Guía para salir al monte a por setas en Galicia: qué saber, qué llevar y cómo mantener cuidado el terreno

El buen tiempo de este fin de semana invita a muchos a realizar un paseo por el monte en busca de las setas, abundantes esta temporada por las lluvias y las temperaturas suaves. 

Con todo, ir a por setas entraña su riesgo: no llevarse más de los dos kilos que marca la normativa comunitaria o conocer qué setas son comestibles, algunas de las recomendaciones básicas. 

La climatología no podría ser mejor para este fin de semana. El tiempo invita a salir de casa y aprovechar las cada vez más escasas horas de sol que tiene el día. En lo que va de otoño en Galicia los días claros se pueden contar con los dedos de una mano, por eso muchos pretenden aprovechar este fin de semana para una salida campestre y, ya que estamos, buscar alguna que otra seta. Es tiempo de encontrarlas ahora que brotan beneficiadas por las abundantes lluvias de estas semanas y llevarse una buena cesta para casa. Pero ojo, que no todo vale en la micología. Por eso, para que no quede duda de que estamos a setas y no a Rolex, lo mejor es seguir una serie de recomendaciones si nos decidimos a hacer una escapada al campo.

CUIDADO CON LAS SETAS

Lo primero de todo que hay que saber es que no todas las setas son comestibles. Puede parecer una perogrullada, pero es un riesgo que no podemos correr si salimos al monte con la cesta en la mano. Hay que tener muy claras qué especies son aptas, porque una equivocación puede ser letal incluso. Lo mejor es tener un conocimiento previo antes de ponernos a buscar y, si hay dudas, dejarla en el sitio. En esta época existen muchos cursos de iniciación y hay una gran cantidad de guías que nos pueden orientar. 

No debemos fiarnos de internet, ya que si bien puede ser de mucha ayuda, algunas variedades de setas tienen aspectos muy similares. El pie, los anillos, el sombrero, si tiene láminas o escamas…dependiendo de sus características y algunos detalles que pueden parecer mínimos pueden salvarnos de una indigestión. 

EQUIPAMIENTO Y BUENAS PRÁCTICAS 

Luego, es importante ir bien equipados. Es fundamental contar con una navaja que nos permita cortar el tallo para aprovechar toda la seta y no dañarla. No debemos nunca arrancarlas. Además, lo ideal es contar con una cesta de mimbre o similar que permita que las esporas del hongo puedan esparcirse a medida que vamos caminando, lo que en el futuro dará lugar a más setas. 

Del mismo modo, si las conservamos en un recipiente cerrado y sin ventilación, las setas pueden fermentar o humedecerse, echándolas a perder. También cabe destacar que el objetivo es llenar la cesta, pero no debemos sobrepasar los dos kilos por día que marca la normativa. Hay algunas zonas de protección como “cotos micológicos” a los que solo se puede acceder con un permiso especial o pagando una cuota, por lo que es importante asegurarse de que recorremos un espacio “libre”. 
 

Por otro lado, los expertos y el personal sanitario recomiendan que, aunque consideremos que son comestibles, no comer todas y guardar siempre alguna durante al menos tres días, por si al ingerirlas experimentamos algún tipo de malestar y poder identificarlas en la mayor brevedad posible. 

Más allá de esto, es importante tener en cuenta los consejos básicos que hay que asumir cada vez que realizamos una ruta de este tipo: tener bien planificado el recorrido, consultar la meteorología y llevar ropa acorde al tiempo, estar atentos a la puesta de sol para no encontrarnos lejos de entornos iluminados cuando caiga la noche, informarnos de si hay previstas batidas de caza por la zona, contar con batería suficiente en el móvil por si hay alguna urgencia o ir, si es posible, acompañado. En caso contrario, avisar a alguien para que esté al tanto de nuestros planes y localización, así como las horas a las que pensamos ir y volver.