Ensanchar la base social

Tiene toda la razón la señora Pontón (BNG) cuando afirma que "o ensanchamos la base social o cualquier avance va a tener los pies de barro". Más aún, o no será posible el avance. Si el argumento es irrefutable, el objetivo no es muy fácil sino extremadamente difícil de conseguir. Porque si utilizamos como referencia lo ocurrido en las elecciones autonómicas más recientes, para aspirar con fundamento a presidir la Xunta de Galicia el BNG deberá  incrementar notablemente el último resultado electoral, en torno a los 100.000 votos. Un gran incremento de apoyo (30%) que solo será posible si se extiende por toda Galicia, tanto en las zonas urbanas cómo en las rurales.

Para alcanzar ese objetivo precisará incrementar considerablemente la representación  municipal. Si en las próximas elecciones municipales, mayo 2023, el BNG no consigue multiplicar su actual representación local, el objetivo de la Presidencia de la Xunta de Galicia quedará fuera de su alcance. Recordemos que en las últimas celebradas (2019) obtuvo un número de votos (12,5%) que solo sirvió para conseguir un número de concejalías muy modesto (12,3%), una sola alcaldía (Pontevedra) en las grandes capitales y ninguna presidencia de Diputación. El BNG tiene, por tanto, una tarea nada menor por delante: duplicar cuando menos el número de concejalías. Un resultado de tal envergadura solo será posible si renueva profundamente sus candidaturas municipales, elabora un programa ilusionante y consigue convencer a los votantes de las autonómicas de que para que el cambio sea posible deben repetir su voto en las municipales.

Ampliar la base social implica incrementar el apoyo entre las clases de rentas medias y bajas y, dentro de estas, ser la fuerza mayoritaria entre las clases trabajadoras. Un objetivo que exigirá dirigirse al conjunto del movimiento obrero que en la actualidad está mayoritariamente articulado en torno a tres centrales sindicales. Recogiendo datos oficiales vemos el siguiente reparto de delegados: CIG (36,5%), UGT (32%) y CCOO (32%). Una representación muy plural pero bastante pareja lo que nos lleva a una evidencia: sí el BNG quiere aspirar la Presidencia de la Xunta de Galicia debe pescar en los caladeros de UGT y CCOO (64% de los delegados). Trasladado al campo político, este objetivo debería llevarle a reflexionar sobre su estrategia sindical, pues difícilmente conseguirá el apoyo de los trabajadores y trabajadoras afines a UGT y CCOO si estos no encuentran en las políticas laborales y sociales de aquel unas importantes coincidencias.

Para finalizar este recorrido por los apoyos que el BNG debe procurar subrayar la necesidad de contar con una fuerte audiencia entre los movimientos sociales más relevantes como el ecologismo y el feminismo. Respetar la autonomía de estos movimientos será fundamental para una fraternal relación.

Son muchos y muy grandes los retos a superar por el BNG y su portavoz Ana Pontón en su legítimo objetivo de ampliarla base social de apoyo para así poder aspirar a alcanzar la presidencia de la Xunta de Galicia. No se trata de una meta inalcanzable pero sí que exigirá de importantes revisiones en la estrategia y la táctica a corto y medio plazo. Revisiones que, en la opinión de quien esto escribe, no implican necesariamente renuncias en los objetivos a largo plazo, sino modular los discursos y los programas en función de los colectivos cuyo apoyo se procura para así ensanchar la base social.