​La Encerrona de TV3

No me gustan las entrevistas a políticos, sean del partido que sean, que se convierten en un agobiante tercer grado, que obliga al entrevistado, más que responder a unas preguntas, a defenderse de las acusaciones que la otra parte vierte sobre su persona política, con el único ánimo de dejarle en evidencia amparándose en la sacrosanta libertad de expresión. De esas este periodista ha visto alguna en la TV3 pública que pagamos todos los catalanes. Y para que quede claro que esta opinión no es infundada, pongo en negro sobre blanco la "inolvidable" entrevista que la entonces directora del canal público catalán Mònica Terribas le hizo al entonces President de la Generalitat José Montilla que me imagino se guarda como un tesoro en la videoteca de la Calle Nicaragua y seguramente en los archivos de la tele, a la que solo le faltó que le preguntara que hacía un nativo de Iznájar sentado en el sillón presidencial de la plaza de Sant Jaume.

¿Y por qué me meto en camisas de once varas recordando esta mala praxis profesional?. Pues, muy sencillo, porque la que le prepararon el otro día en la misma TV3 al nuevo, o sea a Carles Puuigdemont es una encerrona como la copa de un pino de grande. Y bien que siento tener que escribirlo, porque para mi desgracia coincido esta vez en mi opinión con la "muy sectaria" Pilar Rahola, que se ha desmelenado por lo que mucha gente vio en directo, o como yo, en diferido, para analizar así el "hecho histórico" con más calma y regodearse con una puesta en escena única en los últimos años en el Canal privado del Govern, en el que siempre se nos acostumbró a que allí al President de la Generalitat, salvo a Maragall y a Montilla, no se le hacen preguntas impertinentes, sino solo aquellas que permitan el lucimiento de ese dirigente político, que para eso cuida la Casa de Sant Joan Despí con tanto esmero presupuestario.

Salirse de esa norma no escrita en el manual de Estilo corporativo, ha sonado como a la bomba informativa que nos soltó un viejo protegido del Ente llamado Jordi Pujol i Soley, cuando nos anunció aquello de la herencia del patriarca, tirando por tierra toda su carrera política y la del partido que había fundado, abriéndole de paso, de par en par, la puerta, a Jueces y Fiscales del "maldito" estado español con los que sus abogados intentan ahora, desesperadamente, llegar a un acuerdo para que no metan en la cárcel a varios de sus "muy inteligentes" hijos y arruinen el "extraordinario" patrimonio familiar. La Justicia, desde entonces, tiene la palabra, y ella será la que decida sobre tan complicado asunto, pero la noticia inicial se ha propagado desmesuradamente y ha degenerado en un escándalo monumental.

Lo de Puigdemont, de momento, no ha llegado a tanto, aunque, el otro día, las redes sociales echaban humo y los antiguos convergentes desconfían de que la mano de Esquerra esté detrás de la selección de los entrevistados para rematar sus malos datos electorales y hundir a su candidato ante la opinión pública. Según parece, los que participaron en el programa, tenían que ser todos de la ideología del entrevistado, y ahora se ha sabido que no, que venían de otros lares diferentes al "pensamiento único". Como es natural al no ser "amigos del prucés", preguntaron lo que se les vino en gana y encima con cierta dosis de mala leche, vamos, como en la entrevista de la Terribas a Montilla, pero con una muy evidente diferencia: su pluralidad partidaria, sindical y vecinal. Menos mal que según dicen, el Director de TV3 es amigo del actual President por que fue el que lo nombró, que si lo pillan con el mismo formato en Catalunya Radio donde el 'varanda' lo puso Esquerra,... lo laminan.

¡Ay, Señor! pero ¿por qué nos has echado del Paraíso?