Sanitarios gallegos salvan vidas con el quirófano móvil de Diego González Rivas en Sierra Leona

Seis pacientes operados por primera vez en la historia del país en un hospital sobre ruedas. Así resume la Fundación Diego González Rivas la misión que un grupo de cirujanos, anestesistas, enfermeras y técnicos gallegos acaba de completar en la ciudad de Kono (Sierra Leona). Un viaje marcado por el miedo, la tensión y las lágrimas, pero también por el orgullo de haber abierto un capítulo de esperanza en uno de los lugares más castigados por la pobreza y la falta de recursos sanitarios.


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Sanitarios de la Fundación Diego González Rivas en Sierra Leona

 

La expedición se desarrolló durante una semana en un quirófano móvil transformado en camión, que tras un accidentado traslado desde Ghana llegó con averías que hicieron temer la cancelación de la misión. Finalmente, y gracias al esfuerzo de los profesionales de FP del CIFP As Mercedes de Lugo, la unidad funcionó con las mismas condiciones de seguridad que un hospital europeo en pleno corazón de África.

 

La fuerza del equipo gallego

El doctor Diego González Rivas, cirujano coruñés pionero en cirugía torácica mínimamente invasiva y fundador de la Fundación que lleva su nombre, lideró una vez más un proyecto que mezcla ciencia y humanidad. Conocido internacionalmente por haber desarrollado la técnica de cirugía uniportal, González Rivas lleva años compaginando su labor médica con expediciones solidarias en África, Asia y Latinoamérica. Su objetivo: llevar la sanidad de vanguardia a lugares donde apenas existen recursos.

 

“Lo más importante de esta misión en Sierra Leona es que los seis pacientes que operamos están muy bien. Volvemos a casa con la satisfacción de haber mejorado su calidad de vida”, explicó el doctor, quien destacó también el papel de Marta, una gallega afincada en el país con la ONG Partners in Health, que apoyó el cuidado de los pacientes locales.

 

El reto técnico fue enorme. El camión-quirófano llegó con numerosos equipos dañados, pero los profesores Víctor Paz, Leticia Conde y Alberto Pereira lograron repararlos sobre el terreno. “No fue llegar y encender. Pensamos incluso en cancelar la misión, pero conseguimos poner la unidad en marcha y realizar todas las operaciones con garantías”, relató Víctor Paz.

 

El proyecto gallego contó además con la participación de cirujanos de Marruecos, Países Bajos y Libia-Alemania, que subrayaron la dimensión histórica del momento. “Es la primera vez que se hace cirugía torácica en Kono, y además mínimamente invasiva. Poder hacerlo en un camión es un milagro”, destacó Souheil Boubia, cirujano marroquí.

 

Para Tom Gresnigt, oncólogo quirúrgico holandés, la misión supone “una oportunidad histórica para Sierra Leona y los países vecinos”, un territorio con una de las tasas más altas de tuberculosis y sin servicios de cirugía torácica. El cirujano libio-alemán Husam Enaami subrayó el legado del proyecto: “Va más allá de la cirugía, aporta logística, conocimiento y esperanza”.

 

La mirada de las enfermeras coruñesas

Dos enfermeras gallegas, Belén y María, viajaron desde A Coruña para participar en la misión. Ambas confesaron que llegaron con miedo, pero lo que más les impactó fue “la cantidad de niños solos en la carretera” y la precariedad en los hospitales.

 

“En Sierra Leona, quien no tiene recursos, se muere”, explicaron con crudeza. Recordaron cómo las familias enteras dormían en los pasillos para acompañar a un paciente hospitalizado y la tristeza de ver a quienes no podían acceder a ningún tratamiento. Al mismo tiempo, reconocieron la esperanza que generan organizaciones como la Fundación: “En un camión se ofrecen las mismas condiciones de un quirófano europeo”.

 

Diego Gonzu00e1lez Rivas con un paciente
Diego González Rivas con un paciente

Entre la crudeza y la esperanza

El anestesista Radu Podaru aportó otro testimonio estremecedor: “El hospital al que llegamos parecía más un purgatorio que un sitio para salvar a alguien. La vida en África Occidental es mucho más cruel de lo que imaginamos desde nuestros hogares”. Sin embargo, destacó la fuerza del proyecto: “No hay nada más gratificante que sentir que realmente has salvado la vida de alguien, y eso solo pasa en África”.

 

Entre los seis pacientes operados se incluyó un niño sometido a una cirugía de ocho horas, una intervención de altísima complejidad que se completó con éxito. Para Podaru, la persistencia del doctor González Rivas fue clave: “Convirtió en realidad un sueño que parecía imposible: crear un quirófano móvil de última generación y llevarlo a las zonas más remotas del mundo”.

 

La misión no pasó desapercibida en Sierra Leona. El ministro de Sanidad visitó la unidad móvil en Kono y anunció un convenio de colaboración con la Fundación. Además, parte del equipo fue recibido en Freetown por el vicepresidente del país, que agradeció la labor humanitaria y mostró la voluntad del gobierno de estrechar la cooperación sanitaria.

 

En España, la experiencia tuvo un altavoz inesperado: el programa “La Revuelta” de David Broncano, que conectó en directo con el quirófano móvil para mostrar a la audiencia la realidad de la pobreza en África y visibilizar este proyecto gallego sin precedentes.

 

Diego González Rivas, un gallego universal

La figura de Diego González Rivas ha trascendido desde hace años los quirófanos gallegos. Nacido en A Coruña en 1974, se ha convertido en un referente mundial gracias a la cirugía torácica mínimamente invasiva, técnica que desarrolló y que se conoce como uniportal VATS (cirugía torácica por una sola incisión). Su método ha sido adoptado en hospitales de Europa, América y Asia, lo que lo ha situado entre los especialistas más influyentes del mundo en su campo.

 

En los últimos meses, su nombre ha vuelto a aparecer en los medios por su doble faceta: la de innovador quirúrgico y la de médico volcado en proyectos humanitarios. Además de Sierra Leona, ha impulsado misiones en Ghana, Angola, Costa de Marfil o Zimbabue, siempre con la idea de formar a médicos locales y dejar una semilla que continúe después de su marcha. Su Fundación trabaja con el lema de “llevar la cirugía a quienes no tienen acceso a ella”, una idea que resume la filosofía que lo mueve desde hace más de una década.

 

El equipo regresó a Galicia con la certeza de haber dado un paso importante en la atención sanitaria en África. La directora de la Fundación, Carla Salgado, coordinó la misión desde España y aseguró que la experiencia servirá para preparar nuevas expediciones.

El propio González Rivas concluyó: “Estamos muy felices. Los pacientes están estupendamente y nos volvemos con la satisfacción de haber salvado vidas. Misión cumplida”.

 

En Kono, donde la muerte cotidiana convive con una población que no se resigna, quedó una huella: la de un camión quirófano llegado desde Galicia que demostró que, incluso en los lugares más olvidados, la esperanza también puede viajar sobre ruedas.

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Camión quirófano de la Fundación Diego Fernández Rivas en  Ghana

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