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Un polizón y un lanchero confiesan que intentaron introducir cocaína en la Ría de Pontevedra

Dos de los tres acusados --un polizón y un lanchero-- de introducir una partida de cocaína en la Ría de Pontevedra en un buque mercante que se dirigía al Puerto de Marín han reconocido este martes su autoría en la primera sesión del juicio celebrada en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra. Han admitido los hechos, pero rechazado la petición de condena de la Fiscalía.

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Dos de los tres acusados --un polizón y un lanchero-- de introducir una partida de cocaína en la Ría de Pontevedra en un buque mercante que se dirigía al Puerto de Marín han reconocido este martes su autoría en la primera sesión del juicio celebrada en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra. Han admitido los hechos, pero rechazado la petición de condena de la Fiscalía.

Así, ha confesado su participación en estos hechos el ciudadano colombiano H.C.P. que viajaba a bordo del barco 'Cap Beatrice' como polizón, oculto en una grúa, y llevando consigo 52 'ladrillos' de cocaína y también ha admitido su autoría R.P.R., un vecino de Sanxenxo (Pontevedra) que, como él mismo ha explicado, era el encargado de ir con su lancha hasta una localización en la ría facilitada por unas coordenadas donde recogería un "bulto".

El tercer acusado, que ha negado su participación, es L.C.C. un vecino del municipio pontevedrés de Valga, que según la Fiscalía había estado en contacto con el polizón colombiano para concertar la introducción de la partida de cocaína en Galicia.

El fiscal delegado de la Fiscalía Antidroga de Pontevedra, Pablo Varela, considera a los tres procesados autores de un delito contra la salud pública por tráfico de drogas y solicita que H.C.P. sea condenado a una pena de 10 años de prisión, y al pago de dos multas que suman casi cuatro millones de euros. Y para R.P.R. y L.C.C., pide las penas de 13 años y medio de cárcel y multas que suman 10 millones de euros para cada uno de ellos.

Según han explicado el procesado colombiano, que no identificó a los otros dos compañeros de banquillo, una persona contactó con él en su país y sabiendo de su intención de viajar a España le propuso que "si quieres ganarte un dinero extra yo puedo contactarte con una gente". Estas personas le entregaron un teléfono móvil y un navegador GPS "y me dijeron que cuanto estuviese cerca de la orilla ellos me recogerían".

DESTINO, MARÍN
Este hombre se coló como polizón en un mercante que zarpó de Colombia el 23 de abril de 2017 con destino a la terminal de Marín, pero fue descubierto a los tres días siendo detenido por el capitán del barco, que lo comunicó con las autoridades españolas.

Agentes policiales y de Aduanas salieron al encuentro del mercante, al que llegaron el 4 de mayo haciéndose cargo del polizón, al que le intervinieron la droga, diversos documentos con anotaciones, tarjetas bancarias, tarjetas de teléfono, una emisora portátil, un móvil y un GPS con unas coordenadas que se correspondían con un punto en el mar, frente a la entrada de la ría de Pontevedra.

Con autorización judicial los agentes de la Guardia Civil se hicieron pasar por el acusado respondiendo a las llamadas a su teléfono y continuaron con el plan simulando la entrega de la droga.

Según explicó durante la vista oral el director de este operativo por parte de la Guardia Civil, al entrar el mercante en la Ría de Pontevedra, según el plan acordado, los agentes lanzaron al agua unos bultos para hacerlos pasar por la droga, y cuando el lanchero de Sanxenxo le envió un mensaje a su socio colombiano para que se tirase al agua, se procedió al abordaje de la pequeña embarcación.

Este joven de Sanxenxo, que trabajaba esporádicamente como percebeiro, relató a preguntas de la Fiscalía que "un señor alto" le había propuesto un trabajo a cambio de pagarle las deudas. Tenía un préstamo de 37.850 euros avalado por su madre y debía dinero por su adicción a la cocaína.

Las instrucciones que le había dado, y que llevaba anotadas en un papel, era que "tenía que estar en esas coordenadas y si aparecía algo tenía que recogerlo", ha señalado. "Yo no sabía lo que tenía que recoger", ha abundado, y por eso estuvo "dando vueltas como un gallo sin cabeza por la ría", ha apostillado.

Una vez detenido, se le intervinieron varias tarjetas, documentación del barco, dos teléfonos, una radio y un GPS. En su domicilio de Sanxenxo la Policía encontró diversas cantidades de cocaína, MDMA, cannabis y otras drogas, varios teléfonos, tarjetas, anotaciones y dos pistolas.

TRANSPORTISTA
Este joven tampoco reconoció al tercer procesado L.C.C., un transportista de Valga que usaba el alias de 'Cristóbal' y que tan sólo quiso responder a las preguntas de su abogado.

'Cristóbal' negó ante el tribunal su participación en estos hechos, pero la intervención de sus teléfonos hecha por los investigadores permitió comprobar, según la Guardia Civil, que había participado en una operación de narcotráfico en mayo de 2017 y que estaba preparando otra en ese momento. Estas escuchas así como el registro de sus mensajes recogieron conversaciones de este hombre con el polizón colombiano.

Además, en el registro de su domicilio se encontraron anotaciones sobre matrículas de coches, números de teléfono, un código de encriptado alfanumérico, instrucciones sobre cómo saber si un terminal está intervenido, y documentos relativos a vuelos con destino a Colombia (a donde había viajado al menos cinco veces en los últimos 6 años).

IMPUGNACIÓN
Los magistrados de la Sección Segunda rechazaron las impugnaciones hechas al inicio del juicio por el abogado que ejerce la defensa de 'Cristóbal'. Este letrado llegó a pedir la suspensión de la vista por una matización en su escrito de acusación hecha por el fiscal.

Además planteó como cuestiones previas la nulidad de las pruebas documentales que presenta el Ministerio Público e impugna el registro en casa de su cliente, de sus equipos informáticos o de las escuchas telefónicas. "Una impugnación llena de generalidades sin concretar" y presentadas "de un modo absolutamente arbitrario", ha valorado Pablo Varela.

Después de un breve receso para estudiar los planteamientos de este abogado de la defensa el tribunal acordó que la suspensión del juicio no estaba justificada y, en sintonía con la tesis de la Fiscalía, considera que esta impugnación "genérica e imprecisa, no causó indefensión".

El juicio continuará este miércoles en una última sesión en la que se espera que este caso quede visto para sentencia.

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