​Feijóo habla por primera vez de no nombrar a dedo a su sucesor: “Creo que hay que ir a un congreso”

El todavía presidente de la Xunta parece plegarse a las indicaciones de Baltar o Calvo, los líderes del PP en Ourense y A Coruña, que abrieron ciertas grietas en el traspaso de poderes.

Mientras, Rueda, el principal candidato a recoger el testigo, aguarda paciente a la decisión final. En un principio, todo parecía indicar que iba a ser elegido “a dedo”. Ya no está tan claro.

Feijóo | Foto: EP

Los tiempos y las formas en la sucesión de Feijóo son cada vez más difusos. El nuevo presidente del Partido Popular a nivel nacional insistió desde el primer día que su salida de la Xunta sería tranquila, que dejaría el cargo en buenas manos y que todo esto sucedería a lo largo del mes de abril. Estamos a día 10, y no solo quedan muchas incógnitas sin responder en torno a este proceso, sino que las posiciones se van endureciendo día a día.

En una entrevista para La Voz de Galicia, el todavía presidente de Galicia reconoce que, a su idea, el congreso es la mejor de las opciones “Creo que hay que ir a un congreso para mi sucesión”, admite Feijóo. Esta es la postura defendida por Manuel Baltar y Diego Calvo, los cabezas de la formación popular en Ourense y A Coruña, respectivamente.

Se trata, en cualquier caso, a un giro de la que se presumía la idea inicial de Feijóo. El antes líder de los populares gallegos aspiraba a una transición sencilla, nombrando a Rueda su sucesor con el respaldo del conjunto del PPdeG. No obstante, parece que los personalismos comienzan a aflorar y a dinamitar los planes de Feijóo, tanto en lo referido a su recambio en San Caetano como al frente de la fuerza -quieren evitar a toda costa una bicefalia del partido-.

Hasta este momento, Feijóo defendía en que la elección directa era algo válido y democrático, sin tener que recurrir a la militancia. Sus últimas declaraciones ya no lo dejan tan claro y se pliegan a las reclamaciones que llegan desde Ourense y A Coruña, donde incluso piden un congreso “pronto”.

ALTERNATIVA AL CONGRESO

Las propuestas trasladadas por Feijóo no parecen haber hecho mella en los posicionamientos de los líderes provinciales, enrocados en abrir un proceso para que el partido no quede en manos de un “delfín” de Feijóo, sino la elección de las bases. Con todo, Feijóo busca una cortina de humo que tape estas discrepancias.

"Quiero trasladar que sigo muy satisfecho con mi equipo, que seguirá siendo mi equipo porque, aunque dirija el PP nacional, al final seguiré siendo militante del PPdeG. Y voy a seguir hablando con ellos porque me siento uno más del equipo de la Xunta, por lo menos hasta que finalice la legislatura", sentenciaba el viernes.

Baltar fue el primero en dar su apoyo público a Rueda, condicionándolo a la celebración de un congreso en 2024. Calvo, en cambio, apostó por un congreso lo más pronto posible. En cambio, más allá del congreso, la otra vía sigue siendo la que el Comité Ejecutivo, renovado el pasado verano, cierre una propuesta, que valide la Junta Directiva, máximo órgano del partido entre congresos. 

Así, solo quedaría someterlo a la votación del Parlamento Gallego, donde la mayoría absoluta del PP -42 diputados sobre los 38 necesarios- dejarían a Feijóo con un último acto de servicio: votar en la Cámara a su sucesor. Luego, renunciaría a su escaño para pasar, con casi total seguridad, a un puesto en el Senado nacional.

Y MIENTRAS RUEDA, ¿QUÉ?

¿Y Rueda? El líder del PP de Pontevedra guarda silencio, como no podía ser de otra forma. También Elena Candia, su homóloga en Lugo, declina posicionarse. Sin embargo, el relevo “ordenado y rápido” que prometían en Monte Pío no parece tal, y Rueda podría inquietarse por este constante ir y venir. El eterno vicepresidente, llamado a ser el relevo natural de Feijóo en un hipotético salto a Madrid -como así ha sido- ve ahora como sus opciones pasan por lograr el apoyo de sus semejantes.

La solución no parece sencilla. Para evitar el congreso, Rueda tendría que garantizar a las posiciones discrepantes un porcentaje de poder de decisión en su nuevo gobierno, al que seguro tendrá que dar algún remiendo -tal vez Conde acompañe a Feijóo con algún cargo en la nueva cúpula del PP-. Cedería, así, cierta autoridad.  

"Estamos hablando internamente y lo que puedo garantizar es que vamos a hacer las cosas bien, con tranquilidad y previsibilidad", incidía ayer el propio Rueda, un día en el que tanto el BNG como el PSdeG volvieron a presionar para que Feijóo desvele de una vez por todas sus cartas.

Rueda lanzó balones fuera y dijo que el nerviosismo estaba instalado en la oposición, pero no entre los populares: "Nerviosos se están poniendo los otros. Asistimos a discusiones entre el PSOE y el BNG, por la posición del BNG y no me extraña, por Ucrania, disensiones en el Bloque... Las discusiones las dejamos para otros partidos"

"Estamos en estas dos fases que llevamos hablando estos últimos meses, primero la fase de partido y ahora en la Xunta. Creo que la estabilidad y la previsibilidad, que decíamos, y la tranquilidad con la que se están haciendo las cosas para hacerlo bien se está cumpliendo", apostilló. Solo un día después, parece que sí hay refriega interna y que tal vez no se cumplan sus pronósticos.