Dos muertes por velutina este mes, ¿Cómo saber si soy alérgico a la picadura de avispa antes de que me pique?

La llegada del otoño, lejos de suponer una tregua, ha recrudecido la amenaza de la Vespa velutina en Galicia. Dos muertes trágicas en apenas dos semanas, una en Cospeito y otra en Irixoa, han devuelto el foco a un problema de salud pública que afecta de lleno al rural gallego. Los ataques de la avispa asiática ya no son un riesgo lejano; son una realidad letal que golpea durante tareas cotidianas como la caza o los trabajos forestales o de desbroce, evidenciando que la convivencia con esta especie invasora requiere una alerta y unos protocolos de prevención máximos.


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Nido de avispa velutina
Nido de avispa velutina

 

El suceso más reciente tuvo lugar este mismo fin de semana en la parroquia de Xustás, en Cospeito (Lugo). Un hombre de 55 años falleció el domingo por la tarde tras sufrir un ataque masivo de avispas asiáticas mientras se encontraba cazando perdices en compañía de otras personas. A pesar de la rápida intervención de los servicios sanitarios, que intentaron reanimarlo durante cerca de una hora, nada se pudo hacer por su vida. La causa, según los primeros indicios, fue una severa reacción alérgica, un shock anafiláctico provocado por el veneno del enjambre.

 

Apenas unos días antes, a mediados de octubre, la tragedia golpeó el municipio coruñés de Irixoa. Ramón José Dopico Martínez, concejal del Partido Popular de 76 años, perdía la vida en circunstancias similares. El edil se encontraba operando un tractor para realizar labores de limpieza en una finca en la parroquia de Curtis. Fue entonces cuando, presuntamente, el ruido y la vibración de la maquinaria perturbaron un nido oculto. Las velutinas atacaron con virulencia, concentrando las picaduras en la zona de la cabeza y el cuello, y provocando su fallecimiento en el mismo lugar de los hechos.

 

Estos dos fallecimientos elevan la trágica estadística gallega. En agosto, la zona de Pontevedra ya había registrado una semana crítica con tres incidentes graves por picaduras, uno de los cuales también resultó mortal. Galicia se mantiene, según estudios publicados en los últimos años, como la región española con una mayor tasa de mortalidad asociada a las picaduras de insectos, una realidad agravada por la expansión imparable de la velutina desde su detección en la comunidad hace más de una década.

 

El doble peligro: alergia o veneno masivo

El peligro de la Vespa velutina para las personas es doble. Por un lado, está la conocida reacción alérgica, la anafilaxia. Médicos del 061 han advertido públicamente tras incidentes previos que el tiempo de reacción es mínimo. Tras una picadura en una persona alérgica, el colapso puede sobrevenir en menos de media hora, haciendo vital la administración inmediata de adrenalina y el traslado urgente a un centro hospitalario. Los síntomas de alarma incluyen picor intenso en palmas de manos y pies o cuero cabelludo, la aparición de ronchas (urticaria) por el cuerpo, dificultad evidente para respirar, mareos o pérdida de conocimiento.

 

Pero no solo las personas alérgicas están en riesgo. El segundo gran peligro de la velutina es la intoxicación por veneno, consecuencia de un ataque múltiple. Los expertos en toxicología señalan que, aunque las proteínas de su veneno son similares a las de la avispa común, la carga es potente. Recibir más de cincuenta picaduras simultáneas puede provocar un fallo sistémico grave, afectando a órganos vitales, incluso en individuos que nunca han desarrollado una alergia previa. Es una muerte por envenenamiento directo, no por reacción inmunitaria.

 

 

 

La mayoría de los ataques mortales en Galicia comparten un denominador común: ocurren durante trabajos agrícolas o forestales, especialmente el desbroce de maleza. Las vibraciones y el ruido de la maquinaria, como tractores o desbrozadoras manuales, son interpretados por las avispas como una agresión directa a su colonia. El problema se multiplica porque muchos nidos, especialmente los secundarios de final de temporada, no están en las copas de los árboles, sino ocultos a baja altura, entre zarzas, en muros de piedra o incluso a ras de suelo, haciéndolos indetectables hasta que es demasiado tarde.

 

La prevención, clave en el rural

Ante esta situación, los servicios de emergencias y las administraciones insisten en la prevención como única herramienta eficaz. La Xunta de Galicia mantiene activo el teléfono 012 como canal centralizado para notificar la presencia de nidos. A través de este servicio se coordina su retirada por parte de equipos especializados.

 

Aunque el gobierno autonómico ha reportado recientemente una disminución en el número de avisos ciudadanos, sí ha confirmado un aumento en el número de nidos retirados y un incremento notable en la captura de reinas durante las campañas de trampeo de primavera.

 

Para los trabajadores del campo, las recomendaciones son claras y deben tomarse con la máxima seriedad. Antes de iniciar cualquier labor de limpieza en una finca, es imprescindible realizar una inspección visual exhaustiva de la parcela. Hay que revisar no solo los árboles, sino también los muros, el suelo y, sobre todo, las zonas de matorral denso. Si se detecta un nido, la norma es tajante: no acercarse a menos de cinco metros, no golpearlo y, bajo ningún concepto, intentar cortare el árbol que lo sostiene o rozar la maleza que lo oculta.

 

En caso de encontrar un nido durante un trabajo, se debe señalizar la zona para alertar a otras personas y contactar inmediatamente con el 012. Si se produce un ataque, la recomendación de los servicios de emergencia es huir del lugar sin realizar movimientos bruscos o aspavientos, que excitan más a los insectos. Si se observa que otra persona está siendo atacada, no se debe acudir en su ayuda directamente, ya que el riesgo de convertirse en una segunda víctima es altísimo; lo prioritario es llamar al 112 para activar el protocolo de emergencia.

 

Autoinyector de adrenalina
Autoinyector de adrenalina

Cómo actuar ante una picadura

El protocolo de actuación varía radicalmente si se trata de una picadura simple o de una emergencia. Si la picadura es única y no hay antecedentes de alergia, el Servizo Galego de Saúde (Sergas) recomienda lavar la zona afectada con agua y jabón, y aplicar frío local (hielo envuelto en un paño) durante unos quince minutos para bajar la inflamación y calmar el dolor. Se pueden utilizar antihistamínicos orales para el picor o corticoides en crema si el edema es importante, pero siempre bajo consejo médico.

 

La situación cambia por completo si aparecen síntomas de alergia, si las picaduras son múltiples o si se producen en zonas críticas como la cara o el cuello, donde la inflamación puede comprometer la vía respiratoria. En esos casos, la llamada al 112 debe ser inmediata. Las personas que ya se saben alérgicas deben llevar siempre consigo el autoinyector de adrenalina y no dudar en utilizarlo ante los primeros síntomas, acudiendo igualmente a urgencias de inmediato.

 

En este vídeo de la Sociedad de Alergología se explica cómo usar este dipositivo:

 

 

El reto de la velutina en Galicia se complica, además, por factores ecológicos. Informes recientes de este verano apuntaban a que los vientos del nordés habían retrasado el ciclo biológico de la Vespa velutina, pero, a cambio, se ha detectado un aumento preocupante de la avispa común (Vespa germanica). Esto genera un doble frente que amenaza la apicultura, los cultivos de fruta y la propia salud pública, obligando a las administraciones y a la ciudadanía a no bajar la guardia ante una invasión que, como demuestran las tragedias de Irixoa y Cospeito, causa muertes con cierta regularidad.

 

La avispa invasora 'vespa velutina'
La avispa invasora 'vespa velutina'

 

Velutina en cifras: A Coruña y Pontevedra concentran una plaga que ya no crece

La lucha contra la Vespa velutina se mide en cifras que evidencian la magnitud de la invasión en Galicia. Aunque los trágicos fallecimientos de este otoño activan la alarma social, los datos de la Xunta de Galicia revelan una batalla constante en todo el territorio, aunque con una clara concentración en la franja atlántica. Las provincias de A Coruña y Pontevedra son, con diferencia, las más afectadas por la presencia de la avispa asiática.

 

Según los datos oficiales del plan de vigilancia y control, durante todo el año 2024, se procedió a la retirada o neutralización de más de 18.700 nidos en la comunidad. El desequilibrio territorial es evidente: más de 8.600 de esas actuaciones se produjeron en A Coruña, seguida por Pontevedra, con 5.800. A gran distancia se situaron las provincias orientales, con 2.200 intervenciones en Ourense y 2.000 en Lugo.

 

El esfuerzo en la prevención ha sido notable este 2025. El programa de trampeo primaveral, diseñado para capturar a las fundadoras antes de que creen las grandes colonias de verano, ha duplicado su efectividad. Según balances recientes de la Xunta, hasta septiembre se habían capturado más de 230.000 reinas, frente a las 113.000 del mismo período del año anterior. Esta captura masiva, realizada con más de 18.500 trampas geolocalizadas, ha tenido un efecto directo en la presión sobre el servicio 012.

 

A pesar de que la sensación ciudadana es de alerta máxima, los avisos telefónicos han experimentado un descenso. La Xunta informó a finales de septiembre de una reducción de cerca del 30% en las llamadas al 012 en los últimos dos años. Entre enero y septiembre de 2025 se registraron 21.607 avisos, una cifra inferior a la media de años anteriores, lo que la administración vincula al éxito del trampeo primaveral que habría conseguido frenar la creación de miles de nidos secundarios.

 

¿Cómo saber si soy alérgico a la picadura de avispa antes de que me pique?

En sentido estricto, no es posible saber si eres alérgico a una sustancia (como el veneno de avispa) si tu cuerpo nunca ha estado en contacto con ella.

Aquí te explicamos por qué y cuál es la única forma de saberlo:

 

El concepto de "sensibilización"

 

Una alergia no ocurre la primera vez que entras en contacto con algo. Es un proceso de dos pasos:

  • Sensibilización (La primera picadura): La primera vez que te pica una avispa, tu sistema inmunológico "conoce" el veneno. Si tu cuerpo decide (por razones genéticas o desconocidas) que ese veneno es un enemigo peligroso, empieza a crear "soldados" específicos contra él, llamados anticuerpos IgE. En esta primera picadura, no tendrás una reacción alérgica, solo la reacción local normal (dolor, hinchazón leve).
  • Reacción (La segunda picadura o siguientes): La próxima vez que te pique una avispa de la misma familia, el veneno entra y se encuentra con esos anticuerpos IgE que ya estaban creados y esperando. Esto desencadena una liberación masiva de histamina y otras sustancias químicas, provocando los síntomas de la alergia (desde urticaria hasta el shock anafiláctico).

Por lo tanto, si realmente nunca te ha picado una avispa o un insecto de la familia de los himenópteros (abejas, avispones), no puedes ser alérgico. El problema es que muchas personas no recuerdan una primera picadura (pudo ser en la infancia o ser muy leve).

 

La única forma de saberlo: Pruebas de alergia

 

Si tienes sospechas fundadas (porque trabajas al aire libre, tienes antecedentes de otras alergias graves, o has tenido picaduras previas con reacciones locales muy fuertes), la única manera de saber si estás actualmente sensibilizado (es decir, si tu cuerpo ya ha creado los anticuerpos IgE) es acudiendo a un médico alergólogo.

El especialista puede realizar dos tipos de pruebas:

 

  • Pruebas cutáneas (Prick test): Es el método más común. El médico aplica una gota minúscula y controlada del veneno de avispa sobre la piel (generalmente en el antebrazo) y realiza un pequeño pinchazo superficial. Si estás sensibilizado, aparecerá una pequeña roncha o habón (similar a una picadura de mosquito) en ese punto en unos 15-20 minutos.
  • Análisis de sangre (IgE específica): Te extraen una muestra de sangre y en el laboratorio miden la cantidad de anticuerpos IgE específicos contra el veneno de avispa que circulan por tu cuerpo.

 

¿Debo hacerme la prueba "por si acaso"?

 

En general, los protocolos médicos no recomiendan hacer pruebas masivas a toda la población que no haya tenido síntomas.

Los alergólogos suelen reservar estas pruebas para personas que:

  • Ya han sufrido una reacción sistémica (más allá de la hinchazón local), como mareos, urticaria por todo el cuerpo o dificultad para respirar tras una picadura.
  • Pertenecen a grupos de alto riesgo por exposición (apicultores, personal forestal, agricultores).
  • Han tenido reacciones locales muy extensas (por ejemplo, que se hinche todo el brazo por una picadura en la mano).

 

 

 

 

 

 

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