La exposición 'Galicia, a terra dos mil panos' presenta mantones y pañuelos utilizados durante los siglos XIX y XX
El Sexto Edificio del Museo de Pontevedra acoge hasta el 1 de septiembre la exposición 'Galicia, a terra dos mil panos', que muestra una selección de las más de cien piezas que conforman la colección de la Asociación Etnográfica Sete Espadelas, ganaoora de los XXIX Premios de Investigación do Traxe Galego Antonio Fraguas 2018.
Los tejidos expuestos abarcan los distintos tipos de paños --para la cabeza y el cuello, de mano o mantones de talle, tanto para uso femenino como masculino-- utilizados en el traje tradicional durante los siglos XIX y XX.
Las salas habilitadas para esta muestra presentan materiales procedentes de distintos lugares del mundo a través de las rutas marítimas de exporatación e importación, como los "mantones de Manila" hechos en China, Siria, Gran Bretaña o Países Bajos; y elaborados con diversas materias primas, como lana, lino o seda.
Junto con los paños, también se exponen fotografías de época, piezas de orfebrería tradicional e incluso los embalajes de madera lacada y con incrustaciones de marfil en las que se transportaron.
Entre los mantones, sobresalen dos piezas bordadas creadas en 1820 que, pese a tener casi 200 años, están "perfectamente conservados", ha explicado uno de los comisarios de la exposición, José Luis Rodríguez, quien ha destacado la maestría en la que algunos de los materiales expuestos han sido zurzidos a lo largo del tiempo sin que sean perceptibles las reparaciones.
"La joya de la exposición", ha explicado Rodríguez, es un mantón cantonés de 1870 que está "en perfecto estado" y del que destaca la "delicadeza de las puntadas y la combinación magistral de los colores".
Se trata de una "pieza de coleccionista", de gran valor económico, en la que se representan figuras femeninas cuyos rostros están bordados "con detalle" en el revés del mantón, "pero por delante las caras son de marfil policromado", ha añadido.
Uno de los espacios de la exposición está dedicado a los trabajos elaborados en los talleres de la localidad coruñesa de Muros, donde se utilizaba un tipo de paño de merino bordado. Así, la tipología de traje tradicional muradano se caracterizaba por atar sobre el pecho el pañuelo de seda o lana dejando caer las puntas "como corbatas".
También hay un apartado para los pañuelos utilizados por los hombres, tanto en la cabeza, debajo de la montera, como los que se colgaban de la faja o del bolsillo y eran obsequio de la joven con la que se comprometía en matrimonio, por lo que se denominaron "de enamorar".
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