El desacuerdo y la falta de coordinación entre la Guardia Civil y la Policía Nacional ha forzado la suspensión de un juicio que se iba a celebrar este miércoles en la sección sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña, en Santiago de Compostela.

Según ha traslado el magistrado,
Jorge Cid, el acusado de haber intentado matar a su excuñado --un hecho por el que la Fiscalía pide 9 años de prisión --
ingresó el lunes en el hospital psiquiátrico de Pontevedra y las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado eran las encargadas de trasladarlo hasta Santiago este miércoles.
El Tribunal tuvo conocimiento de la situación del presunto autor de los hechos a última hora de la mañana de ayer y el Instituto de Medicina Legal de Galicia (Imelga) aseguró que el encausado estaba en condiciones de declarar.
Por este motivo, la sección sexta ordenó a la Policía Nacional que trasladase al acusado para la citación de esta mañana a las 09,30 horas. Sin embargo, este cuerpo afirmó que no era de su competencia realizar este desplazamiento, sino de la Guardia Civil.
La Guardia Civil, por su parte, asumió el cometido pero "
después de una hora y media sin dar señales de vida" rectificó y devolvió la competencia a la Policía Nacional de nuevo.
"
Parece que en vez de en Pontevedra, está en Namibia", manifestó el Cid al respecto. Por todo esto, las partes encausadas y los testigos vuelven a ser citados para este jueves, cuando se espera que el presunto culpable de intento de homicidio esté en Santiago.
INTENTO DE HOMICIDIO
Los hechos por los que se celebra este juicio se remontan al 11 de agosto de 2012, cuando el acusado, A.S.A., se encontró con su excuñado en la zona de Triñáns, en el municipio coruñés de
Boiro. Según relata el Ministerio Fiscal, A.S.A conducía un todoterreno, pasó al lado de la víctima y "lo miró fijamente".
A los 10 minutos volvió a la zona, su excuñado se encontraba andando por la misma carretera y allí "lo atropelló intencionadamente" girando "bruscamente el volante" para finalmente embestirlo a una velocidad de entre 40 y 50 kilómetros por hora.
El impacto lo alcanzó de lleno en el costado izquierdo y provocó que el hombre quedase tendido en el suelo ensangrentado. El presunto autor de los hechos en lugar de auxiliarlo, se detuvo a 10 metros, comprobó que "había conseguido su propósito" y se fue.
El hombre que resultó gravemente herido sufrió varias policontusiones, fractura del fémur y otros huesos, así como lesiones de diversa naturaleza que le acarrearon un proceso de recuperación de más de un año, durante el que no pudo ocupar su puesto de trabajo como jefe de batea.
Por todo esto, la Fiscalía y la acusación particular han solicitado nueve años de prisión para el acusado por tentativa de homicidio, así como una indemnización que en el caso de la fiscal asciende a 88.820 euros y la de la acusación particular cerca de 120.000 euros por las secuelas que le quedaron a la víctima.
La persona supuestamente culpable del atropello también contaba con una orden de alejamiento hacia su expareja antes de que se produjesen estos hechos por los que mañana será juzgado.