apunta, mejorar el cribado y la detección en esta primera línea permitiría acceder a tratamientos más efectivos, mejorar el pronóstico, reducir los costes sanitarios y facilitar la planificación de los cuidados a las familias.
El Mapa de Recursos elaborado por los expertos concluye que tanto la Estrategia de Enfermedades Neurodegenerativas de 2016 como el Plan Integral de Alzheimer y otras Demencias 2019-2023 presentan un bajo nivel de conocimiento e implementación, lo que se traduce en escasa aplicación práctica en la atención real de los pacientes. Asimismo, denuncia la falta de planes estratégicos específicos en muchas comunidades autónomas, lo que contribuye a la desigualdad y ralentiza la respuesta sanitaria.
El proyecto Alma-Care, promovido por Lilly, se centra en identificar los puntos críticos para trasladar a la práctica clínica las innovaciones terapéuticas y establecer nuevos modelos organizativos en los hospitales y servicios de todo el país. De las más de 40 recomendaciones propuestas por un panel de 50 expertos, 14 se consideran prioritarias.
La doctora Raquel Sánchez-Valle, neuróloga del Hospital Clínic de Barcelona, señala la urgencia de implantar circuitos de derivación más ágiles, apoyados en el uso de biomarcadores y herramientas diagnósticas que garanticen fiabilidad y rapidez. Coincide con ella el doctor Baz, quien aboga por generalizar programas de cribado en Atención Primaria, ampliar la formación de los profesionales, impulsar políticas sociosanitarias más ambiciosas y garantizar canales de coordinación estandarizados entre niveles asistenciales.
Este enfoque permitiría un abordaje multidisciplinar, coordinado y ágil, fundamental para que los pacientes puedan beneficiarse de nuevas terapias en desarrollo dentro del Sistema Nacional de Salud.
Impacto creciente del Alzheimer en Europa
La enfermedad de Alzheimer afecta actualmente a unos 6,9 millones de personas en Europa, cifra que podría duplicarse de aquí a 2050 debido al progresivo envejecimiento de la población. Lilly alerta de que un tercio de los pacientes con deterioro cognitivo leve o demencia leve progresa a un estadio clínico más grave en solo un año, lo que multiplica la urgencia de garantizar diagnósticos más rápidos y efectivos.
En Galicia, el reto sanitario y social del Alzheimer sigue muy presente, con una atención marcada por itinerarios largos, falta de uniformidad territorial y escasez de recursos específicos. Los expertos coinciden en que mejorar la coordinación asistencial, reforzar la Atención Primaria y aplicar de forma efectiva los planes nacionales son claves para avanzar hacia un futuro en el que los pacientes dispongan de una atención más temprana, integral y humanizada ante una enfermedad que no deja de crecer en toda Europa.
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