Diego Mariño agarra la portería y no la suelta en la escalada del Granada a Primera

A Diego Mariño se le presentó con la temporada empezada una de esas oportunidades que uno no espera pero, cuando pasa, la respuesta solo puede ser subirse al tren y arriesgarlo todo. Sin equipo y con la competición ya empezada, en septiembre le llegó el ofrecimiento del Granada, que se vio de buenas a primeras con el portero titular lesionado y con poca o ninguna confianza en los suplentes. Los nazaríes llamaron a la puerta del vigués, un portero contrastado en Segunda División que se embarcó en el proyecto del Granada de regresar a Primera División, un objetivo por el que siguen peleando gracias al buen hacer de su guardameta. 

LOS BUENOS NÚMEROS DEL GALLEGO

Tardó en llegarle la alternativa más de lo esperado a Mariño. Después de ser suplente en sus dos primeros partidos, mientras recuperaba la forma física, el olívico se enfundó los guantes contra el Burgos en un 2-2. Lo siguiente es una racha de tres partidos sin encajar y cuatro victorias seguidas. Mariño se volvió indiscutible, pero el Granada, que ya zozobraba antes de su llegada, decidió cambiar de técnico, y eso devolvió a Mariño al punto de partida, pese a sus sesi victorias, dos empates y tres derrotas en once choques con los granadinos. 

Con la llegada de Escribá volvió a ponerse en disputa el puesto bajo palos y lo ganó la juventud de Luca Zidane, ya recuperado. Once partidos de titular y los once siguientes viendo los toros desde la barrera, hasta que en el duodécimo, en la tarde más aciaga de un Zidane que encajaba cinco goles contra el Córdoba, una nueva lesión del francés lo devolvió al arco.

Ahora son ocho los partidos que acumula consecutivamente evitando los goles en contra y, otra vez, su récord vuelve a ser mejor que el de el hijo de Zinedine: 20 partidos y 20 goles encajados para Diego Mariño por los 14 concursos y 19 ocasiones en los que ha ido a buscar el balón a la red Luca Zidane. 

Por números y buena racha -cinco triunfos, dos derrotas y un empate en su éxpediente hasta ahora, con actuaciones memorables ante Albacete o Almería-, Mariño debería mantenerse como titular ahora que el galo ha vuelto a entrenar dos meses después de su dolencia. Quedan cinco finales y el Granada es el último del furgón de los playoff, un tren al que, como hizo Mariño, quiere subirse todo el equipo.