Investigadores gallegos descubren el mecanismo de activación del tejido adiposo en los neonatos

Es la primera vez que se estudia el calor generado por la grasa parda en recién nacidos

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Es la primera vez que se estudia el calor generado por la grasa parda en recién nacidos

Investigadores del Instituto de Investigación Sanitaria de Santiago (IDIS) han demostrado, por primera vez en el mundo, el proceso de activación del tejido adiposo pardo (grasa parda) en los recién nacidos durante sus primeras horas de vida.

Así, identifican que la proteína BMP8 aumenta en relación directa con el aumento de la temperatura de la grasa parda en los bebés, por lo que podría implementarse como un marcador de activación neonatal de este tejido.

Adela Urisarri, Ismael González-García, Miguel López y María Luz Couce son los investigadores principales de este estudio. Subrayan que conocer los mecanismos por los que un bebé es capaz de generar calor al nacer tiene un gran interés científico.

La grasa parda tiene un papel fundamental para evitar la hipotermia neonatal, que puede causar patologías (como el distrés respiratorio, la falta de oxigenación) que pueden llegar a ser amenazantes para la vida de los recién nacidos.

El trabajo publicado en Nature Communications, revista de alto impacto, fue realizado por investigadores del Servizo de Neonatoloxía del Hospital Clínico Universitario de Santiago y del grupo de NeurObesidade del Centro Singular de Investigación en Medicina Molecular e Enfermidades Crónicas (Cimus), ambos adscritos al IDIS. Se trata de un estudio prospectivo de 5 años.

La estimulación de la grasa parda se considera que es una de las respuestas que el bebé tiene que poner en marcha para poder adaptarse a la nueva situación a la que se enfrenta tras el nacimiento. Después del parto, el bebé deja de estar en un ambiente térmico de 37º, que es la temperatura a la que está en el útero de la madre, y pasa a estar expuesto a una temperatura de 26º. En este momento, los recién nacidos tienen que ser capaces de activar mecanismos adaptativos para mantener su temperatura corporal en un rango muy estrecho de normalidad y así asegurar, no solo la correcta adaptación a la vida fuera del vientre materno, sino también, el normal funcionamiento de su cuerpo.

El tejido adiposo pardo ya ha sido muy estudiado en otras etapas de la vida y se sabe que es capaz de generar calor a partir de combustibles presentes en la sangre, como la glucosa y triglicéridos, pero no había sido estudiado hasta ahora en el neonato. Este calor generado por la grasa parda se puede medir gracias a la termografía, tecnología no invasiva que se utilizó en este estudio.

Otro de los principales hallazgos de esta investigación fue el de identificar una proteína, llamada BMP8, que aumenta en relación directa con el aumento de la temperatura de la grasa parda y que podría constituir un marcador de activación neonatal de este tejido.

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