Las protestas aumentan después de que el Concello de Vigo no haya dado marcha atrás para relajar los servicios mínimos impuestos para los buses urbanos de la ciudad.
La rebaja se consigue gracias a la subvención del estado lanzada al hilo de la crisis de la guerra de Ucrania que se está reproduciendo con una ofensiva en el sur.
Esta cifra contrasta con la media del conjunto de las autonomías, que muestra un aumento del 2,1% en el número de viajeros transportados.