¿Cómo debe ser la alimentación de las personas mayores que viven en residencias?

Envejecer no es un hecho aislado, se trata de un proceso donde se producen diversos cambios fisiológicos que se van a ir produciendo poco a poco en el organismo, es por ello que conviene identificar cuáles son las mejores dietas para ancianos geriátricos. Conforme una persona se hace mayor, las funciones orgánicas van variando y se producen modificaciones que afectarán a todas las esferas de la persona, incluyendo su alimentación.

En mis años de mi experiencia como nutricionista geriátrica he observado que las personas mayores que se encuentran en residencias suelen tener diversas enfermedades que, con frecuencia, afectan a la alimentación. Por ello, las dietas para ancianos geriátricos suelen ser individualizadas y personificadas según sus características.

Llevar una alimentación adecuada en edades avanzadas es esencial para el funcionamiento y mantenimiento del organismo, por lo que es de vital importancia conocer cuáles son las necesidades que el anciano requiere. Basándome en lo visto, lanzo los siguientes consejos:

CONSEJOS PRINCIPALES:

• Quizá el comodín de los consejos pero, sin duda, el más efectivo: Se debe procurar llevar una dieta equilibrada y variada, intentando no restringir ningún grupo de alimentos, pero muy importante, reduciendo todos aquellos que sean altos en azúcares o grasas saturadas.
• Las comidas se deben de realizar en pocas cantidades pero en varias tomas, de este modo facilitamos la digestión ya que será más sencilla si no se introduce mucha comida de golpe.
• Una de las luchas más habituales con nuestros mayores consiste en que aumenten el consumo de líquidos. Lo podemos conseguir mediante agua, zumos sin azúcar, polos sin azúcar o cualquier otro líquido que no sea alto en sacarosa. De esta forma, evitaremos la deshidratación dado que suele ser una alteración que se da con frecuencia entre la población anciana.
• Es importante aumentar el consumo de proteína. La masa muscular suele disminuir notablemente generando en muchas ocasiones sarcopenia, que es la disminución excesiva de masa muscular. Además de conservar la musculatura, también va a contribuir a la ayuda de las reparaciones celulares, es decir, si nos hacemos una herida esta cicatriza más rápido si le aportamos una cantidad elevada de proteína.

Una vez conocidas algunas de las recomendaciones que debe de seguir un anciano con su dieta, abordamos cuáles son las principales dietas que llevo a cabo en geriátricos. Entre las más comunes se encuentran:

DIETA TRITURADA  

De gran utilidad para aquellos ancianos que tengan poca movilidad o que tengan dificultades para tragar. Además de facilitar su deglución, también va a ayudar a su digestión al tener los alimentos partidos en cantidades muy pequeñas.

Un ejemplo muy sencillo de esta dieta podría ser puré de verduras o de patata.

 

DIETA BLANDA

Esta dieta suelo recomendarla para ancianos geriátricos que frecuentemente suelen tener problemas de acidez, reflujos, náuseas o incluso vómitos. Suele ser una dieta pasajera que solamente se usa cuando se presenta algún síntoma nombrado anteriormente, regresando a una dieta normal cuando los síntomas desaparecen.

Los alimentos que la componen pueden ser arroz blanco, pechuga a la plancha, verdura al vapor, tortilla francesa, gelatina... En general, suelen ser alimentos pocos condimentados y con poca fibra.

DIETA RICA EN FIBRA
Todo el mundo suele conocer esta dieta por el gran beneficio que aporta cuando existen problemas de estreñimiento. En los ancianos, estos problemas se suelen deber principalmente a la falta de movilidad, lo que hace que se retrase el tránsito y que, por tanto, aparezca estreñimiento.

Se habla mucho de la fibra, pero, ¿qué es realmente la fibra? Se trata de un compuesto de origen vegetal que nuestro cuerpo no puede degradar, esto hace que no se pueda digerir y que sea expulsado directamente acelerando de esta forma el tránsito.

Existen tres grupos fundamentales que nos van a aportar la fibra que necesitamos:

Fruta, verdura y cereales integrales.

Eso sí, hay que tener cuidado con no abusar de ella si no queremos que se acumulen gases y que nos provoquen molestias.

DIETA LÍQUIDA
Si algún anciano debe de someterse a alguna prueba del aparato digestivo o si se le ha realizado alguna, esta dieta será la más adecuada para ese momento. También será de elección si se está pasando por algún tipo de enfermedad que afecte al sistema gastrointestinal.

Llevando una dieta líquida conseguimos que nuestro sistema digestivo trabaje lo menos posible y que se vaya adaptando de nuevo a los alimentos si hemos estado un tiempo con restricción de dieta oral.

Todos los alimentos que componen esta dieta deberán de ser líquidos o semilíquidos como un caldo, gelatina, té o zumos de fruta sin azúcares añadidos.

En conclusión,  existen muchas dietas dependiendo de la situación de cada anciano. En este artículo solo te mostramos las más importantes, aunque realmente existen muchas más adaptadas a cada persona. En cualquier caso, la mejor opción siempre será contactar con un especialista en nutrición para que nos asesore sobre la dieta de nuestros mayores y así poder mantener su salud en las mejores condiciones posibles.