Jacobo Porteiro, candidato a rector de la UVigo: "Lo ideal con Medicina sería una titulación compartida"
Prácticamente desde que puso un pie en la Universidade de Vigo, el catedrático Jacobo Porteiro siempre estuvo unido a un cargo además de ser docente e investigador: subdirector en Industriales, director del departamento de Ingeniería Mecánica, parte de dos candidaturas de Pachi Reigosa al rectorado... Ahora intenta abrir su propio camino en la candidatura de CONS3NSO para "modernizar" y "humanizar" a la UVigo. Porteiro atiende a Galiciapress con el debate del grado de Medicina más candente que nunca, pero también con un ojo puesto en otros asuntos, como la irrupción de la universidad privada en el sistema universitario gallego o el uso de la IA.
Lleva ya varios años con puestos de responsabilidad Universidade de Vigo. ¿Qué lo motivan a dar este paso al frente en la candidatura de CONS3NSO?
Desde que entré en la Universidad de Vigo como profesor e investigador comencé a tener responsabilidad en la gestión. Ya muy joven era subdirector de Industriales y me tocó toda la adaptación al Plan Bolonia de los títulos siendo precisamente el subdirector de Espacio Europeo. Fui también secretario de todas las comisiones que tuvieron que adaptar los títulos de Industriales, que fue una tarea importante en volumen de trabajo y en complejidad, y director del departamento de Ingeniería Mecánica en dos mandatos. En 2018 me incorporé en la candidatura del proyecto de H2040 de Pachi Reigosa en su primer mandato como director del área de Sostenibilidad, donde nos pilló la Covid-19 y, pese a esa alteración, conseguimos avanzar en el plan estratégico.
En el segundo mandato empecé siendo adjunto al rector para la sostenibilidad, pero a mitad del mandato presenté mi dimisión y comencé un periodo de reflexión personal con el largo recorrido que levaba en la institución. Ahora tengo 49 años y considero que estoy en la mitad de mi carrera profesional, satisfecho con todo lo logrado en los ámbitos de la investigación y la docencia que he compaginado estos años. Pienso que la universidad, desde mi perspectiva teniendo una visión completa de la misma, necesita un impulso diferente, una dirección más moderna que permita cambiar ciertas costumbres. Fue entonces cuando empecé a madurar la idea con una candidatura, pensando en que habría otras dos encabezadas por Belén Rubio y por Carmen Gracía Mateo.
¿Qué valoración hace de los últimos años de la UVigo con Reigosa al frente del rectorado? Habla de esa necesidad de “modernizar” la universidad viguesa…
Trabajé mucho y muy bien dentro del equipo de Pachi Reigosa. Considero que muchas cosas que se hicieron muy bien, como vimos durante la Covid-19 con la docencia en los confinamientos y mantener la actividad docente e investigadora en momentos realmente complejos, cuando no estábamos del todo bien preparados. En ese sentido, tengo muy buenas una buena sensación del trabajo hecho por el equipo de gobierno al que pertenecía.
En este segundo mandato, lo que acaba provocando mi salida, y de otras personas del equipo de gobierno, fueron ciertas correcciones estructurales que entendíamos necesarias en la universidad y no se estaban afrontando. Hablo sobre todo cuestiones de estructura, de atención y prioridad de la docencia, de tener los recursos humanos centrados en los centros que realmente tienen la carga de la docencia de la universidad, reequilibrar los ámbitos… ciertas medidas de corrección que considerábamos urgentes y que no se estaban tomando. Esa es la parte en la que me puedo mostrar más crítico, aunque sigo diciendo que, en muchos otros aspectos, considero que la acción de Reigosa fue acertada. No me considero crítico ni oposición con todo, pero creo que hace falta un cambio.
Uno de sus ejes, según dijo en la presentación de la candidatura, será “la humanidad”. ¿La ha perdido el sistema universitario a su juicio?
Diría que sí, en cierto modo. No todo es achacable a quien gobierna. Entiendo que la humanidad parte de la idea de que tenemos que tomar las decisiones de forma colectiva y entiendo que en la sociedad se fue perdiendo un poquito de actividad colectiva, de convivencia. Pasó durante la pandemia que se empezó a distanciarse más la relación interpersonal y profesional. El resultado de todo eso, si no se reactiva desde los gobiernos, es caer un poco en un desapego de las instituciones y, como resultado, también se pierde esa capacidad colectiva de compartir proyecto, tomar las decisiones por la vía del acuerdo. Insisto en que no es achacable únicamente a quien gobierna, entiendo que es algo ambiental y que desde el gobierno hay que favorecer el ambiente, las condiciones, los puntos de encuentro para que se tenga más vida comunitaria, de forma que se facilite que la gente se implique también en la toma de decisiones.
En los últimos años, al menos en lo tocante a las administraciones públicas, parece que se está haciendo una mayor apuesta por las FP que por los grados universitarios, con la imagen de que una carrera no garantiza la entrada en el mundo laboral. ¿Vive un mal momento la titulación universitaria?
No, no diría que es un mal momento. Es cierto que las FP dieron un paso adelante, se modernizaron y tienen una oferta de títulos muy atractiva, eso es innegable. Lo que tenemos que tener las universidades es también una oferta atractiva y una buena inserción laboral, y con eso contamos en las muy buenas universidades públicas en Galicia, con una tasa de inserción laboral altísima. En ese sentido, la universidad gallega está al nivel de nuestras FP, cada uno en su en su escala académica, pero eso no impide que tengamos que mirar al frente y tratar de mejorar, ser más competitivos a nivel nacional e internacional, que no sea simplemente mantener el ritmo y el rumbo.
MEDICINA, UNIVERSIDAD DE ABANCA, ISRAEL...
Hoy la actualidad de las universidades gira en torno a la descentralización del grado de Medicina. Después del acuerdo alcanzado entre las tres universidades, la Junta de la Facultad de Medicina de la USC decidió no avalar el plan de descentralización. ¿En qué situación queda el acuerdo? ¿Qué medidas se deberían tomar al respeto?
Estamos en un momento de incertidumbre. Sabemos todos que la Facultad de Medicina no ratificó el acuerdo. Da la impresión de que está el acuerdo en riesgo de romperse cuando se manifestó de forma tan radicalmente contraria la facultad afectada. Si se hubiera ratificado el acuerdo, podríamos considerar salvados los principales escollos para apoyar y favorecer el que se avance en ese en ese acuerdo de desarrollo del de desenvolvimiento de la de la titulación descentralizada.
Ahora, el escenario quizás más probable, a la vista de las noticias y la sensación, es que volvamos a un proceso de unilateralidad, un escenario, creo, indeseable para todos, en el que estaríamos a trabajar de forma individual las universidades de Vigo y Coruña en un título propio, con una facultad propia, con un plan de estudios diferente. Ojalá no lleguemos a ese escenario, pero tenemos que estar preparados, aunque tengo la esperanza de que podamos salvar el acuerdo al que se llegó.
Las otras dos candidatas manifestaron que no renunciaban a pelear por el grado de Medicina en la UVigo. ¿Es también partidario de contar con una facultad propia?
Medicina se solicitó para la UVigoo en el año 91, cuando ni siquiera era un grado. Teníamos derecho a pedir ese título y no se concedió. Es una aspiración histórica de la Universidad de Vigo. Tenemos que tener en cuenta que la Facultad de Medicina de Santiago es la más grande de España con 403 alumnos de entrada. Las prácticas de esos alumnos requieren de una capacidad hospitalaria que excede a la del entorno sanitario de Santiago. Por tanto, es imprescindible que encontremos los medios para que las áreas sanitarias de Vigo, Coruña, y por qué no, Lugo, Ourense y Pontevedra, colaboren en esa docencia de la de la titulación de Medicina.
Lo lógico es que, teniendo tres universidades cerca de esos entornos de esas áreas sanitarias para una titulación tan importante como la de Medicina, pueda ser compartida por toda esa infraestructura que tenemos, tanto de docencia, como de investigación, como clínica, y hagamos la mejor oferta posible de Medicina para para Galicia. Deseo pensar que somos capaces de llegar a un entendimiento hacia una titulación compartida, titulación única, pero compartida por las tres universidades, con estudiantes de las tres universidades en facultades, Coruña, Santiago y Vigo, con sus áreas sanitarias a disposición de las titulaciones, pero con un único plan de estudios y bien coordinado entre todos, pero en tres facultades. Eso para mí sería el escenario ideal a futuro.
Si no puede ser, porque ese acuerdo es imposible, desde luego Vigo tiene que empujar por tener un título de Medicina, con su propio plan de estudios, su titulación y su facultad. Es decir, por supuesto que no renuncio a la facultad o al título de Medicina. Ojalá encontrásemos un modelo mejor coordinado entre todos.
Mientras sucede a este debate, la Universidad Internacional de la Empresa anuncia que incorporará más grados a su facultad de Ciencia, Tecnología y Gestión de la Salud. Enfermería para el curso que viene y Biomedicina más adelante. ¿Qué le sugiere la entrada de la privada en el sistema universitario gallego cuando vemos que hay duplicidad de grados?
Esa es la clave. Igual que tenemos un acuerdo entre las universidades públicas gallegas de no replicar títulos que ya existan, salvo Medicina que responde a una necesidad por tamaño y masa crítica de la facultad, en el resto de los títulos, salvo que existan necesidades de apoyo desde otras universidades, entendemos que hay un acuerdo de no reproducir o replicar títulos existentes. Precisamente, porque si está bien cubierto por una universidad pública en Galicia, pues no tiene sentido tratar de replicarlo en otra. Entiendo que las universidades privadas deberían trabajar en ese mismo sentido, coordinados con las públicas, y si se trata de ampliar la oferta y no crear solapamientos, trabajar en pie de igualdad, porque eso sería bueno para todos. Lo que tenemos que estar muy atentos es que no se les concedan titulaciones que ya existan en Galicia y que hagamos una competencia de las titulaciones públicas. Eso sí que me parecería un error.
¿Debe la UVigo ver a la Universidad de Abanca como una competidora o cómo debe ser el trato? ¿Cómo captar a los alumnos para que no se vayan a la privada o la otras ciudades o comunidades?
Se compite desde la excelencia, desde tener una docencia de calidad, de prestigio, con buena investigación, buenos campus, con vida universitaria… Estamos en un mundo en el que competimos a nivel internacional y, desde luego en la docencia, a nivel nacional. La movilidad del estudiantado que viene a Galicia a estudiar o se va de Galicia a estudiar es grande. La competencia tenemos que verla como algo que nos crea un incentivo para ser excelentes, competitivos y tener una oferta atractiva.
En ese sentido, no tenemos que tenerles miedo a las universidades privadas, siempre y cuando compitamos en pie de igualdad, como decía antes. Tenemos que tener la capacidad y una buena financiación en las universidades públicas para poder tener buenas infraestructuras, buen profesorado y poder hacer una competencia en pie de igualdad con las universidades privadas. En eso va a ser clave el nuevo plan de financiamiento que tenemos que empezar a negociar en breve con la Xunta.
En estos años se vivió la polémica por los acuerdos de las universidades gallegas con Israel. A septiembre de este año, la UVigo era a única de las tres que realmente había roto los lazos con Israel. ¿Mantendrá esa decisión si sale elegido rector?
Este fue un acuerdo de la comunidad universitaria de no colaborar con el Estado de Israel ni con las universidades israelíes y de manifestarnos en contra de cualquier uso de la de la violencia. Fue un acuerdo unánime del claustro que vincula a la Universidad de Vigo como institución y sobre el que estoy totalmente de acuerdo. Me parece un modelo de gestión, un ejemplo de que cuando se discute y se llega a un acuerdo, ese acuerdo es un acuerdo de toda la comunidad universitaria de Vigo. Y, por tanto, yo no soy partidario de romperlo y por supuesto lo mantendría. Estoy en contra de que se colabore con estados como Israel, mientras no reparen los daños y la comunidad mundial eh considere que se llega a las nuevas condiciones que puedan dar lugar a que se revise ese posicionamiento de la Universidad de Vigo.
EL USO DE LA IA EN LA UNIVERSIDAD
Con vistas a futuro, uno de los principales problemas que tendrá que enfrentar el próximo rector es la jubilación de docentes. ¿Cómo encara esta problemática?
Es un asunto urgente. Tenemos una plantilla de docente con una digamos con una edad media alta y un alto porcentaje de docentes que superan los 60 años, encarando ya su etapa final y la jubilación. Lo que no puede una institución como una universidad es esperar a que se jubile un docente y captar otro al año siguiente para cubrir las necesidades docentes y de investigación, alguien formado, con el doctorado. Requiere de una planificación estratégica. Ese reemplazo tiene que empezar a trabajarse desde ya para tener gente formada, capacitada, que pueda dar ese relevo y no pasar y por ningún momento en que nos falten recursos humanos. Para mí es importante, y también formaba parte del programa que presentábamos, hacer una planificación estratégica de ese recambio generacional para anticiparnos al problema e ir trabajando ya en tener captados a los profesores que vienen a reemplazar las futuras jubilaciones. Es importante no hacer una programación año a año de la docencia, sino hacer empezar a trabajar ya en la universidad de dentro de 10 años. Es imprescindible.
En asuntos que lo tocan de cerca, el CINTECX fue reconocido como centro colaborativo en la red CIGUS de la Xunta. Cada vez está más cerca de esta categoría. ¿Será una de sus aspiraciones si sale elegido?
Sin duda. Pertenezco a un centro que lleva mucho tiempo haciendo las cosas muy bien. Tenemos una investigación muy potente en el ámbito de la energía, de los procesos, de la industria... Nos quedamos cerca del reconocimiento como centro CIGUS, y por la línea en la que se viene trabajando, estoy seguro de que pasaremos en la siguiente evaluación a ser centro CIGUS. Esperemos que, en un futuro, igual que en el caso de otros centros de investigación, tenemos que aspirar a ser centros María de Maeztu, como tiene que ser la máxima aspiración de los centros de investigación. En esa línea se tiene que trabajar.
También en, lo referido a la tecnología, la UVigo logró recientemente financiación para proyectos con el uso de la IA. ¿Cómo debe ser la relación de la universidad, desde los investigadores a los alumnos, con la Inteligencia Artificial?
Es un tema central, esencial en el proyecto de CONS3NSO. Hacer una integración y planificar la forma de la integración de la IA en nuestro día a día, ya que todos empleamos ya con cierta frecuencia algunas de las IAs que están a nuestro alcance, y vemos la capacidad que tienen para hacer ciertas tareas, a lo mejor no especialmente complejas, pero desde luego tienen una utilidad. Lo que no podemos es tratar de dar la docencia y que el alumnado esté de espaldas a esa herramienta. No es una amenaza. Tiene que ser una herramienta que nos ayude en la docencia y que también sepamos ayudar al estudiante a integrarla en su en su trabajo como estudiante y en su futuro trabajo como profesional. Me parece fundamental, porque es algo que vamos a tener cada vez con más presencia en todas las profesionales, por lo tanto, sería para mí un error considerarlo una amenaza de la docencia. Es algo que viene a ayudar, es una herramienta con una utilidad innegable, pero tenemos que saber integrarla.
En la investigación ya lo estamos utilizando, tanto desenvolviendo técnicas de IA y trabajando en la IA como objetivo de investigación, como empleando IA en otras investigaciones. Yo, por ejemplo, trabajo en el ámbito de la combustión y de la energía, y empleamos modelos de IA en nuestras simulaciones o hacemos optimización de equipos aplicando IA. Ya lo estamos integrando en nuestra investigación. Pero también tiene que integrarse en el día a día de una administración pública como es la universidad sobre ciertos procedimientos que a lo mejor son pesados, burocráticos, y pueden ser agilizados mediante IA.
Y no es que queramos sustituir trabajadores, sino liberar tiempo de esos trabajadores para que puedan dedicarse realmente a lo que añade valor, donde la inteligencia es imprescindible. Todo lo que la IA pueda hacer también significa que era fácilmente automatizable y que no requería de una inteligencia humana. Si nos hace esa labor, liberamos capacidad y talento para poder abordar otros temas que a lo mejor no estaban siendo abordados. Por tanto, también tenemos que ser quienes de que se integre esa IA como una herramienta de la universidad como administración. En esos tres pilares, la docencia, la investigación y la gestión, tenemos que ser capaces de hacer un buen uso de la IA para realmente aprovecharla.
La dificultad, supongo, será poner límites y establecer las reglas de juego. Ahí sí que hará falta un debate muy amplio.
Hace falta un debate amplio y tener muy presente aspectos legales. Ya sea en el ámbito universitario o en una administración pública en general, si hacemos un procedimiento, nadie puede escudarse en un error de la IA. Tenemos que tener también aspectos legales y de responsabilidad, de trazabilidad. Es una herramienta, pero no puede ser el responsable última de una toma de decisión, porque nos generaría una indefensión. En ese debate también hay que tener muy presente aspectos legales y las implicaciones que pueden tener los errores que pueda cometer la IA, porque igual que yo mencionaba la capacidad que todos vemos en un en una herramienta, también vemos como, a veces, comete errores graves cuando se le hacen ciertas cuestiones. Tenemos que tener muy presente en ese debate que la IA no es infalible y la supervisión humana sigue a ser imprescindible, también la responsabilidad de alguien, una responsabilidad de la institución, no puede ser responsabilidad del proveedor de la IA, tiene que ser la institución la que responsable del procedimiento. Se trata de un debate que sin duda va a ser complejo y del que tiene que salir una integración de la IA responsable. No puede ser dejar los temas en manos en manos de robots y de IA y esperar a ver cuál es el resultado.
Cuando hablamos de la UVigo solemos a quedarnos en su campus de la ciudad olívica o en la provincia, pero tenemos que pensar también en Ourense y Pontevedra. ¿Cuál debe ser la hoja de ruta para estos campus? ¿Cuáles son sus mayores urgencias?
Tenemos la enorme fortuna de tener tres campus. El campus de Vigo es el más grande, pero luego tenemos dos campus excepcionales en Ourense y Pontevedra, mucho más cerca a la urbe, más integrados, y diría que con una muy buena integración también a nivel social en las ciudades, donde se aprecia esa vida universitaria de forma viva, con más cercanía, que a lo mejor se da en el caso de Vigo, donde puede no ayudar la distancia del campus.
En el campus de Pontevedra tenemos titulaciones en el ámbito de las ciencias del deporte, de la educación y de la creatividad. Ahí se puede fortalecer con más actividad, nuevas titulaciones, y también existen posibilidades de ampliación del campus e, incluso, trabajar en residencias para los estudiantes de Pontevedra, porque el tema de la vivienda es un problema en las tres ciudades, pero diría que es algo no exclusivo de nuestra universidad, sino extensible a Galicia y a toda España.
En el campus de Ourense se está construyendo ahora el edificio de Aeroespacial, es un campus que se va a ver reforzado por ese nuevo edificio, luego tenemos la nueva titulación de Inteligencia Artificial, e incluso habría que ver esa conexión entre los dos campus separados por un vial, estudiar si se puede hacer una mejor conexión para darle más dinamismo al campus de Pontevedra, más vida unificada. Pero, desde luego, tenemos tres campus excepcionales donde, si tuviese que simplificar de alguna forma las medidas, lo orientaría todo a crear más vida en esos campus y a mejorar la movilidad interna de los usuarios.
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