China y Estados Unidos acuerdan una tregua a la guerra comercial iniciada por Trump

En un giro clave para el comercio internacional, Estados Unidos y China han acordado una reducción temporal y significativa de los aranceles que aplican mutuamente a sus productos, en un intento por rebajar las tensiones comerciales que han marcado su relación durante los últimos años. El anuncio se ha producido este lunes, tras un fin de semana de negociaciones bilaterales celebradas en territorio neutral, concretamente en Suiza.

El pacto contempla una reducción de los aranceles durante un periodo inicial de 90 días, con entrada en vigor a partir del próximo 14 de mayo. 

En qué consiste el acuerdo?

•  Estados Unidos: Reducirá los aranceles a importaciones chinas del 145% al 30%, incluyendo la eliminación de un 20% adicional por el "arancel del fentanilo".
• China: Bajará los aranceles a productos estadounidenses del 125% al 10%.
• La suspensión entra en vigor el 14 de mayo de 2025 y durará 90 días para facilitar negociaciones.
• Mecanismo de diálogo permanente: Se creará un mecanismo de consulta económica y comercial para reuniones regulares o urgentes, en China, EE.UU. o un país neutral, según lo acordado.
   

Las conversaciones se realizaron en Ginebra, Suiza, el 10 y 11 de mayo de 2025. La delegación estadounidense incluyó al secretario del Tesoro, Scott Bessent, y al representante comercial, Jamieson Greer; China estuvo representada por el viceprimer ministro He Lifeng.

El acuerdo estabiliza temporalmente la economía global, aliviando mercados y cadenas de suministro, pero es solo un primer paso. Un acuerdo comercial amplio requerirá meses de negociaciones, posiblemente con una reunión entre líderes.

 EE.UU. busca reducir su déficit comercial con China (263.000 millones de dólares en 2024) y desescalar el conflicto, mientras China apuesta por un diálogo equitativo y la eliminación de aranceles unilaterales.

El secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, ha calificado las negociaciones celebradas en Ginebra como “productivas” y ha destacado que se lograron “avances sustanciales” tras dos días de intensas conversaciones con la delegación china. El propio presidente Donald Trump ha definido el resultado como un “reinicio total”, mostrando satisfacción por la rapidez con la que se llegó a un principio de acuerdo, el primero desde el inicio de las hostilidades comerciales. Trump ha subrayado que el objetivo prioritario sigue siendo reducir el déficit comercial de Estados Unidos con China, que alcanzó cifras récord el año pasado.

Desde el lado chino, el tono ha sido más mesurado, aunque igualmente positivo. El viceministro de Comercio, Li Chenggang, ha señalado que la declaración conjunta que se emitirá será “una gran noticia y una buena noticia para el mundo”. Sin embargo, la agencia oficial Xinhua ha advertido que China “rechazará firmemente cualquier propuesta que comprometa los principios básicos o socave la causa más amplia de la equidad global”, dejando claro que Pekín no está dispuesto a aceptar concesiones que pongan en peligro sus intereses estratégicos.

La reacción de los mercados ha sido inmediata y positiva. Las bolsas asiáticas y los futuros de Wall Street han registrado subidas tras conocerse la noticia, reflejando el alivio de los inversores ante la posibilidad de una tregua en la guerra comercial. Analistas internacionales, sin embargo, advierten que aún quedan diferencias estructurales por resolver y que el clima de desconfianza sigue siendo elevado.

La Organización Mundial del Comercio (OMC) ha celebrado el diálogo como “un paso constructivo”, mientras que el gobierno suizo, anfitrión de las negociaciones, ha destacado el éxito que supone el simple hecho de haber retomado el diálogo directo.

Un respiro en la guerra comercial

Este acuerdo representa un paso significativo en el descongelamiento de una relación marcada por episodios de confrontación arancelaria y recelos estratégicos. Aunque las rebajas son limitadas en el tiempo, abren la puerta a una desescalada más estructural en el conflicto comercial que ha tenido repercusiones globales.

La medida busca aliviar la presión sobre las economías de ambos países, muy especialmente sobre los sectores industriales y agrícolas más afectados por las tensiones de los últimos años. También se interpreta como una señal de voluntad política por parte de las dos principales potencias económicas del planeta de encontrar espacios de entendimiento y evitar una nueva escalada proteccionista.

Diálogo institucional y hoja de ruta común

Además de la rebaja arancelaria, el acuerdo alcanzado en Suiza incluye la creación de un mecanismo estable de diálogo económico y comercial, que permitirá a ambos gobiernos  ... seguir leyendo en Catalunyapress.es