Guerra civil entre trabajadores de ENCE Pontevedra al hilo del ERE y de la huelga
Los trabajadores de las oficinas se alinean con los argumentos de la empresa, según denuncian los proletarios de la fábrica de Lourizán, que hoy vive su segunda jornada de huelga.
La tensión continua este martes en la factoría de Ence en Lourizán (Pontevedra) con una nueva jornada de huelga. Desde las seis de la mañana, los piquetes se han concentrado en la entrada principal para protestar por el plan de la compañía de ejecutar un despido colectivo que la empresa pretende afecte a 39 empleados de la biofábrica. La huelga, ha sacado a la luz una profunda división entre la plantilla, con el personal de oficinas acusando al comité de fábrica de bloquear la negociación y abocar a todos al ERE.
Ence mantiene detenida la producción en su complejo fabríl de Lourizán desde que se inició el paro sectorial, según informa el propio comité de empresa, que interpreta esta medida como una estrategia de presión por parte de la dirección.
Los trabajadores informan de piquetes informativos desde las seis de la mañana y una concentración a las siete en la entrada principal, donde han desplegado una pancarta con el lema “Non á perda de postos de traballo”.
Mientras tanto la empresa, a través de su comunicación oficial, atribuye la situación a “cuatro trimestres consecutivos de pérdidas económicas” y sostiene que el proceso forma parte de un plan de eficiencia que se implementará entre 2025 y 2027.
Plan de competitividad
La dirección de Ence ha presentado su Plan de Eficiencia y Competitividad para 2025-2027, que contempla inversiones en automatización, digitalización e inteligencia artificial y que en el caso de la fábrica de Pontevedra plantea la salida de 39 personas —aproximadamente el 6,5 % de la plantilla— a través de prejubilaciones, bajas incentivadas o recolocaciones.
La empresa insiste en que estos procesos se aplicarían de modo “ordenado” y en el marco de un procedimiento de despido colectivo ya iniciado, algo que los trabajadores cuestionan intensamente.
En paralelo, la compañía recuerda que en Galicia sigue en pie un proyecto denominado “Pontevedra Avanza”, con una inversión estimada de 120 millones de euros para especializar la producción desde la fábrica.
División en la plantilla
El conflicto no solo se articula entre empresa y trabajadores, sino que también ha generado una fractura interna entre los distintos comités de la compañía. Los empleados de oficinas en Galicia, Navia y Madrid han hecho público un comunicado en el que acusan al comité de la fábrica de Pontevedra de negarse al diálogo con la dirección, y denuncian que han sido “arrastrados” por su postura.
El personal de oficinas (259 trabajadores repartidos entre Galicia, Navia y Madrid) ha emitido un duro comunicado en el que expresa su "indignación" por la situación. Critican que se han visto "arrastrados" tanto por la empresa, al no permitir negociar el plan por centros de trabajo, como por el comité de la biofábrica de Pontevedra, "al negarse a sentarse a negociar la propuesta".
El comité de oficina expresa su “indignación” por esta situación y advierte del impacto que el conflicto puede tener en las empresas auxiliares, la cadena de suministro y el sector forestal gallego, que —según sus cálculos— podría afectar a más de 5.000 puestos.
Ana Cedeira, representante del Comité de Oficinas Centrales, subraya que de los cinco centros de trabajo afectados por el ERE, cuatro aceptaron inicialmente sentarse a la mesa. Sin embargo, argumenta, debido a que solo la planta de Navia (Asturias) tiene un CIF diferente, es la única que actualmente mantiene negociaciones activas con la dirección. Los otros tres centros de oficinas, dice, se han visto bloqueados por la postura del comité de fábrica de Pontevedra.
La respuesta del comité de fábrica de Pontevedra a sus compañeros de oficinas ha sido contundente. Este comité de fábrica acusa a sus compañeros de alinearse con la empresa y les invita a “encabezar la lista de despidos” si están dispuestos a firmarla. Les han reprochado alinearse con los argumentos económicos de la dirección de la empresa.
El comité de empresa de la fábrica de Pontevedra convocó 12 jornadas de huelga durante noviembre como medida de presión para exigir la retirada del plan de despidos.
Las fuentes sindicales afirman que la primera jornada del lunes se desarrolló sin incidentes significativos y que la plantilla estaba mayoritariamente movilizada.
Los sindicatos que participan (UGT, CIG y Comisiones Obreras) insisten en que no aceptan recortes “simplemente amortizados” de la plantilla y alertan de que la medida podría provocar un retroceso en la actividad industrial y en el empleo en Galicia.
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