El declive de la caza, el abandono del monte, la escasez de lobos y el cambio climáticos se alinean resultando en crecimientos poblaciones que han convertido al jabalí en una plaga para los agricultores, por los daños, para los conductores, por los atropellos, y para la ganadería, como demuestra el brote de gripe porcina.
Los accidentes de tráfico por el efecto de la sobrepoblación de estos animales se han multiplicado en la última década casi un 150%.