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Stellantis Vigo vuelve a parar por tercera vez en poco más de una semana
La compañía alega que detrás de estas continuas paradas -de las que avisa a los trabajadores con escaso margen- está la falta de piezas, pero hay que recordar que acaba de abrir un proceso de negociación para reducir la producción de una de las líneas, la que fabrica el SUV, debido a la caída de ventas de este modelo. Es, precisamente, esta línea la que parará lunes y martes.
Así, la falta de componentes llevará a suspender todos los turnos de trabajo del sistema 1 (que ensambla el Peugeot 2008) en las jornadas del lunes y martes, 1 y 2 de julio. La actividad se reanudará en esa línea de producción el 3 julio, en el turno de mañana.
En los últimos días, los problemas de aprovisionamiento han obligado a suspender la actividad en varios turnos: el 13 de junio estuvo paralizado el turno de noche del sistema 1 y el 14 de junio se suspendió la actividad del turno de manaña de ese mismo sistema.
Además, se suspendió la producción en el turno de tarde y el de noche del sistema 2 durante la jornada de este jueves y este viernes se han confirmado nuevas paradas para el inicio de la próxima semana.
¿A qué se deben los problemas de aprovisionamiento que está sufriendo la industria europea del automóvil?
Los problemas con la falta de piezas en Stellantis Vigo no son, ni mucho menos, exclusivos de la fábrica de Balaídos, afecta a todo el sector europeo desde hace varios años. También es cierto que Stellantis comprometió a la plantilla que había tomado medidas y que las interrupciones resultarían cada vez menos necesarias, pero en los últimos meses se está produciendo un repunte de paros.
Los problemas de aprovisionamiento que enfrenta la industria europea del automóvil se deben a una combinación de factores interrelacionados. En primer lugar, la escasez de semiconductores ha sido un factor crítico. Estos microchips son esenciales para los vehículos modernos y la industria ha sufrido una escasez significativa debido a interrupciones en la cadena de suministro, aumentos en la demanda de dispositivos electrónicos durante la pandemia de COVID-19 y problemas de producción en las fábricas de semiconductores en Taiwan.
Además, la guerra en Ucrania ha contribuido a las dificultades de aprovisionamiento, ya que tanto Rusia como Ucrania son proveedores importantes de materias primas clave como el aluminio, el níquel y el paladio, esenciales para la fabricación de vehículos y sus componentes.
Otro factor relevante es el incremento de los costos de transporte y la congestión en los puertos, que han retrasado la entrega de piezas y materiales. La falta de contenedores y los cuellos de botella en la logística global han empeorado la situación.
Por último, la transición hacia vehículos eléctricos y la necesidad de nuevos materiales y componentes específicos para estos vehículos han puesto presión adicional sobre la cadena de suministro, que aún se está adaptando a estos cambios.
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