La mina de Touro “presenta visibilidad” desde el Camino de Santiago, según informe pagado por la propia minera

La posible mina de Touro será potencialmente visible desde el Camino de Santiago, dada su proximidad -1,8 kilómetros de media-, pero el impacto visual no será muy elevado. Esta es una de las conclusiones que se pueden extraer del Estudio de Impacto e Integración Paisajística elaborado por la Universidad de Vigo por encargo de la empresa promotora, Cobre San Rafael.

“El Camino de Santiago Francés discurre de este a oeste al norte de la explotación. La distancia entre la mina y el camino es superior a 1,8 kilómetros. Existen dos zonas bien diferenciadas, visualmente, dentro de la explotación. La zona noroeste presenta visibilidad desde el camino y el resto no es visible.”, señala la UVigo.

Este documento publicado dentro de la actual fase de exposición pública del proyecto incluye un mapa en el que, efectivamente, se indica que la parte noroeste de la mina será visible desde la ruta jacobea. La zona con mayor visibilidad es el promontorio llamado Picón de Arca:

“Se puede apreciar como la zona oeste del territorio analizado es la que presenta un mayor rango de visibilidad. Como cabe esperar, son las zonas de mayor cota las más visibles desde el resto de la zona de estudio”, comentan los expertos de la Universidad de Vigo.

¿Quienes son los autores del informe? La versión pública del Estudio tiene censurada el nombre de los profesores universitarios firmantes.

La visibilidad no es lo mismo que la percepción visual

El documento se esfuerza en transmitir la idea de que el impacto visual será limitado por varios factores. Así, señala, por ejemplo, que “el sentido de la marcha de los peregrinos (este-oeste) incidirá en una percepción reducida del ámbito minero desde el Camino” y que “el propio sentido de marcha del camino, hacia el oeste, limita la percepción sobre la explotación minera, que queda a la espalda del peregrino”, lo que lleva a concluir a la Uvigo que “se comprueba tanto del trabajo de campo como del estudio de gabinete realizado que no existe una percepción visual desde el Camino de Santiago, debido a la orientación, la distancia, y la vegetación próxima al Camino”.

Es decir, en el mismo documento la Uvigo afirma que “no existe una percepción visual desde el camino” y que “la zona noroeste presenta visibilidad desde el camino”. 

Así las cosas, en lo que parece un intento de no pillarse los dedos, los expertos indican que no pueden garantizar al 100% sus conclusiones, pues, justo tras afirmar que “no existe percepción visual desde el camino”,  añaden que “será necesario para garantizar esta relación, realizar un seguimiento durante las distintas fases de explotación, además de contrastar y verificar que las previsiones coinciden” y que “en el caso que se detecte que alguna de las operaciones de explotación afecta a la percepción desde el Camino será necesario evaluar y adoptar medidas correctoras”.

Hay que tener en cuenta que los mapas de visibilidad se hacen en base al relieve sin tener en cuenta la vegetación, como si toda la zona hubiese sido arrasada por un incendio.

Por eso, en un mapa de visibilidad puede aparecer que una parte del horizonte es visible y después que no haya percepción visual real desde el camino en función, por ejemplo, de la época del año, dado el carácter caducifolio de mucha de la vegetación de Galicia. De ahí la UVIGO apunte a la necesidad de “medidas correctoras” que podrían ser, por ejemplo, plantar árboles no caducifolios entre el Camino de Santiago y la Mina de Touro.
 

¿Cómo de cerca estaría la mina de Touro del Camino de Santiago?

Mucho más clara es la evaluación de la distancia entre el Camino y la explotación minera propuesta. La Uvigo deja claro que “tanto el ámbito de respeto como la delimitación BIC están fuera de la huella del proyecto minero”. Es decir, la mina no viola las varias figuras de protección legal que protegen a las etapas del Camino Francés 31 Arzúa-O Pedrouzo y la 32 O Pedrouzo-Santiago de Compostela.

Ese “ámbito de respeto” es la figura de protección más externa y menos estricta para proteger las vías jacobeas. Ahora bien, la distancia del ámbito de respet  al límite de la mina es mínima. “La delimitación del Ámbito de Respeto del Camino se encuentra, en su zona más cercana, a unos 200 metros de la mina”, reconoce el informe, que incluye un mapa en el que, efectivamente, se aprecia como el ámbito de protección roza el límite de la mina:

El ente que gestiona la distinción como Patrimonio de la Humanidad, crítico con el primer plan de reapertura
 

¿Cómo puede incidir en el turismo del Camino de Santiago la reapertura de la mina de Cobre de Touro? Esta es una de las cuestiones clave que deberá evaluar la Xunta tras recibir las alegaciones que se presenten, tras los 30 días laborables de exposición pública.
 

Este plazo empezó a contar del sábado, día en el que la Administración subió a su web la prolija documentación entregada por Cobre San Rafael, filial de la multinacional Atalaya Mining. La documentación no es fácil de consultar, pues está toda metida en un único fichero, un ZIP de casi 4 GB de tamaño.

La cuestión del impacto global, no solo visual, en la ruta jacobea se antoja potencialmente determinante. Hay que recordar que cuando se evaluó el anterior proyecto de reapertura, el que finalmente tumbó la Xunta,  el  ICOMOS de la ONU, el ente encargado de la lista de bienes Patrimonio Cultural de la Humanidad, advirtió que, de aprobarse una macromina a cielo abierto tan próxima a la vía jacobea, el resultado podría ser que el Camino de Santiago dejase de tener la distinción Patrimonio de la Humanidad dado su impacto visual y sonoro, pues serán necesarias grandes detonaciones para hacer las cortas.

Una eventual pérdida de la distinción de Patrimonio de la Humanidad así sería muy polémica en la zona, dado que el éxito Camino de Santiago es en la actualidad el principal motor económico de municipios rurales, como Touro.

.