Rivera y Villegas cortejan al PP para volver a la primera línea de la política

Albert Rivera, el ex presidente de Ciudadanos, ha vuelto al foco mediático para criticar la estrategia de su antiguo partido. "Uno puede ser laxo y tener cintura, pero tiene que tener dignidad", explicó el día que el Gobierno había superado el primer gran obstáculo de los Presupuestos, el de las enmiendas a la totalidad, en parte gracias a Ciudadanos. "Sinceramente, veo todo lo que pasa y digo ¡ay, por Dios! Menos mal que dimití, porque si tengo que aguantar todo esto tengo que ir escoltado, pero frente a mis votantes". Unas horas después intentó negar que se estuviese refiriendo con estas palabras a la estrategia de la actual cúpula de Ciudadanos, aunque en su entorno creen que pudo dar marcha atrás por un "toque" de Arrimadas, explican en El Independiente. 

El movimiento de Rivera responde al acercamiento de la antigua cúpula de Ciudadanos a Génova. El partido de Casado quiere sumar a su electorado a los votantes que en el 10-N se decantaron por Rivera y además a aquellos del PSOE desencantados con que el partido se haya sometido a la agenda de Unidas Podemos y los independentistas. Y Rivera les está ayudando. 

"Vamos hacia un proyecto de convergencia del espacio de centro", explican fuentes del PP a El Independiente.  Los acercamientos a Rivera y Villegas por parte de los populares "han formado parte" de esa estrategia. Ambas figuras, aseguran, lo que hacen es "sumar" a ese nuevo proyecto de Casado. Y si Rivera decide retomar su carrera política en el PP, "puerta grande para ello", concluyen.

"Al PP le interesa más tener acercamientos con Rivera para debilitar a Ciudadanos que a la inversa", comenta un ex miembro de Ciudadanos.  Casado "lograría comprar a un precio mucho más barato los votos de Ciudadanos". Sin embargo advierten que "Rivera es una persona muy competitiva, y no le valdría estar a la sombra de nadie, ni siquiera de número dos de Pablo Casado".