El Gobierno de Santiago cede y atrasa el primer cobro de la tasa turística

El motivo principal de la oposición por parte de los hosteleros se centra en las reservas ya pagadas y la falta de personal en esos meses, circunstancias que complican la implementación inmediata de este nuevo impuesto. Este sector denunció que la puesta en marcha en agosto supondría una carga extra difícil de gestionar en un momento ya crítico del año para ellos. Además, varios asistentes a los encuentros informativos pusieron de relieve la necesidad de contar con un periodo de adaptación para conocer el funcionamiento técnico del cobro y las exenciones recogidas en la ordenanza, como es el caso de personas alojadas por motivos médicos o deportistas.

El PSOE de Santiago, a través de su portavoz Gumersindo Guinarte, pidió al gobierno municipal que reconsiderase la implantación de la tasa en agosto y lo instó a dialogar mejor con los empresarios, argumentando que agosto no era el mes más adecuado debido a la alta ocupación y al escaso margen de tiempo para la adaptación de los negocios a la nueva obligación. Guinarte subrayó la falta de diálogo del gobierno con el sector, algo que, según aseguró, ya habían advertido en plenos municipales previos.

El sector hostelero, por su parte, fue quien trasladó directamente durante reuniones con el Ayuntamiento su rechazo a que la tasa entrase en vigor en temporada alta, coincidiendo en que agosto y septiembre resultaban meses especialmente problemáticos por el volumen de trabajo y por las reservas ya formalizadas que no incluían el nuevo impuesto Por su parte, el PP había respaldado también el momento de su adopción, en plena temporada alta.

Santiago se convirtió en el primer ayuntamiento gallego en instaurar este tipo de gravamen sobre la estancia turística, siguiendo la habilitación normativa aprobada por el Gobierno de Galicia que permite a los concellos decidir su aplicación y gestión.

El gobierno local, representado por la alcaldesa Goretti Sanmartín y la concejala de Turismo, mantiene el compromiso con esta iniciativa que consideran necesaria para la sostenibilidad del turismo y el interés general de la ciudad. Aseguran que una parte importante de la ciudadanía y del sector está a favor de la medida, aunque reconocen la existencia de ciertas reticencias dentro de algunos segmentos de la hostelería.

La tasa turística oscilará entre 1 y 2,5 euros por noche y por persona, dependiendo del tipo de establecimiento, y se aplicará por un máximo de cinco días de estancia consecutiva. Habrá exenciones para colectivos específicos, tales como deportistas federados y personas que acudan a Santiago por motivos médicos. Además, el 80% de lo recaudado está destinado a ser reinvertido en proyectos relacionados con el turismo sostenible y la conservación del patrimonio local, según la ley que regula este impuesto.

El Ayuntamiento ha mantenido varias reuniones con los actores implicados —empresarios y asociaciones del sector— para facilitar la comprensión e implementación de la tasa. Sin embargo, la complejidad técnica y la presión de la temporada han llevado a flexibilizar la fecha de inicio, dando un margen extra para que los establecimientos puedan adaptarse y preparar sus sistemas de cobro y gestión. 

El bipartito municipal, BNG y Compostela Aberta, promete seguir dialogando con la hostelería para resolver dudas y facilitar el proceso, aunque se mantiene firme en la implantación del impuesto una vez superadas las fases previa.