Sociedad Gitana y familia reafirman que Yoni Barrul fue asesinado y contradicen la versión oficial de la Policía
"Anda, mira quién es...el del otro día". Esa es la frase que dijeron los agentes, según el relato de la familia de Barrul, antes de comenzar la agresión que derivó, sospecha la familia, en la muerte de este vecino de A Coruña de 35 años. Galiciapress ha tenido acceso a la denuncia presentada en los juzgados, donde se recopila lo sucedido en el domicilio de Barrul en la madrugada del 16 de diciembre. La Policía Nacional y los sindicatos policiales mantienen la tesis de que la muerte de Jonathan Barrul fue por causas naturales.
En la tarde del miércoles el cementerio de Feáns reunió a decenas de personas que brindaron su último adiós a Yoni Barrul, un vecino de A Coruña de etnia gitana que falleció en la madrugada del 16 de diciembre en extrañas circunstancias que todavía se están investigando y que, según señala la familia, se debió a causa de la agresión de la Policía durante una intervención en el domicilio de Barrul. La tesis de la Policía Nacional es contraria a la denuncia de la familia, de la que se ha hecho eco en los últimos días la organización Sociedad Gitana Española, sino que sugieren que la muerte de Barrul responde únicamente a causas naturales.
¿AGRESIÓN POLICIAL O INFARTO?
El comunicado de Sociedad Gitana Española insiste en que el fallecimiento de Jonathan Barrul, de 35 años y conocido como Yoni Barrul, fue un "asesinato policial", como denunciaron en la madrugada del miércoles, extremo que desmintieron fuentes de la investigación, donde relatan que acudieron a una vivienda de la calle de la Merced alertados por los vecinos antes el "estado alterado" de Barrul, que estaba "gritando y dando golpes".
Según lo narrado por los agentes, Barrul amenazó a la policía con un arma blanca y fue reducido por las autoridades, que sospechan que el fallecido se encontraba "bajo los efectos de algún tipo de sustancia". Fue entonces, tras ser reducido mediante el uso de la fuerza, cuando Barrul comenzó a experimentar una indisposición y falleció en el lugar a consecuencia de un infarto, según la Policía Nacional, que mantiene abierta una investigación tras lo ocurrido.
La tesis de Sociedad Gitana Española es radicalmente diferente y sigue sosteniendo que lo ocurrido fue un asesinato policial con tintes racistas por la "desmedida agresión" de los agentes. Sindicatos como el Sindicato Unificado de Policía (SUP) o Jupol, que defendieron la actuación policial, pidieron una rectificación al colectivo sobre las denuncias de "abuso policial" y amenazaron con emprender acciones legales.
EL RELATO DE LA MUJER DE BARRUL
La plataforma rectifica sus declaraciones a medias, pues desdice algunos puntos de sus anteriores comunicados "donde se acusaba a la Policia de matar a este gitano" y piden disculpas a "la Policía, Director General de este Cuerpo a nivel Estatal, Jefe de este Cuerpo en Galicia y a todas las personas que se hayan podido sentir ofendidas" por el comunicado firmado por Miguel Valverde, secretario de Sociedad Gitana Española.
"En realidad lo que se tenia que haber dicho en el comunicado anterior, que no se dijo pero lo decimos ahora, es que lo expresado en el anterior comunicado simplemente se hace eco de la noticia y se alza la voz según las informaciones aportadas por la familia y con la posterior denuncia interpuesta donde se describen más pormenorizadamente los hechos que condujeron al fallecimiento de Jonathan corroborando que dicho fallecimiento se produce por una agresión de miembros de la Policía", reiteran desde la entidad.
Galiciapress ha tenido acceso al documento, dirigido, según reza el texto, "al Juzgado de Guardia de A Coruña y ante la Fiscalía Especial contra el Antigitanismo, Discriminación y Delitos de Odio". La denunciantes es I. G. R., mujer de Barrul, y acusa a los agentes de "brutalidad policial con resultado de muerte", "delito de odio", "antigitanismo", "racismo" y "discriminación".
En la denuncia especifica que la intervención tuvo lugar de madrugada, en torno a las 2:30 horas del 16 de diciembre. Los agentes llegaron al domicilio del matrimonio por la denuncia de los vecinos. "Los agentes llaman a la puerta de la vivienda y al abrir ven a mi marido, que estaba dentro de la casa con un cuchillo pequeño y un trozo de pan, pues se estaba haciendo un bocadillo para comer, cuando estos Policías lo ven y dicen 'Anda, mira quién es...el del otro día', y automáticamente entran a la vivienda agarrándolo de la chaqueta, sacándolo hacia el rellano tirándolo violentamente al suelo, dándose mi marido un fuerte golpe en la cabeza comenzando a golpearle brutalmente con sus porras propinándole fuertes golpes y patadas de forma continuada", detalla la denuncia.
"Aún así, con mi esposo en el suelo sangrando continúan con la brutal agresión, incluso se le arrodillan encima de la espalda", prosigue, al tiempo que tanto la denunciante como otra mujer "rogaban a los agentes" que dejasen de agredirlo. "¿No ven que no respira", declaran en la denuncia, alegando que "los agentes hicieron caso omiso y continuaron con su brutal agresión" y que "señalaban con las porras" a las dos mujeres, que acusan a los agentes, que cifran en "ocho o nueve alrededor de Jonathan" de amenazarlas: "Nos decían que nos callásemos o que nos pegarían a nosotras también e incluso nos empujaron violentamente haciendo que cayésemos al suelo en una clara demostración de odio, trato discriminatorio y racista".
"Cuando lo incorporaron ya esposado del suelo Jonathan estaba con la cabeza para abajo y ya estaba muerto, cuando le apuntan y le descargan corriendo en el pecho una pistola eléctrica taser. Jonathan fallece como consecuencia de la brutal agresión recibida lo que convierte estos hechos en un más que un presunto asesinato. Hay que resaltar que Jonathan tenía un cuchillo en la mano porque se estaba preparando un bocadillo, no para atacar a nadie, como dicen los policías. Además, los agentes lo agarran dentro de su casa y lo sacan al rellano donde comienzan con la brutal agresión", explicitan en la denuncia.
"NO TODA LA POLICÍA", PERO "LE TENÍAN GANAS"
La denuncia se encuentra ya en los juzgados y la familia del fallecido pide que "para que hechos como este no queden impunes y no le vuelva a pasar a ninguna otra persona, sea de etnia gitana o no, algo similar". Desde Sociedad Gitana Española, insisten, subrayan que "no podemos acusar a todo el Cuerpo de Policia de estos hechos, sino que las acusaciones expresadas se refieren a algunos miembros con nombres y apellidos, los cuales, con su actuación desmedida, pudieron cometer varios supuestos delitos, ya que cayeron, al parecer, nueve policías para detener a una sola persona y, además, entrando a su casa, según se relata en la denuncia".
En ese sentido, consideran que a Yoni Barrul, "un viejo conocido de la Policía", era una persona a la que los agentes "le tenían ganas por ser gitano y por ser una persona que no se asustaba de los abusos policiales y actitudes chulescas de algunos de los miembros de este cuerpo, como ya había pasado en otras ocasiones".
"Sociedad Gitana y toda la Comunidad Gitana de España (más de 2 millones de personas) no le tiene miedo a las amenazas policiales ni de sus sindicatos, ya que no estamos en la época de la dictadura de Franco donde los gitanos no podíamos alzar la voz ni defendernos", reprenden desde la organización, donde recuerdan otros hechos similares -con "el mismo modus operandi" de los sindicatos policiales, según la entidad- y enfatizan que sus denuncias vienen siempre apoyadas "por la información que nos facilita la familia de la víctima, corroborada después por la interposición de la denuncia oficial".
"Aclaramos con total rotundidad que no tenemos nada negativo contra la Policía, sino todo lo contrario ya que la inmensa mayoría de sus agentes desarrollan sus empeños con total corrección, cumpliendo con sus obligaciones, pero, como en todos los lugares, no todos actúan igual siempre ya que como en todos los colectivos existen desgraciadamente 'manzanas podridas', según cree también la familia", apostillan.
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