Hosteleros nocturnos hartos del "caprichito" y la "chapuza" del certificado covid a la espera de un protocolo para el sector

La sentencia del Tribunal Supremo sobre el certificado covid da la razón a la Xunta y siembra más incertidumbre en la hostelería gallega temerosa de imposiciones irrealizables para muchos negocios.

El ocio nocturno, uno de los sectores más castigados durante la pandemia, podría ser el primero sobre el que se aplique este certificado, ya que a diferencia de la hostelería todavía está pendiente de que la Xunta apruebe el nuevo protocolo con el que poder operar.

Lucia Vázquez, miembro de la Plataforma da Hostelería Galega y presidenta de la Asociación de Bares, Pubs y Discotecas de Santiago, ofrece para Galiciapress una panorámica de la situación de un sector que hoy por hoy cuenta con muy poca oferta para la alta demanda que supone el inicio del curso universitario. Las cuentas no salen para los empresarios y, según sus cálculos, solo en la capital gallega cerrarán cerca del 70% de locales del ocio nocturno. 

Los estudiantes se reunen a las puertas de los locales en Santiago de Compostela | Foto: EP

En San Caetano se suceden los aplausos  después de que el Tribunal Supremo diese la razón a la Xunta con el tan polémico certificado covid para la hostelería. Una victoria en los tribunales para Feijóo y su gobierno, un “éxito clínico y jurídico sin precedentes” para el presidente autonómico. Paralelamente, en las discotecas y pubs gallegos los empresarios echan cuentas y ven que con los números en rojo, la situación es insostenible, con independencia de lo que pueda significar el certificado.

Lucia Vázquez, presidenta de la Asociación de Bares, Pubs y Discotecas de Santiago e integrante de la Plataforma da Hostelería Galega, mira con recelo a los movimientos del Gobierno de Galicia, con el temor de que apliquen “una medida absolutamente ridícula y sin sentido vistos los índices de vacunación con los que tanto presume la Xunta”.

“Esto fue un caprichito del señor Feijóo y del señor Rueda que en su momento hicieron una chapuza, como llevan haciendo con tantas otras medidas durante la pandemia para la hosteleria. No pidieron la autorización pertinente para aplicar una medida limitadora de derechos fundamentales”, incide Vázquez, a la vez que recuerda el “ridículo” del Ejecutivo gallego ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia.

“Esto fue un caprichito del señor Feijóo y del señor Rueda que en su momento hicieron una chapuza, como llevan haciendo con tantas otras medidas durante la pandemia para la hosteleria"

“No siguen los protocolos. Actúan de forma completamente arbitraria e ilógica, y podemos comprobarlo si echamos un vistazo a todas las normas aplicadas, que son incoherentes unas entre otras”, señalan desde el sector. Un sector que, recuerdan, nunca se opuso a esta medida, si no a las formas de la Xunta y a la ausencia de garantías legales.   

“Querían hacerlo como en Francia, pero allí los establecimientos cuentan con una forma oficial para que el camarero, que no es un policía, pueda saber con un simple escaneo si el cliente puede pasar o no, algo que los chapuceros de la Xunta no nos ofrecía porque ellos mismos dudaban de la propia legalidad de la normativa”. Pese a las críticas del sector, desde la Xunta ya estudian las formas de aplicar la sentencia y el propio vicepresidente Rueda sugirió que podrían emplearlo en el ocio nocturno.

“SOMOS EL BLANCO FÁCIL”

La realidad es que, desde fuera, a muchos les cuesta comprender el motivo por el que las reglas que rigen a la hostelería no pueden aplicarse también para el ocio nocturno. Los hosteleros gallegos cuentan desde la semana pasada con un protocolo que les permite decidir a los empresarios en el nivel de restricciones en el que quieren operar en su establecimiento. “Venden las medidas como que hacen un favor al sector y en realidad nos están restringiendo, cuando la situación epidemiológica mejora día a día”, censura Vázquez.

En esa línea, considera que el sector sigue siendo el chivo expiatorio para la Xunta “que no actuó con rigurosidad en los aspectos en los que tenía que actuar para acabar con una crisis sanitaria”. “Esta no es una crisis solo de la hostelería, aunque quieran hacerlo parecer. Tenemos un protocolo mucho más estricto que el que la propia Xunta aplica sobre sus trabajadores, pero se decidió desde el principio que eramos el blanco fácil para excusar a las autoridades y aparentar que se hacía muchísimo para evitar los contagios”, critica la presidenta de la Asociación de Bares, Pubs y Discotecas de Santiago, al tiempo que recuerda que durante los momentos más críticos de la pandemia “el ocio nocturno siempre estuvo cerrado, de modo que de ahí no venían los contagios”.

DESESPERANZADOS CON EL PROTOCOLO

La Xunta espera tener perfilado el protocolo para el sector en los próximos días con el objetivo de que se aplique en octubre. Pese a todo, desde el sector dicen no tener “ninguna esperanza” en este sentido, porque todo lo que proponen son “disparates e incoherencias”. A renglón seguido, Vázquez recalca que las conversaciones no son con el grueso del sector, si no con “sus dos amigos, interlocutores que muchos empresarios consideramos que no nos representan”. Esta situación engarza con lo que denunciaba el también hostelero Sergio Fernández hace unos días para este diario, donde explicaba que las negociaciones de la Xunta con la hostelería tenían una representación “muy sesgada” del sector.

Desde el ocio nocturno reclaman que, si el plan de la Xunta es aplicar el certificado covid con todas las garantías jurídicas para los establecimientos, que este permita una apertura al 100% de la capacidad de los locales y con los horarios prepandemia. Sin embargo, la falta de dialogo aventura que esto no termine siendo así. “Registramos hasta diez solicitudes de reunirnos con la Xunta. No hubo forma de que se nos atendiese. Esa es la verdadera actitud de la Xunta”, lamenta Vázquez.

DOS DE CADA TRES LOCALES NO REABRIRÁN EN SANTIAGO DE COMPOSTELA

Las restricciones, además, están provocando un efecto contrario con la celebración de fiestas ilegales, reuniones multitudinarias en domicilios o botellones, que vienen acompañados de contagios . “En Santiago se nota mucho. Si metes de golpe a 20.000 estudiantes y no les ofreces locales para que salgan a relacionarse, lo que ocurre es esto: botellones, largas colas a la entrada de los pocos establecimientos abiertos, ruidos y fiestas...”, recapitula Vázquez.

Lo cierto es que en estos momentos, con el inicio del curso universitario, la capital gallega y muchas otras ciudades como Vigo o Lugo se están viendo desbordadas por las ganas de fiesta de los estudiantes. En este momento la demanda es muy superior a la oferta, y los universitarios buscan soluciones ante la ausencia de locales abiertos.

"Si metes de golpe a 20.000 estudiantes y no les ofreces locales para que salgan a relacionarse, lo que ocurre es esto: botellones, largas colas a la entrada de los pocos establecimientos abiertos, ruidos y fiestas...”

De hecho, la llegada de estudiantes podría aliviar las cuentas del ocio nocturno después de un muy mal verano. Con este panorama, en donde los negocios siguen cerrados pero tienen que pagar alquileres y facturas, los cálculos de la Asociación de Bares, Pubs y Discotecas de Santiago es que en torno a un 70% de los negocios no volverán a subir la persiana si se prolonga la situación. “Solo hay una discoteca abierta, Ruta, y acaba de reabrir ahora. Los demás no abren porque no es rentable y muchos se quedaron por el camino”.

“INDEMNIZACIONES” EN VEZ DE “AYUDAS”

Ante esto, ayer se celebró una manifestación en Madrid con representantes del sector que urgían al Gobierno de España soluciones para el ocio nocturno. Unas soluciones que tendrán que venir acompañadas de ayudas para minimizar el golpe al sector, pero Vázquez, más que ayudas, dice que ahora urgen “indemnizaciones” porque las ayudas “llegan tarde”.

“Estamos discriminados con otros sectores como la aviación, donde los propios trabajadores admiten que es un pitorreo. ¿Qué filtros HEPA si el aire en los aparatos está viciado? La expectativa de que se actúe con racionalidad es muy escasa, aunque los hospitales se están vaciando y todos asumimos que el coronavirus se va a quedar con nosotros, como tantas otras enfermedades...”, concluye Vázquez.