La policía local acusa al detenido, al que arrestaron de forma muy violenta, de atentado contra la autoridad, de negarse a realizar la prueba de alcoholemia y asegura que insultó a los agentes cuando lo iban a multar por aparcar sobre una acera para recoger a su madre discapacitada. Varios vecinos reclamaron a los funcionarios que no usaran tanta fuerza y acabaron recibiendo también porrazos por parte de los funcionarios públicos.
Los sindicatos acusan al Ministerio del Interior, a través de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, de intentar "impedir por todos los medios" las concentraciones "con el uso desproporcionado de la fuerza y aplicando una brutalidad incomprensible e intolerable"
Los manifestantes están actuando de manera incontrolada insultando no solo a los policías y guardias civiles sino también increpándoles con frases que invitan al enfrentamiento y no al dialogo, la convivencia y la tolerancia.