El Celta B elimina al Dépor de la ecuación por el ascenso directo con una "reconquista" histórica en Balaídos

Un golazo en los minutos finales de Javi Gómez, sumado al triunfo del Racing de Santander en casa, deja al Deportivo de La Coruña muy lejos de su objetivo.

Foto: RC Deportivo

Era un día para puerta grande o enfermería para el Deportivo de La Coruña, y se fue de Balaídos con una cornada con dos trayectorias, las de los goles de Frabricio en el primer tiempo y Javi Gómez en los minutos finales, con un zapatazo que se coló inapelable en el arco de Ian Mackay. Los muchachos de Onésimo, metidos de lleno en la lucha por el ascenso, se llevaron el triunfo ante el eterno rival -siendo el filial de los celestes- para celebrar la Reconquista que se festeja estos días en la ciudad olívica.

El Deportivo lo intentó y a ratos fue mejor. Quiles logró llevar el empate al marcador desde los once metros pasada la hora de juego, pero apenas un minuto después del saque de centro el propio Quiles, el que más peligro llevó al área local, enfiló el túnel de vestuarios por doble amarilla. Con uno menos, el Celta comenzó a creer en sus opciones y se llevó el gato al agua justo cuando el partido parecía abocado a la igualada.

La efusividad de los canteranos del Celta en la celebración del triunfo desató una tangana en todo el terreno de juego, en parte también por la frustración de un Dépor que ve como, con la derrota y el triunfo del Racing ante el Logroñés, pierde prácticamente el tren del ascenso directo a Segunda División. Al final, invasión de campo, rivalidad entre las dos aficiones, y lágrimas en las dos tribunas: unas de alegría; otras de tristeza.