Indignación en la hostelería ourensana: "Podemos trabajar 8 horas juntos en una oficina pero el café lo tomamos por separado"

La puesta en vigor el pasado sábado de las restricciones acordadas por la Xunta sobre la ciudad de Ourense ha provocado un verdadero terremoto entre los hosteleros ourensanos.

El sector, uno de los más maltratados por la crisis del coronavirus, ve ahora como la prohibición de reuniones tanto en el ámbito público como privado de personas no convivientes supone una estocada definitiva para muchos negocios.

La hostelería ourensana critica la decisión de la Xunta

Así lo advierte Javier Outumuro, presidente de la Unión de Hosteleros de Ourense y propietario del restaurante A Taberna, que relata como los empresarios asisten a esta puesta en marcha de las medidas con “rabia, impotencia e indignación”. En declaraciones para RTVE, Outumuro señala que estas medidas supondrán el cierre de muchos locales, ya que con la llegada del invierno y la pérdida de clientes muchos se verán abocados a echar la persiana.

Desde el sector defienden que los locales siguen siendo espacios seguros y que como la mayoría de contagios se estaban produciendo en el ámbito privado considera que estas medidas impulsadas desde el Gobierno de Galicia no tienen razón de ser y que solo sirven para someter todavía más a un sector ya de por sí vilipendiado por la crisis.

“¿Qué tiene que ver un restaurante? Nosotros trabajamos cinco personas en el restaurante y tenemos que comer cada uno en su mesa por no ser convivientes. Los que están trabajando en una oficina ocho horas al día pueden estar juntos en su espacio de trabajo pero no comer juntos y tienen que tomar el café por separado”, critica Outumuro, a la vez que pone el foco sobre las lagunas existentes en estas restricciones y la permisividad que había hasta la fecha en torno a las fiestas clandestinas.

Desde el sector ya trabajan en la convocatoria de protestas contra estas medidas. Del mismo modo, reclaman a las administraciones públicas soluciones y ayudas para mantener a flote muchos negocios que confían en que la situación epidémica mejore pronto y que al menos la campaña navideña pueda ser un salvavidas para sus arcas, aunque lo cierto es que en este escenario se antoja complicado pensar que se puedan celebrar cenas de empresa o reuniones navideñas de la forma en la que estábamos acostumbrados.