Los gobiernos de la Unión Europea han vuelto a frenar este viernes la oficialidad del gallego —junto al catalán y el euskera— como lenguas oficiales de la UE, en una decisión marcada por las persistentes dudas legales y financieras que han expresado numerosos Estados miembros acerca del impacto que tendría una reforma de estas características en el conjunto de la Unión. El asunto, que no llegó siquiera a ser votado en el Consejo de Asuntos Generales en Bruselas, vuelve así a quedar encallado, a pesar de los reiterados esfuerzos y argumentos del Gobierno español para disipar las reticencias de sus socios comunitarios.
El desarrollo de la oficialidad se plantearía como objetivo a alcanzar en la legislatura siguiente a la aprobación del Estatuto con una puesta en marcha "práctica, flexible y tranquila" para que cuente con aceptación social y se puedan ir evaluando los resultados
IU subraya que la oficialidad del asturiano es "la única oportunidad" para recuperarlo.