¡FELIZ AÑO!

El año más electoral, que empezó con la mayoría parlamentaria del PP y gobiernos populares en las más importantes ciudades, salvo excepciones, llega a su último día con importantes alcaldías en manos de emergentes y la incertidumbre de que sucederá en los próximos meses luego de la constitución del Congreso más fragmentado desde la tan sobrevalorada Transición.

A la vista de la situación política y por el número de partidos, que pese a lo que muchos voceros políticos anuncian como el peor de los males, son similares en casi todas las legislaturas.

En esta ocasión el diferencial está en la debilidad de los dos primeros, pues nunca habían ganado con menos de 156 diputados ni el segundo partido había bajado de los 105, y en la fortaleza de los siguientes, ya que jamás el tercero había sumado más de 23 actas, e incluso ahora el cuarto tiene 40. Deja esto un panorama complejo que o lo despejan nuestros representantes con ingenio, generosidad y cesiones o lo tendrán que aclarar los ciudadanos en unas nuevas elecciones, y basta ya de decir que quienes se han equivocado han sido los votantes.

Algunos políticos padecen una obsesión enfermiza por ocupar espacios de opinión pública en vez de contribuir a la causa colectiva del interés estratégico de su alternativa política, está en juego quien ha de gobernar en los próximos años y parece que todo vale en las tácticas para coger fuerza, ante los ciudadanos que ya han hablado en las urnas.

Si las negociaciones fracasan y no se forma ningún gobierno dos meses después de la primera sesión de investidura del Congreso, España deberá celebrar unas nuevas elecciones.

Con nuevas elecciones o no a la vista cabe recordar aquí el proverbio de Aristóteles y <<el hombre es esclavo de sus palabras y dueño de su silencio>>, así que dejen de descalificar a sus oponentes, pues quizás les toque desdecirse y empiecen el año trabajando…

Feliz año a todos y un pedido "sentidiño de estado"