Multitud de municipios, instituciones y organismos han participado en el mediodía de este miércoles en concentraciones de repuls
Las matanzas de Bruselas han herido a la Unión Europea en su propia capital administrativa. No nos confundamos con los símbolos. El lugar físico donde se han producido los siniestros atentados es la ciudad belga, pero las condolencias deben ofrecerse a todos los europeos. O, cuando menos, a aquellos que nos damos por aludidos y pretendemos preservar nuestros valores civilizatorios. Desgraciadamente, y como ya sucedió con la “lectura” de los asesinatos indiscriminados ocurridos en París el pasado mes de noviembre, en Londres en julio de 2005 o en Madrid en la infausta fecha del 11 de marzo de 2004, se pretende de nuevo circunscribir las desgracias a los límites físicos de una ciudad o de un país miembro de la UE.
En un primer momento, medios belgas afirmaron que el detenido era el supuesto terrorista, Najim Laachraoui. Sin embargo, fuentes oficiales lo han descartado.
El corazón de Europa, Bruselas, ha sido objetivo de los asesinos del presunto Estado Islámico. Unas 30 personas muertas y más de doscientas heridas ha sido el resultado de sendos atentados del terrorismo. Es la demostración de la vulnerabilidad de cualquier ciudad europea, incluida Bruselas, el centro neurálgico de la política europea.
Las autoridades han difundido las imágenes de tres posibles terroristas implicados
Cando unha traxedia sacode dunha maneira tan irracional unha sociedade tan próxima, como o pode ser para nós a dos nosos veciños franceses, todo o que nos pode separar xeográfica ou ideológicamente parécenos insignificante, porque non estamos a falar de nacións ou estados distintos, senón de civilización e humanidade.