El Caudal Fest canta al final del verano desde una oficina, entre guerreros o en un policlin
Zahara, Melendi o Carolina Durante pusieron el punto y final a un Caudal que regresará los días 18 y 19 de septiembre de 2026.
Estrictamente hablando, y solo estrictamente hablando, el otoño arranca este lunes 22 de septiembre a las 20:19 horas. Eso en el plano teórico, echando mano de la ciencia y los fríos datos, pero el corazón nos dice que el verano ya ha tocado a su fin. Termina una vez que apagan las luces en el Caudal Fest, evento encargado de ponerle el broche de oro a la estación favorita de todos, con la promesa de regresar los días 18 y 19 de septiembre, fechas ya confirmadas para su edición de 2026, la octava del festival lucense, que se despidió, como no podía ser de otra forma, por todo lo alto.
LA ÚLTIMA DEL VERANO
El Caudal es un canto a la alegría desde que empieza hasta que acaba. Las camisas horteras, los vestidos cortos o el bloke core tienen su última oportunidad de deslumbrar en la pasarela en la que se convierte el camino fluvial que nos lleva hasta los jardines del Pazo de Feiras e Congresos de Lugo, al que tal vez le falten una o dos farolas y necesite de encontrar a los dichosos topos que han hecho de la zona un terreno con sus trampas para moverse a altas horas de la noche.
El de los socavones sería el único pero a un recinto que ya no tiene mucho margen para crecer. El Caudal se ha hecho tan masivo en los últimos años que se queda pequeño, como se pudo ver en el minuto de oro del sábado a vista de pájaro o durante el concierto de Dani Fernández del viernes.
La distribución de los escenarios, uno en cada punta del festival, rompe con la tendencia actual de los escenarios gemelos (más bien siameses) que se viene desarrollando en los grandes eventos musicales. No obstante, no está del todo claro si el lucense tiene, en el plano logístico, opción a establecer esa infraestructura.
SUBIDOS A UN WC O A UN F1
Cuestiones técnicas aparte, la jornada se desarrolló en un ambiente festivo con Aloe Perra y Chicle, nueva aventura musical de Álvaro Benito, vocalista de Pignoise, calentando motores. Para Marlon el aforo ya era más que estimable y la cosa se comenzó a poner verdaderamente seria con Músculo! haciendo de teloneros de la rave de Zahara, el primer gran nombre del día.
La de Úbeda ha evolucionado de mil maneras diferentes en las más de dos décadas que lleva en esto de la música y en este Lento Ternura emplea un baño portátil como crisálida para emerger como una artista cañera y despojarse de los vestidos largos de niña buena que le han acompañado durante parte de su carrera. Sin renunciar a ninguna de las dos caras, Zahara muestra esa parte gamberra con temas como 'Berlín U5' o 'Hoy la bestia cena en casa'.
Lo que más puede sorprender de Zahara, además de su talento vocal, es que sostiene el show prácticamente ella sola, pues no necesita de un cuerpo de baile con formación militar como otras colegas del ramo, sino que se sobra y se basta con su equipo, pegando botes y echando un bailoteo con camiseta rosa y crocks. ¿Para qué más?
A Merino le tocó desempeñar el papel más difícil de la noche: ser el puente con el concierto de Melendi. El asturiano era el gran reclamo de la noche del sábado y como guerreros de terracota comenzaron a posicionarse inamovibles y fuertes en su posición sus fans, atrincherados ante el escenario principal, que se quedó pequeño para ver el homenaje a los 20 años esperando noticias de Holanda.
Guste más o guste menos, Melendi entra a un público muy diverso y parece haber comprendido, con una sonrisa blanca y sincera, que su obra pertenece casi más a la gente que a sí mismo, y a la gente se entrega tocando los clásicos que todos demandan, desde ese 'Con la luna llena' que fue himno de La Vuelta hace más de una década o la canción dedicada a su paisano Fernando 'Magic' Alonso.
NO HA PASADO NADA
Caminando por la vida y por la hora y media de actuación del asturiano llegamos, con algunas lágrimas desordenadas, hasta la recta final del Caudal, que encabezaron los rapantes llegados desde Muros. La de la ciudad amurallada fue una de las últimas oportunidades de subirse a 'La Máquina del Buen Rollo' antes de que The Rapants la desguacen y se suban a un nuevo proyecto musical, algo en lo que ya parecen embarcados sin sacarse los trajes de color chillón ni abandonar los ritmos discotequeros.
De la alegría desenfrenada de los muradanos pasamos al pasotismo contagioso y lleno de energía -¿es compatible una cosa y la otra?- de Carolina Durante. Los madrileños eligieron Lugo en su propia aventura para presentar el disco que los ha catapultado definitivamente a la primera línea de la escena nacional.
Por si se lo preguntaban, Diego Ibáñez, su vocalista, ya está mejor de la rodilla, o así lo evidencia con los botes que va pegando a la pata coja de una punta a otra del escenario, convertido en la mítica oficina de la sitcom homónima. No obstante, y aunque progresa adecuadamente, se lo puede ver recurrir a la muleta entre canción y canción para descansar una pierna que ha sido un dolor de cabeza para el cantante, que no sabe ni bajar las revoluciones por la cafeína ni hacerlo mal, aunque sus temas giren en torno a pifiarla todo el rato y elegir siempre la puerta equivocada.
Los durantes no suenan mal, suenan mejor que ayer, pero peor que mañana, por que su calidad parece ir en línea ascendente, aunque su rictus siga siendo el de unos chavales que no le dan mucha importancia a lo que hacen, pese a que frases como esa sentencia destructiva de "Qué nos ha pasado / si no ha pasado nada" arrancase lagrimones a más de uno entre el público.
Al final, hamburguesas y más cosas preciosas para despedir el verano junto a Alcalá Norte, otros que tienen una trayectoria al alza, y ELYELLA, encargados de echarle el candado al Caudal y, por, ende, al verano. Al menos, hasta el verano que viene. Sincronicemos relojes a partir de las 20:19 horas del lunes, porque comienza la cuenta atrás para el próximo Caudal Fest y la última gran fiesta del verano.
Escribe tu comentario